Entre el desahogo y las canciones para Djokovic

Entre el desahogo y las canciones para Djokovic
Entre el desahogo y las canciones para Djokovic

Primero, no querían irse de la cancha. Después de la derecha ganadora de Delbonis, 2’ antes de las 14 horas, y bajo un sol impiadoso en Tecnópolis, se produjo lo que estos jugadores soñaron durante toda la serie: el quinto punto para Argentina. Todos saltaron de los asientos y se fundieron en un abrazo grupal inolvidable.

El capitán Orsanic también estaba. “Olé, olé, olé, Fede, Fedee”, gritaban sus compañeros que contagiaron al público. “Lo jugué con el corazón”, dijo Fede apenas terminado el encuentro. Mientras, se destapaba un champagne y Mayer, Berlocq, Schwartzman y Del Potro seguían festejando sin parar.

Y claro, dieron la vuelta olímpica y atendieron las selfies y autógrafos de los hinchas, que ingresaron gratuitamente al estadio. Ya habían pasado 20’ y nadie se iba. Hasta que llegó esa indicación que debían irse. Delpo fijó su vista a quienes hicieron sonar los bombos y alentaron durante toda la serie y les hizo un gesto señalándoles una dirección.

Y entonces la caravana continuó, primero en la combi oficial de la AAT, que retumbaba por los golpes y los alaridos. Charly, que había decidido irse caminando, se encontró con la combi y se subió a la puerta trasera con el vehículo seguía en movimiento. Después, el festejo se trasladó en el playón previo al vestuario. “Un equipo, un país”, rezaba una bandera con la que el equipo nacional hizo la vuelta olímpica en la cancha.

Con la percusión de fondo de los bombos, volvieron a empezar los bailes y las dedicatorias especiales en los cantos. Delpo ya estaba sin remera y la revoleaba. Todos en círculo, saltando y agitando los brazos, divirtiéndose. “Que venga Nole, la p... que los parió”, fue uno de las primeras frases, por la serie que se viene y en la que la Argentina será local ante Serbia. “Vení, vení, cantá conmigo, que de la mano de Orsanic, todos la vuelta vamos a dar”.

“No nos vamos nada, que nos saquen a patadas” fue la última que cantaron, después de 10’ de saltos y cantos. Ya era hora de entrar al vestuario. En el camino, Del Potro, dijo: “Me regalaron una semana espectacular”. Y aclaró: “Los héroes son ellos”.

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