Fue una final adelantada, un verdadero duelo entre gigantes el que protagonizaron la Selección Argentina y España por el cierre de las semifinales del Mundial femenino de hockey sobre patines en Iquique, Chile.
La Roja, con gol de oro, derrotó a las albicelestes (2 a 1) y hoy -a las 20- enfrentará a Portugal por la corona. En tanto que, a las 18.30, Argentina ira por el bronce.
Pero el camino hacia la clasificación no fue un recorrido sencillo, porque las ibéricas exigieron un gran desgaste físico de las albicelestes; España se hizo con el control de la bocha y probaron insistentemente los reflejos de Anabella Flores (la arquera fue la gran figura del primer tiempo). Argentina, con un gol de Lorena Rodríguez (a los 3’23”), llegó al descanso sosteniendo una ventaja mínima y también oportuna.
Poca luz, mucho nervio
Si algo faltaba para que aflorará la tensión y los nervios ganaran un rol preponderante fue un imprevisto. Un chispazo que terminó en un cortocircuito, que por casi 25’, obligó a jugadores y también al público a esperar a que se restablecieran las luces en el tablero electrónico. Un hecho que había desconcertado a la organización y a los árbitros; que estuvieron a un paso de seguir con el cronometraje manual.
Una vez reanudado el partido, el segundo tiempo encontró al elenco español abusando de las faltas; rigor que intentó descolocar a las argentinas.
Para Las Águilas comenzó a tallar el oficio y la experiencia de Luciana Agudo, Daiana Silva y Adriana Rodríguez que soportaron el castigo y también empujaban por la llegada de un directo libre que nunca llegó. La arquera Teresa Bernadas había ahogado los intentos albicelestes de ampliar las cuentas.
Resguardándose del contragolpe, Argentina se movió en bloque pero en un descuido Anna Casarramona (16’35”) volvió todo a foja cero y cada disparo -sobre el final- viajaba con la esperanza de la clasificación. Ambos apoyados en la suerte del campeón, recibieron el tiempo suplementario, que asomó de la mano del fantasma del gol de oro.
En el tiempo extra, Argentina salió a arrollar a la Furia roja, toques y control; mucho patinaje fue la receta. Las Águilas dilapidaron -ayudados por la arquera Bernadas- momentos claves para quebrar la resistencia de la última línea europea, sabiendo que el mínimo error podría ponerle fin a un sueño. Y el acierto heroico, en el segundo tiempo extra, fue Español. Argentina, que había dejado hasta la última gota de sudor, abrazó la tristeza.
