Entre la fe y la bronca

Deportivo Maipú hizo méritos como para quedarse con un triunfo en el duelo de ida ante Chaco For Ever, pero falló en la definición y no pasó del 1-1. La vuelta, el domingo en el Norte.

Entre la fe y la bronca

Luego de la alegría por haber clasificado, Deportivo Maipú se quedó masticando bronca en su estreno en la Tercera Fase de este certamen, al no pasar del 1-1 ante Chaco For Ever. El Cruzado hizo méritos para ganar y ahora deberá hacerlo en el Norte argentino, el domingo, a las 16.

La producción exhibida durante los primeros 45’ fue lo mejor del Botellero en mucho tiempo. Consciente de que debía sacar un resultado positivo para ir más cómodo al duelo de vuelta, el local fue muy superior a partir de un enorme trabajo colectivo. Sobró actitud y oficio. Eso pedía el partido y Maipú no decepcionó.

Firme en el medio para romper rápidamente cualquier intento ofensivo de la visita, el equipo se hizo ancho para atacar con la velocidad de sus carrileros. Fernando Morán y Lucas Allosa le dieron profundidad a cada ataque del equipo cruzado y arriba Sebastián Coria volvió a ser determinante.

El “Pampero” mostró una vez más su jerarquía para jugar y dejó en claro todo su potencial. El pibe Gustavo Rigazzi ya dejó en claro que no le pesa jugar en la categoría y fue clave para ganar en el mano a mano. Su desequilibrio es fundamental a la hora de pensar en como atacar el arco rival.

Si el conjunto de Sergio Scivoletto no se fue al descanso en ventaja fue por la escasa puntería a la hora de definir. Lo merecía Maipú, por su enorme vocación ofensiva, porque siempre le supo dar un destino correcto al balón y porque nunca apostó a pelotazos sin sentido.

Lo positivo de la etapa fue la determinación con que decidió jugar el partido el conjunto mendocino. Ahí estuvo la clave del buen primer tiempo realizado.

En el complemento fue todo distinto. Ya no hubo dominio territorial ni del balón por parte del local. Chaco For Ever adelantó sus líneas, reaccionó y terminó cambiando las condiciones sobre como jugar la segunda mitad.

Pese a ello, un exquisito pase de Allosa dejó cara a cara al Pampero con Schomberger y el goleador no defraudó. Así, cuando menos lo merecía, Maipú estaba arriba en el marcador. Pese  a ello, nunca pudo calmar la ansiedad por tener que llevar al juego de vuelta una diferencia más cómoda.

Eso pesó en el ánimo del equipo y en la primera jugada colectiva que armó el equipo comandado por Osvaldo Gómez, la estantería botellera se vino abajo. Federico López capturó un rebote dentro del área y la clavó abajo, al rincón. Fue un golpe al mentón del once mendocino y ya no hubo reacción.

En la primera ocasión donde el conjunto chaqueño pisó el área local, facturó. Un dolor de cabeza inesperado. Ni el más pesimista podía imaginar un escenario como el que tiene por delante ahora el conjunto de Scivoletto. Deberá ir al duelo de vuelta pensando en atacar la valla rival y no en defender un resultado. ¿El peor panorama? No parece. Por eso se fue entre la fe y la bronca.

En maipú, hay scivoletto para rato

Ayer se conoció que la Comisión Directiva encabezada por Omar Sperdutti decidió renovarle la confianza a Sergio Scivoletto y todo su cuerpo técnico.

Así, se confirmó que el director técnico que sacó campeón al Cruzado en el Torneo Clasificatorio de 1997 continuará al frente del equipo durante el 2016.

Luego de la salida de Andrés Villafañe, y tras su renuncia a Gutiérrez Sport Club, Scivoletto llegó al club de sus amores y consiguió, tras algunos sobresaltos, meter al equipo entre los candidatos al ascenso.

Claro, antes tuvo que transcurrir la Fase Reválida y rogar una ayuda del Celeste que finalmente se dio.

Hoy, el hincha disfruta este presente. Y el DT también.

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