La noticia, aparecida en medios nacionales, de que la Dirección General de Aduanas (DGA) endureció las medidas para el ingreso en los pasos fronterizos de productos traídos de otro país puso en alerta a muchos turistas mendocinos que suelen comprar en Chile. No obstante, desde el organismo confirmaron que no existe, por ahora, ninguna nueva resolución en ese sentido.
Desde la sede local de la DGA explicaron que la normativa vigente es suficiente para evitar, en caso de ser necesario, que se produzcan "abusos o excesos" en la cantidad de productos admitidos desde otros países a la Argentina.
Específicamente, lo que trascendió fue que en un paso fronterizo de Neuquén se reinstauró el decreto 1.001/82 sobre el "régimen de equipaje" y así se restringió la entrada de los productos de línea blanca, como heladeras o lavarropas.
Sin embargo, el decreto, a pesar de su antigüedad, tiene plena vigencia. "Es el decreto reglamentario del Código Aduanero", informaron empleados de la DGA al tiempo que aclararon que en la sede mendocina se enteraron por los medios de la supuesta nueva medida. "Acá no hay nada nuevo. Seguimos trabajando como veníamos hasta ahora", informaron.
Sólo bienes "portátiles"
Es cierto que el régimen de equipaje ha tenido eventuales actualizaciones. De hecho, el que ahora rige para los pasos fronterizos, data de 1994 (Resolución 3.751/94) y dispone, entre otras cosas, la actualización de las franquicias (reglamentadas por el decreto 1.001/82) a través de las cuales quienes vuelven del extranjero pueden ingresar cualquier producto por valores inferiores a U$S 150, por vía terrestre y U$S 300, si regresan por avión.
Todo lo considerado "excedente", que supere los valores de la franquicia, siempre que los objetos se encuadren en el concepto de "equipaje", debe tributar un valor equivalente al 50% sobre el mencionado excedente.
Pero el decreto 1.001/82, también establecía -en su tiempo- las pautas para el ingreso de productos, lo que hoy todavía se aplica. El artículo 58 de esa norma detalla los productos a ingresar "como equipaje". Así, está permitido traer desde prendas de vestir hasta elementos de tocador y de consumo personal, como joyas, libros y revistas.
También se pueden pasar cámaras "fotográficas y cinematográficas", acompañadas de una cantidad "razonable" de películas y accesorios; aparatos de proyección portátiles; binoculares; fonógrafos portátiles; grabadores portátiles; receptores de radio y de televisión también portátiles, entre otros.
"Tal vez lo portátil es el término a considerar", señaló Carlos Clement, titular de la empresa de despachos de Aduana, Clement y Asociados. Según este especialista, cuando alguien viaja a Chile "difícilmente se lleve su lavarropas", por lo que consideró lógico que al regresar se cuestione su ingreso.
De todos modos Clement reconoció que "la conveniencia económica" genera el comportamiento de los que cruzan la frontera para comprar más barato.
En la DGA también entenderían esto, ya que de lo contrario "se habría aplicado con más fuerza el decreto en todos estos años", enfatizó Clement. Efectivamente, los agentes aduaneros no suelen restringir el ingreso de grandes artefactos, aunque están en condiciones de hacerlo. Por lo pronto, en la actualidad sólo se limitan a contemplar las franquicias y a cobrar el impuesto a los excedentes.
En Horcones todo sigue igual
La situación ocurrida en la frontera patagónica no ha tenido, hasta el momento, un correlato en el complejo aduanero de Horcones.
En las oficinas que el organismo tiene en calle Peltier informaron que siguen aplicando toda la normativa vigente, incluyendo la resolución 2.653/09 (y su modificatoria, la 2.658/09), específica para la "admisión y salida temporal de vehículos particulares" hacia Chile, emergente del Convenio de Turismo Argentino-Chileno, aplicada para "consolidar la cooperación e integración entre ambos países".
También tiene esa orientación la folletería informativa para turistas argentinos con las advertencias en cuanto al equipaje que se permite traer, basadas en el decreto 1.001/82, el cual nunca dejó de tener validez, lo que deja abierta la posibilidad de que haya restricciones a la entrada de electrodomésticos o de cualquier objeto no contemplado en las autorizaciones.