El Parlamento está a punto de completar un semestre perdido. Así será de confirmarse los fallos que frenan la reforma judicial que concentró las máximas energías de diputados y senadores.
Aun si sucediera lo contrario, el balance de mitad de año para los legisladores seguiría quedado en rojo. El Ejecutivo les impuso la agenda de las leyes de fondo que integraron la magra veintena sancionada hasta ahora. Y de cosecha propia apenas sobresale la de fertilización asistida, cajoneada durante 18 meses en la Cámara baja.
Ahora, en vísperas de la campaña electoral, sólo se vislumbra una sesión en cada cámara hasta las primarias del 11 de agosto. Y con agenda módica. El Senado acordó tratar el precio de la yerba y la flamante presidenta del bloque de diputados oficialistas, Juliana Di Tullio, reconoció que los únicos proyectos con consenso para ir a votación son la baja en el consumo de sodio y la extensión del antidoping deportivo.
Una nutrida lista de proyectos de interés social y económico permanece bajo candado. Y sólo una porción puede ser explicada en la negativa de la mayoría kirchnerista a afrontar debates impulsados por la oposición. De hecho, el Senado acaba de reclamarles por unanimidad a los diputados que se aboquen a tratar el registro de violadores que tiene media sanción desde 2011 y perdería estado parlamentario a fin de año.
Otros temas dormidos cruzan también a kirchneristas y opositores: las leyes contra el bullying (acoso escolar) y el grooming (acoso a menores por Internet), la del control de la basura electrónica, así como la despenalización del aborto y del consumo de drogas.
"Estamos transitando uno de los peores años parlamentarios. Los proyectos bloqueados por el kirchnerismo tienen impacto directo en el día a día de la gente", se queja Ricardo Gil Lavedra, jefe de los diputados radicales.
En el listado de cuestiones que el arco opositor empuja sin éxito desde larga data figuran el acceso a la información pública, la regulación de la publicidad oficial, la actualización del Impuesto a las Ganancias, la desgravación del IVA en productos básicos, el 82% móvil, la prórroga de la ley de protección de tierras para los aborígenes, la boleta única y el voto electrónico.
"Las iniciativas que hacen a la agenda prioritaria de la ciudadanía y al fortalecimiento de las instituciones han sido relegadas por el oficialismo, que antepuso aquellas funcionales a su proyecto de consolidación de poder hegemónico", sostiene el diputado denarvaísta Gustavo Ferrari.