Entre herramientas y clavos, la histórica ferretería de la Quinta

Está en la esquina de Pueyrredón y Belgrano, y es uno de los negocios más representativos de la zona con más de 100 años de historia.

Entre herramientas y clavos, la histórica ferretería de la Quinta
Entre herramientas y clavos, la histórica ferretería de la Quinta

"¿Sale desde el suelo o desde la pared?", pregunta Maxi ante la consulta de un cliente poco habitual. La ochava de calle Pueyrredón y Belgrano está abierta, es toda una referencia para el barrio. Franco Dalla Vía es el actual propietario de la Ferretería Pueyrredón, un negocio que nació -como un almacén de ramos generales- hace más de 100 años y que hoy luce un frente de color azul y cartelería de película western.

“Este es un momento muy difícil para el rubro, porque no hay una conducta de consumo. Es un año complicado en lo económico y esto se nota en la actividad diaria. Mayo históricamente ha sido un mes malo para esta actividad; pero por el contrario este año nos ha ido muy bien con las ventas”, sostiene el dueño del local detenido en el tiempo.

Todo está dispuesto para forjar un eslabón con el pasado, un diseño aleatorio -por no decir ocasional- le da valor agregado a la experiencia del cliente. Para alimentar la curiosidad. Hay tanto para mirar: como el galardón que recibieron de la Municipalidad de Capital por su dilatada actividad comercial. Todo es ambiente.

“Uno de los beneficios que tiene una ferretería es que trabaja con muy pocos productos que tienen fecha de caducidad, es por eso que el margen de perdida es menor. Muchos de los productos del stock acompañan los cambios de la economía, se adaptan a los nuevos rangos de precio”, explica el comerciante de 36 años.

Un barril, baldes de albañilería de plástico, estanterías con perfil de madera, baldosas desteñidas, una pala colgada en el marco de una puerta de metal devenida en vidriera y el sonido del Metro tranvía paralelo al del tren (de otras épocas) visten el lugar. Esa esquina -de ladrillo cocido- es una postal de la Quinta.

En 1916, por entonces los suburbios de la ciudad, el almacén de ramos generales denominado La Higuera abrió sus puertas al público.

Franco Dalla Vía pertenece a la cuarta generación de propietarios; una cadena que instauró el español Juan Llobell. "Hace 10 años que estoy al frente del negocio, antes trabajaba programando en Autocad para hacer cortes en las placas de MDF".

En el presente, su cuñado  lo ayuda en la atención del cliente. Para los vecinos de la zona, este comercio les es propio y algunas herramientas viejas -que fueron donadas por ellos- suman elementos a este pequeño museo. “Yo pertenezco a la cuarta generación de dueños, me hice cargo de la ferretería porque mis primos habían desarrollado otras actividades”.

“Al principio como todo, requirió su tiempo de adaptación. Fue muy divertido, con un catálogo de 1.600 productos daba vueltas en los estantes buscando tornillos del 8. La 1gente me tenía paciencia, y yo -un poco caradura- tenía la presión de no chocar el negocio de la familia. Mi tía conoce muy bien la historia, y ella elaboró una pequeña reseña que leyó el año pasado en el evento que organizó la Municipalidad”.

“En un futuro inmediato no veo muchos cambios en la economía, el precio del dólar tiene paralizada a la actividad. La gente dejó de comprar. Todos los días se abre la puerta del negocio y es muy difícil poder decir que va a pasar. Con este gobierno y con el otro, como todos los días me levanto a las 7.30 para ir a trabajar”, destacó Dalla Vía.

Afuera los bocinazos de los autos, adentro el optimismo de un cliente que llegó diciendo que tenía la salvación. La mañana se sigue en cámara lenta.

Maximiliano Angelleli está parado detrás del mostrador, atiende a los clientes. "Aquí todo es original, todo está desde hace muchos años", dice con un gesto cómplice.

Un negocio histórico

En 1916, en los entonces suburbios de la Capital, comenzó a funcionar un almacén de ramos generales denominado La Higuera. En la actualidad Franco Dalla Vía es propietario, en cuarta generación, del negocio fundado por el español Juan Llobell.

l año pasado, en la Nave Cultural con comerciantes y sus familias, fue galardonado por la Municipalidad por ser uno de los negocios más antiguos de la Ciudad.

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