La ex ENET N°1 celebra sus bodas de diamante

Hoy la escuela se llama Ejército de los Andes 4-117, pero todos siguen llamándola por su nombre original. Hasta 2011 sólo educó varones, cuando entraron a sus aulas chicas y profesoras. Hoy este tradicional establecimiento hasta tiene una abanderada.

La ex ENET N°1 celebra sus bodas de diamante
La ex ENET N°1 celebra sus bodas de diamante

Durante décadas preparó a los jóvenes para enfrentarse a la vida con el mismo espíritu que permanece intacto a pesar del paso de los años, y el lógico cambio de docentes. Se trata de la escuela técnica 4-117 "Ejército de los Andes" (ex Enet N°1), que celebra sus 75 años educando a los adolescentes sanrafaelinos.

Ubicada en Entre Ríos y Cornú, sus modernas instalaciones no impiden que permanezca el recuerdo de la vieja casona que la albergó durante años en la esquina de Mitre e Italia donde nació el 1 de abril de 1938 como escuela de artes y oficios de la Nación, donde Rafael Maresca fue su primer director.

Sin buscarlo, esta escuela que impartía clases en tres turnos -mañana, tarde y noche- se convirtió en la madre de otras dos instituciones como la "Reynaldo Merín" (conocida como Enet Nº2) que tuvo sus orígenes en el anexo que funcionaba en un edificio alquilado en la calle Segovia, y la "Manuel Belgrano", del paraje Salto de las Rosas, en el distrito de Cañada Seca.

La escuela posee dos especialidades: electromecánica y construcciones. Al frente de la dirección se encuentra la ingeniera Graciela Balacco, acompañada por el vicedirector Héctor Ávila, los regentes Cecilia Musa y Alberto Giménez, uno de los tantos docentes que fue alumno de la escuela y regresó para impartir sus conocimientos a los jóvenes, como también de un gran plantel de 362 profesores.

En la actualidad cuenta con una matrícula de 1.000 alumnos que asisten a clases en tres turnos -mañana, tarde y vespertino-, brindando una importante cantidad de egresados que son muy requeridos en distintos campos laborales no sólo en el ámbito departamental sino también provincial y nacional.

Mientras existió el turno noche -al tener mayores comodidades en el nuevo edificio se cambió al vespertino- a sus estudiantes se les otorgaba el título de maestro mayor de obras. Si bien hubo un tiempo en que esta especialidad desapareció y se cambió por la de técnico mecánico, la demanda de la sociedad hizo que se volviera a capacitar a los alumnos para retomar con el título de técnico en construcciones.

Durante mucho tiempo quienes pasaron por sus aulas escucharon hablar del nuevo edificio que parecía una quimera, aunque tras una década de construcción fue inaugurado en 1993. "Ya en 1979 se hablaba del nuevo edificio y se hicieron diferentes campañas para juntar materiales, como la de las bolsas de cemento donde la gente aportaba lo que podía", contó Giménez a

Los Andes.

"Fue muy emocionante el traslado porque se hizo un pequeño acto en la vieja escuela, se bajó la Bandera por última vez y todos -docentes y alumnos- nos vinimos caminando hasta el nuevo edificio", señaló Balacco al tiempo que la regente Musa recordaba que se trasladó el mástil de la vieja escuela y una antigua parra histórica que continúa como testigo silencioso del paso por sus estudios secundarios de miles de adolescentes.

Hablar con sus docentes es contagiarse del entusiasmo de trabajar en una escuela considerada "una isla" para su directora, quien resalta el compromiso y la responsabilidad de los estudiantes. Su nivel académico, las posibilidades que les ofrece para insertarse al concluir tanto en el mundo universitario como en el laboral, hace que cada principio de ciclo lectivo haya padres buscando banco para sus hijos que ingresaran recién al año siguiente. "Tenemos seis divisiones de 1º año y no hay más por falta de espacio físico", contó Balacco y agregó que por ejemplo para 2013 tras la inscripción de abanderados y escoltas se completaron tres cursos.

Esta escuela como muchas las de su tipo tuvo hasta hace poco tiempo una matrícula casi exclusiva de varones, y a pesar de que cada año ingresan más mujeres el 80% de su matrícula es masculina. Aún así, los docentes destacan la presencia femenina tanto en el compromiso de las adolescentes en las aulas como el de las docentes, como es el caso de dos maestras de enseñanza práctica que desde 2012 supieron ganarse su espacio en un lugar -hasta ahora- sólo de varones como el taller. "Las dos dan práctica en taller así que sueldan, hacen moldeo, están abriendo camino en un área que era sólo de hombres, realmente se han ganado el puesto", comentaron los regentes.

En cuanto a género la escuela tiene en su anecdotario que durante 73 años tuvo directivos sólo varones, hasta que en 2011 Elena Gianmateo estuvo a cargo de la dirección durante un año. Para este ciclo lectivo también una mujer ocupa un cargo de honor en la escuela como es ser abanderada, como Lucía Ugarte, de la especialidad de construcciones.

La buena relación con las empresas y comercios del medio -con firmas como Peugeot que donó un auto para que los chicos estudien- los convenios con las UTN y la UNCuyo, el interactuar con la sociedad en diferentes cosas ya sea en la fabricación de máquinas como en la presencia y ayuda del centro de estudiantes en los hogarcitos de San Rafael, hacen de la ex ENET una institución muy especial para sus alumnos y destacada para la comunidad.

Un proyecto tecnológico de alto vuelo como es automatizar las industrias se instaló hace diez años en la escuela, y les brinda a los estudiantes un certificado de PLC (controlador lógico programable). Se trata de un proyecto integrado aula taller, donde los chicos como tesis final realizan el prototipo o una máquina automatizada que por lo general responde a las necesidades de la zona mediante la aplicación de todos los conocimientos adquiridos en los seis años de escuela.

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