Será una jornada inolvidable para los hinchas argentinos que presenciaron el partido en el moderno estadio Vendéspace, la conquista del esquivo título que se negaba a la Selección nacional desde hacía 16 años.
La tribuna albiceleste aportó su colorido y alentó (con el corazón) al equipo del sanjuanino Darío Giuliani esperanzado en que, en la cuarta definición consecutiva entre ambos rivales, la suerte se vistiera con la casaca albiceleste.
La alegría comenzó a desplegarse cuando la diferencia en el marcador (4 a 1) parecía irrefutable. Alegría, que mezclada con la tensión de los hombres en el rectángulo de juego, se transformó en llanto. Un llanto, casi infantil, por lograr lo que hasta el momento -precedido por algunas frustraciones- parecía sólo un sueño.
El rostro de David Páez (de 40 años) resumía el momento. El defensor surgido en la cantera del club sanjuanino Concepción parecía unir el pasado y el presente. Era el único hombre en cancha que logró dos coronas defendiendo la camiseta de bastones blancos y celestes, aportando dos goles en la fina. Además del título en La Roche sur Yon (2015) integró el plantel que se coronó en la ciudad de Reus (España) en 1999.
“Qué más puedo pedir que retirarme así. Les agradezco a todos. A mi familia, a mis hijos... y también a la gente que me criticó y que pensaba que por mi edad no podía jugar. Estoy feliz”, confesó el “Negro” a un medio sanjuanino al finalizar el partido.
Confirmada la próxima sede
Argentina, pentacampeona, defenderá su cetro en Barcelona 2017. El torneo se realizará en el marco de la primera edición de los World Roller Games, evento que reunirá a todas las disciplinas del patinaje.
