El 97% de los ejecutivos de empresas industriales considera que la baja competitividad de la Argentina puede mejorarse. Un 54% dice que se puede lograr en un período de 5 a 10 años y un 43% estima que los resultados podrían verse en un lapso no menor a 20 años. Así surge de la encuesta “Competitividad en las empresas industriales argentinas” realizada por la consultora Numan y la Escuela de Supply Chain y Logística IEEC durante el Foro Argentina Industrial 2017.
El relevamiento se realizó entre 101 ejecutivos de compañías de consumo masivo, farmacéuticas, químicas, metalúrgicas, automotrices, de packaging, agroindustriales, eléctricas, de energía y metalmecánica nacionales y multinacionales.
“Así como el consenso es que la competitividad se puede mejorar, también hay acuerdo en que va a llevar muchos años: las condiciones macro tardan mucho tiempo y también es de largo plazo modificar la cuestión cultural en las empresas”, dice Daniel Urman, director de Numan, que se especializa en reclutamiento de mandos medios y altos en áreas de ingeniería, cadena de abastecimiento y ventas industriales.
La mayor parte de los encuestados reconoció que el concepto de competitividad está alta o medianamente vinculado a la gestión diaria de su empresa (85%) y cuando se les preguntó por tres políticas internas que se están implementando o se implementarán para mejorar la competitividad, casi la totalidad eligió la mejora de procesos (89%). Luego siguieron la inversión en maquinaria o inmuebles (59%) y la reducción de gastos y/o de personal (50%).
Menos fueron las que optaron por los programas de capacitación y entrenamiento del personal (41%) y por la investigación y desarrollo de nuevos productos y servicios (28%).
Urman señala que, en cuanto a la mejora de procesos, las empresas tienen, justamente, “mucho para mejorar”. Durante las discusiones en el foro, cuenta el consultor, “aparecieron propuestas de mejora no sólo de forma individual, sino en clusters: buscar sinergias por sector y zona geográfica para bajar los costos en logística”.
“La inversión en activos o inmuebles es una estrategia más defensiva: te resguarda frente a algunos escenarios”, analiza Urman.