Un enfoque de la movilización del jueves 13 de setiembre y la motivación económica

Un enfoque de la movilización del jueves 13 de setiembre y la motivación económica
Un enfoque de la movilización del jueves 13 de setiembre y la motivación económica

Aprovechando la realización de un relevamiento en los ocho departamentos más poblados de la provincia de Mendoza (Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Luján, Maipú, San Martín y San Rafael, equivalente al 80% del padrón electoral de la provincia) los días 11, 12 y 13 de setiembre, casualmente simultáneo con la convocatoria a través de las redes sociales a la concentración de protesta del día 13 de setiembre, nos permitimos realizar un enfoque sobre “en qué medida la queja” tiene motivos económicos y en qué medida fueron otros los motivos.

Respecto a la movilización

Una movilización espontánea como la realizada sólo puede entenderse a partir de tres experiencias constituyentes

* “Reconocimiento (en sí mismo) de la necesidad de hacer un reclamo” (rebeldía individual).

* “Reconocimiento en el otro (clima social percibido) a partir de entenderlo partícipe del mismo reclamo” (rebeldía colectiva).

* El tercer componente constitutivo de “la movilización” es la percepción que la situación objetada puede extenderse, demasiado, en el tiempo.

Para lograr el reconocimiento en el otro, el reclamo debe simplificarse en un “único reclamo”. Si los reclamos fueran “varios y diversos” la posibilidad de “reconocerse en el otro” sería compleja y requeriría de “un mayor conocimiento del otro y de la elaboración de un acuerdo entre los participantes”.

Este “reclamo único” es independiente de “la diversidad de motivos” que convergen en ese reclamo coincidente. Es decir, que desde distintas motivaciones, se llega a un reclamo único que es lo percibido (clima social percibido) y lo que provoca el acuerdo movilizador. Desde este punto de vista, el reclamo fue “no a la re reelección”. Este vértice es el que produce el acuerdo movilizador y el reconocimiento entre los movilizados. No pueden ser otros más.

Interpretar que el “reclamo es también contra la oposición” es no interpretar correctamente el suceso, dando a la oposición un lugar que la gente no le dio. En todo caso, el mensaje para la oposición es: nosotros no queremos la re reelección pero tememos que el Gobierno logre imponerla. Ustedes ¿qué harán?

La teoría y la experiencia demuestran que este tipo de movimiento espontáneo y masivo, por sí solo, no puede sostener su acuerdo y lograr una proyección en el tiempo. Por ello, a la política, se le abre una oportunidad que no es sólo “reconocer el reclamo” sino también “sustentar el reclamo, justificarlo y abrirle horizontes de desarrollo y canalización”.

Es claro que el horizonte posible del reclamo, su proyección, en el marco de un sistema democrático, son las próximas elecciones. Pero para intentar canalizar y proyectar el movimiento hacia un resultado anhelado -la formación de una corriente de opinión pública favorable- es necesario conocer las motivaciones originarias del proceso y los marcos valorativos de los distintos sectores autoconvocados. Es explorando las representaciones de los ciudadanos que podemos proponer una concordancia cognitiva entre lo que ellos creen y valoran y nuestras propuestas. La herramienta política no es otra que el discurso, en su más amplia acepción: la palabra oral y escrita, las imágenes y los gestos.

Respecto a las motivaciones

En una simplificación, a partir de dos de las unidades temáticas relevadas en la encuesta, extractamos los siguientes datos:

Un 60,9%  no quiere seguir con CK.

Un 27,8%  quiere seguir con CK.

Un 11,3%  no sabe si quiere seguir con CK.

Se consultó a la gente si “tenía deseo o necesidad de cambiar o adquirir alguno de los siguientes bienes: casa, auto, televisión, muebles de cocina o comedor, teléfono celular”. Si la respuesta era positiva, se le preguntaba que “posibilidad veía de concretar el deseo en los próximos 12 meses”. Se le preguntó además si “había tenido que descartar algún proyecto por la restricción en la compra de dólares”.

Reagrupando las respuestas, conformamos 3 grupos:

1) Aquellos que desean cambiar alguno de los bienes propuestos, cree poder hacerlo  en los próximos 12 meses y no se han perjudicado en ningún proyecto por la restricción en la compra de dólares (desea y cree que podrá: optimistas).

2) Aquellos que desean cambiar alguno de los bienes propuestos, no creen poder concretarlo en los próximos 12 meses y/o han debido abandonar proyectos por la restricción en la compra de dólares (desea y no cree poder: pesimistas).

3) Aquellos que no desean cambiar ninguno de los bienes propuestos y no han debido abandonar ningún proyecto por la restricción en la compra de dólares (no desea: satisfechos).

El recuadro (aparte) muestra los resultados cruzados con la posición respecto a la continuidad de Cristina K en el gobierno.

Resumiendo

Un 33% de la población que “no seguirían con CK” tiene, al menos, una “frustración” de tipo económico (pesimistas). Ello representa más del 54% de quienes “no seguirían con CK”.

Un 15,35% de la población (optimistas) más un 12,54% de la población (satisfechos) declaran su voluntad de “no seguir con CK” a partir de otras motivaciones, distintas a la económica. De este último grupo (optimistas + satisfechos) interesa conocer a partir de qué marcos valorativos niegan la continuidad de CK.

De igual manera, podemos ver que, entre los que desean seguir con CK, un 79,9% se conforma de “optimistas” o “satisfechos”. El 20,1%, “pesimistas” desea la continuidad de CK a partir de un marco valorativo fuera de lo económico.

Este reducido ejemplo podría servir para demostrar que “no existe una realidad común para todos, sino representaciones de esa realidad, y no podemos partir del principio que los “otros” poseen las mismas referencias que nosotros”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA