Energía, la vedette que ofrece la Argentina en el foro “Mini-Davos”

Se discutió sobre energías renovables, petroleo y gas.

Energía, la vedette que ofrece la Argentina en el foro “Mini-Davos”

“Hay países de cinta roja y hay países de alfombra roja. Argentina es de alfombra roja”. La frase que mejor sintetizó ayer lo que Mauricio Macri busca lograr con eventos como el Foro de Inversión y Negocios iniciado en el Centro Cultural Kirchner no fue dicha por él ni sus funcionarios, sino por la estrella que concentró la mayor atención: Andrew Liveris, el presidente y máximo ejecutivo mundial de Dow, la empresa química que está en proceso de fusión con Dupont para formar el mayor grupo químico de occidente.

El foro, bautizado como “el Mini-Davos” exhibió una inusitada cantidad de ejecutivos y empresarios de categoría mundial que respondieron a la convocatoria de Macri, quien juega buena parte de su suerte no en un único evento como este, pero sí en que se concreten las inversiones que Argentina necesita para elevar su productividad, poder generar los impuestos que demanda su gigantesco sector público, poder vender algo más que materias primas y no hacerlo en base a salarios bajos con los que nunca contará.

En ese sentido, el foro fue un éxito. Ayer, los nueve pisos y dos subsuelos del CCK eran un hervidero en el que más de 1.600 ejecutivos de distintos lugares del mundo se mezclaban con argentinos.

Entre ellos, muchos CEO (chief executive officer o máxima autoridad ejecutiva) de gigantes con intereses múltiples parecidos a Liveris, como Robert Dudley (British Petroleum), Michel Hourcard (Total), Joe Kaeser (Siemens) o Muhtar Kent (Coca-Cola), por nombrar a algunos.

Pese a los múltiples eventos simultáneos, una cosa quedó clara: las dos mayores ofertas a las que convoca la Argentina son la energía y los alimentos. Los segundos, por la sencilla razón de que éste es uno de los países que debe alimentar a los demás.

En la primera, porque desde hace varios años importa energía pese a tener la segunda reserva de gas no convencional y algunos de los mejores vientos y radiaciones solares del planeta.

La energía predominó ayer, con dos mesas redondas, dedicadas a las energías renovables, que colmó la gigantesca sala Argentina, y al petróleo y gas, que se abarrotó de ejecutivos que permanecieron parados durante más de una hora.

En los dos eventos, el ministro Juan José Aranguren dio el mismo mensaje: es absurdo que Argentina haya terminado importando energía, su gestión está empeñada en gestar un marco institucional y de precios racionales y Argentina tiene los recursos naturales y humanos; le falta el capital.

Mauricio Bezzeccheri, de la italiana Enel, que tiene usinas térmicas a gas en el país desde hace años y participó en las recientes licitaciones de renovables, coincidió con Martín Genesio, presidente de Aes Argentina (estadounidense) y con Marcelo Mindlin, de Pampa Energía: se necesitan reglas de juego estables.

El consultor español Ramón Baeza (Boston Consulting Group) había dicho que el país necesita inversiones por 24 mil millones de dólares en todo el sector energético para volver a abastecerse.

Lorena Ciciriello, directora de la consultora londinense Ankhal Energy, puso desde la audiencia el dedo en la llaga: “¿Cómo se podrá financiar eso en proyectos que han sido convocados a 20 años si la sobretasa que debe pagar Argentina no baja?”.

Kind no se amilanó. Dijo que en las licitaciones realizadas hace días para renovables se esperaba recibir ofertar por mil millones de dólares pero llegaron a 6.000 millones.

Repitió varias veces: “Se van a sorprender por las tasas de los proyectos cuando demos a conocer los resultados de la licitación”.

No todo es renovable. En otra mesa, dedicada a gas y petróleo, Iván Marten (Boston Consulting Group) planteaba que las oportunidades son también los pozos maduros convencionales, la explotación offshore y, sobre todo, el gas no convencional.

El país se va a beneficiar de la baja de costos de 35 por ciento en sólo dos años en shale gas. Con él estaban el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez; el director de Shell Argentina, Teófilo Lacroze; el vice de Bridas, Marcos Bulgheroni; y el presidente de Dow Argentina y subordinado de Liveris, Gastón Remy, por lejos el más entusiasta del grupo, casi tanto como su jefe.

“Hagan como Dow y anímense”, arengó Remy, y explicó por qué tanto entusiasmo: la de Argentina es la sexta subsidiaria más importante de Dow en el mundo y es el quinto exportador industrial más importante del país.

Más importante es que y está en toda la cadena y justo en el lugar donde se entrecuzan el petróleo y el agro. Asociada a YPF, es concesionario de El Orejano, la mayor explotación de shale gas del mundo fuera de los Estados Unidos.

Con Mega, separa gases que luego van a su planta de Petroquímica Bahía Blanca, donde se transforman en fertilizantes e insumos de múltiples productos.

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