Que todos los niños y niñas de Argentina puedan disfrutar en forma plena de los sus derechos de cuidado, protección y apego a sus papás durante los primeros meses de vida, es el objetivo de un proyecto impulsado por tres organizaciones de peso en materia de infancia que elevaron una propuesta al Congreso de la Nación para que exista una ley destinada a extender los días de licencia para todos los trabajadores por igual tras el nacimiento de un hijo.
La propuesta fue llevada ante los legisladores nacionales el miércoles pasado y de ahora en adelante seguirán las tratativas para lograr que su espíritu se materialice como una normativa de talla nacional.
Se trata de una iniciativa conjunta, por la que viene trabajando el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento en coordinación con Unicef Argentina y el Equipo Latinoamericano de Género y Justicia (ELA).
En líneas generales, la regulación que buscará contar con el "ok" del Congreso consiste en la puesta en vigencia de una reglamentación que establezca una licencia de 98 días por maternidad y la extensión a 30 días por paternidad.
A esto se sumarían las licencias familiares, que consisten en un beneficio de 60 días más (tanto para las madres como para los padres) que se podrán utilizar de manera fragmentada, a medida que se vayan requiriendo una vez que se cumplió la licencia y se retonó al puesto de trabajo.
Hay que recordar que en la actualidad, los plazos de las licencias en el país son los más bajos de América Latina. En nuestra provincia es de 90 días para las mujeres, en tanto que entre los varones existe un alto nivel de inequidad, ya que los que se desempeñan en el sector estatal cuentan con quince días (corridos) y los del privado sólo con dos.
En Mendoza, este grupo incluye a unos 250 mil varones (flamantes y potenciales padres) que no podrán estar presentes al 100% en su hogar luego de la llegada de un nuevo integrante a la familia.
Debido a que esta situación es compartida por miles de hombres de todo el país, las entidades que abogan por esta nueva legislación buscan establecer un piso universal para todos los trabajadores, más allá del sector en el que se desempeñen o si trabajan en relación de dependencia o no.
Para sostener la propuesta en números, las entidades calcularon que la inversión necesaria estimativa para cumplir con el esquema de licencias de aquí a 2020, es de 36 mil 928 millones de pesos, una cifra que representa el 0,2 del Producto Bruto Interno (PBI).
De esta manera, explica Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social de Cippec, se lograría el otorgamiento de las licencias de una manera más justa.
Esto, a su vez, repercutirá de manera positiva en los hogares, puesto que la presencia del padre tras el nacimiento de un nuevo ser, es un derecho tanto del/la bebé como del varón.
Los beneficios también redundarán para la pareja y el bienestar del pequeño/a que requerirá tiempo, atención y afecto para vincularse con sus padres y adaptarse a la lactancia.
De hecho, recalca Langou, la presencia del padre contribuye en este aprendizaje para el bebé y su mamá debido a que al contar con una figura de apoyo y apego en el hogar disminuyen los niveles de estrés de todos los miembros de la familia.
Se trata de un derecho fundamental del niño a recibir todo el cuidado y cariño necesarios de ambos padres, de manera armónica.
"Garantizar esto también es una responsabilidad del Estado y un desafío para el sector empresario", destaca Langou y asegura que el próximo paso para avanzar en el proyecto, será llevarlo en breve a la Comisión de Niñez, Adolescencia y Familia del Congreso. "Creemos necesario que se trate en esta Comisión y no en la de Trabajo, como es habitual, ya que la mirada está puesta en el derecho del niño", enfatiza.
Las políticas de cuidado, establece la iniciativa presentada por las tres organizaciones, también deberán apuntar a garantizar un mayor compromiso para que la lactancia materna perdure aún luego del retorno de la madre al trabajo.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva hasta los seis meses de vida y complementaria hasta los dos años.
En ese sentido Langou explica que la reconfiguración del actual esquema de licencias por maternidad, paternidad y familiares se focaliza sobre tres objetivos: contribuir a la efectiva conciliación entre la vida productiva y la reproductiva, mejorar el bienestar y el desarrollo de los niños recién nacidos y distribuir la carga de las tareas de cuidado y domésticas de una forma equitativa.
Desde el punto de vista de Nora Schulman, directora del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de los Derechos del Niño (Casacind), avanzar en esta ley significaría para los argentinos un paso al frente.
"Comenzar su vida protegido y amparado por sus padres es un derecho fundamental y básico de todos los niños del mundo", dice Schulman citando los preceptos de la Convención Internacional de los Derechos del Niño.
Objetivos de la propuesta
Universalidad. Alcanzar a todas las personas que son padres o madres en Argentina, independientemente de su categoría en el mercado laboral.
Coparentalidad. Buscar una distribución más justa de tareas de cuidado y crianza entre varones y mujeres.
Equidad. Tomar en consideración las diversas conformaciones de familias (especialmente con el matrimonio igualitario) y buscar igualar sus derechos.
Gradualidad. Es posible buscar una expansión gradual del actual régimen de licencias para que, respetando los principios anteriores, se llegue al escenario deseado.
Adecuación. De la normativa nacional y provincial a los estándares internacionales. Argentina se encuentra rezagada en el contexto latinoamericano. Se busca establecer un piso mínimo de licencia por maternidad de 98 días (siguiendo la recomendación de Organización Internacional del Trabajo), ampliar la licencia por paternidad y crear una licencia familiar.
