El enduro en Mendoza es una de las modalidades del motociclismo más exigentes y arriesgadas, también considerado entre los deportes extremos. Son carreras tipo rally cuyo escenarios requiere de gran destreza, resistencia y velocidad, y el piloto necesita de coraje para encarar barrancos y desafiar a la gravedad. La provincia cuenta con una excelente geografía para practicarlo y es de gran atracción.
El piloto mendocino más conocido y de referencia internacional es Franco Caimi, quien se ha destacado año tras año en la competencia de Rally Dakar, competencia donde resalta entre las damas, la española Laia Sainz. Sin embargo, en esa misma rama hay mujeres de nuestro medio de gran trayectoria pero que no han trascendido por existir una invisibilidad en las competencias. De hecho en Mendoza la hubo hasta este año porque finalmente se logró una categoría propia de damas y otra de niños.
Maribel Giordani es una de las pilotos más condecoradas en la provincia, quien tras ganar el campeonato latinoamericano del año pasado, fue medalla de bronce en el Mundial 2018, además de obtener podios en nacionales y campeonatos locales. A sus 35 años, hija de piloto, hermana de dos enduristas, madre de dos nenas que también corren y esposa de piloto master, se embarcó en un pretencioso desafío vinculado a que mujeres y niños tengan sus categorías propias, no solo a nivel local y sino también en el ámbito nacional.
Por su parte, Patricia González, de 43, presidenta desde hace dos años de la Federación Mendocina del Deporte Motor, logró que dicha entidad sea afiliada a Camod (Confederación Argentina de Motor Deportivo) y desde allí busca que las mujeres tengan su lugar entre tantos hombres, ya que las pilotos actualmente deben competir en las mismas categorías que los varones.
Estas dos enduristas se destacan por su carácter y personalidad para imponerse a los obstáculos y miedos, tanto arriba de sus motos como así también en lo que a gestión se refiere. Y ambas trabajan por incorporar en los campeonatos a las mujeres con categorías propias y a los niños, quienes nunca tuvieron sus certámenes. Estas dos referentes del enduro dialogaron con ELLAS, y explicaron cuáles son los objetivos del enduro local.
Dos federaciones e igual cantidad de torneos
En Mendoza tenemos a la Federación Mendocina del Deporte Motor y la Federación Mendocina de Motociclismo Deportivo. La primera organiza el Campeonato Mendocino de enduro y la segundo, el Provincial. Este último es el que contiene damas y niños incluídos a partir de este año en el campeonato.
Maribel, contó que “antes ninguna federación hizo lugar a los niños y damas. Entonces, después de correr varios campeonatos a nivel nacional y ver como otras provincias tienen esas categorías, me puse en campaña de hacer un campeonato para estas divisiones y lo logré. Fememod fue la única federación que nos abrió las puertas. Este año es la primera vez que mujeres y niños tienen competencia propia y actualmente ya hay 50 menores y cerca de 15 mujeres”.
Patricia manifestó que después de este año de lanzamiento, para el próximo se buscará "unificar entre ambas federaciones el campeonato femenino y de niños ya que son dos segmentos fuertes en este deporte", aseguró la primera presidenta de una federación mendocina de motor.
Estas pioneras afirman que hay 15 mujeres activas, pero no todas corren en competencias. "Además, en motocross tenemos a una piloto junior, Brenda Righi, que es nuestra referente. Y tuvimos a Dalila Hidalgo quien ya se retiró pero fue tricampeona argentina", sostuvo González, quien también afirmó que hubo presencia femenina en las picadas con grandes logros.
Inicios, experiencias, vivencias y las familias a su lado
"Siempre hemos competido contra hombres y si bien tuvimos buenos resultados, la condición física no es la misma. A las mujeres nos cuesta el triple. Sin embargo, el enduro no es sólo físico, es pensante y tenés que tener experiencia. Es un complemento de situaciones, destreza y resistencia. En esto es igual que los varones, pero considero que es necesario una categoría de mujeres", afirmó Maribel, quien comenzó a competir a los 9 años.
Giordani solamente dejó de competir con sus embarazos, de Valentina (11) y Agostina (7), quienes también son pilotos. Heredó su pasión por el enduro de su padre, al igual que sus dos hermanas. Su marido también corre. "Él se postergó para que yo pudiera ir a las competencias. Otro año será su turno. Pero si no hacemos así, no podríamos practicar este deporte y tampoco las niñas", dijo.
Por su parte, el amor por las motos de Patricia también surgió de chica, pero comenzó a practicarlo de adulta.
“Mi pasión por las motos surgió desde muy pequeña porque nací en Dorrego, en una zona llena de talleres y mis amigos eran hijos de los mecánicos. Así que me la pasaba preparando motos para picadas. Con el enduro comencé a los 33 años, ya casada y con hijos (Martín de 18 y Franco de 14). Mi primer moto la heredé de mi marido, una honda HR 250. Lo mío no es la competencia pero si me gustan muchos las carreras clásicas porque son con grupos de amigos. Mi pareja de carrera es Daniel ‘Yeti’ Giampietri, de 77 años. Corrimos en el Desafío del Indio en San Francisco del Monte de Oro, en San Luis. Y terminamos. El año pasado corrimos el Trasmontaña, era una deuda pendiente. Fueron 7.15 horas arriba de la moto cruzando la selva tucumana”.
Organizar requiere de mucho esmero y esfuerzo
Ambas mujeres han logrado obtener subsidios para amortiguar los gastos que requiere organizar y practicar el enduro. Y según cuentan, es una gestión que pese al esmero, pocas veces se obtiene apoyo.
“El año pasado salí campeona latinoamericana de enduro y fui la única argentina. Allí nuestro país no presentó categoría de niños, porque no existe. Por lo que cuando llegué me propuse armar un seleccionado. Junto a Julieta Camarga (Jujuy), campeona argentina, vamos a dictar cursos de preseleccion en Uspallata y ya tenemos 35 niños inscriptos de todas las provincias. Y conseguimos un subsidio de FIM latinoamerica para poder llevar a todos esos chicos al próximo latinoamericano de enduro”, manifestó la campeona, quien agradeció a la Municipalidad de Las Heras y a la Subsecretaría de Deportes por sus aportes para el curso.
Patricia, por su parte, agregó: "Desde la Federación hemos intentado pedir algún tipo de subsidio y nos han rechazado porque lo consideran elitista. Y no es así. Hay pilotos que se privan de un montón de cosas por tener una moto. Es un deporte caro pero hay muchos buenos pilotos; y Mendoza tiene a los mejores. Este año pudimos conseguir un subsidio para ayudar a los organizadores".
Maribel, remató: "En mi caso le voy a dar prioridad a las chicas para que lo practiquen y se desarrollen sin el sacrificio que tuve que hacer yo. A mis 20 años, en mi plenitud deportiva, nunca pude salir del país para poder representar a la Argentina. Y quiero que eso no pase con las corredoras que vienen de más abajo. Quiero que las jóvenes lleguen a representarnos en torneos internacionales".
El enduro no es para cualquiera
La dama arriba de una moto requiere de un coraje especial. Porque "se te cae la moto, la nafta sobre la ropa, bajo situaciones complicadas, tirada en un barranco con la moto de 110 kg. encima y no podés quedarte llorando, preguntándote 'por qué a mi'. Hay que salir como sea, adolorida, embarrada, raspada por todos lados, a veces fracturada y con espinas de cactus. El enduro es esto también", expresó Patricia. Y Maribel, agregó: " Antes de subirte a la moto no podés hacerlo si estás pensando en que algo te va a pasar. Hay que estar lista. Por eso insisto en aprender desde niños porque llegás a mayor y el miedo ya no existe".
Los peques motorizados
La categoría de niños van desde los 2 hasta los 15. Están divididos en C1 de 2 (corren con motos eléctricas) a 6 años (50cc), C2 de 6-8 (de 50cc). En total hay 22 niños. Luego están las categorías B (9 a 12, cilindrada 85) y A (desde los 12 a 15, con rodado grande, de 125 o 150 cc).