Encuentros de una noche de verano mendocino

En la sección “Cómo Somos” de revista ClubHouse, analizamos cómo influye la llegada del estío con el aumento de las reuniones sociales.

Encuentros de una noche de verano mendocino
Encuentros de una noche de verano mendocino

Por Zulema Usach

A medida que nos acercamos a los días que se estiran de la temporada en ciernes, parece haber más tiempo para disfrutar con amigos, la familia o en pareja cuando el clima invita a encuentros improvisados. Los especialistas apuntan a ser conscientes de vivir el momento y disponerse, simplemente, a pasarla bien.

Las noches más frescas del verano, que dan una amable tregua al calor del día, invitan a quedarse más tiempo con los ojos abiertos y el espíritu dispuesto a regalarse un momento para disfrutar de los afectos. Son días de aroma a tilo, jazmín y lavanda, impregnados de brisas envueltas en aroma a tierra mojada, los que dejan la puerta abierta a las charlas en el parque, a asados improvisados o rondas de mates entre amigos.

Así, a medida que se acerca el verano y con él, las tan ansiadas vacaciones -de la escuela, la facultad y el trabajo- el tiempo para ir al encuentro con las personas más queridas está un poco más al alcance de la mano. Lo cierto es que está en cada uno tomar la iniciativa para sacarle el máximo provecho posible o no.

Ya lejos de las gélidas noches de invierno, la cercanía con las Fiestas de Fin de Año, se suman al combo de “excusas” que alientan nuestra capacidad de sociabilizar, de acercarnos a aquellas personas que queremos pero que el ajetreo cotidiano hizo que no las viéramos por meses.

Es la oportunidad -hoy, mañana o la semana que viene- de darse esos minutos vacíos en la agenda diaria y organizar aquel prometidísimo y adeudado cara a cara con quien desde hace meses estamos en contacto -en el mejor de los casos- vía celular con mensajitos y cadenas de whatsapp incluidos.

Una noche, una tarde o -por qué no- esa mañana en la que ya no debemos ir a hacer trámites, puede ser la ventana para entrar por la casa de una hermana o hermano y pasar por unos buenos mates o un cafecito. ¿El secreto para pasarla bien, más allá del lugar o el tiempo con el que se cuente? Simplemente, ser consciente de lo efímero de nuestra existencia, resume contundente el psicólogo Daniel Venturini.

El profesional detalla que incorporar la idea de que vivimos en este momento presente (y no un futuro ni el pasado) puede ser una herramienta para no olvidarse de disfrutar de cada instante con las personas a las que se ama, quiere o estima.

"Es el momento de hacer cosas que a lo largo del año no se ha podido. Pero para disfrutar de verdad cada encuentro hay que pensar en sacarle el jugo a esa visita o reunión, ya sea con amigos, la familia o en pareja. Es bueno, a veces, concentrarse en el hoy y simplemente, vivir y aprender a querer lo que tengo", aconseja Venturini.

Santiago Gómez es psicólogo especializado en ayudar a los pacientes a disfrutar más de la vida es el director del Centro de Psicología Cognitiva. Este profesional detalla, por ejemplo, que las noches veraniegas, más allá del lugar donde se esté, dan la chance de realizar programas que redundarán en beneficios para quién los realice. Además de aprovechar para juntarse con amigos/as, el profesional recomienda que las familias se encuentren y se distiendan con algún juego didáctico o algo tan simple como escuchar música, ver películas o series y hasta realizar un Karaoke.

Sacarle el jugo a los momentos

Más allá de la actividad elegida, el condimento clave para pasar un buen momento será alejarse de posibles viejos rencores y eliminar las situaciones incómodas o discusiones. Para ello, el especialista brinda una serie de herramientas acuñadas desde la psicología.

La primera es "evitar las auto charlas o diálogos internos, sobre las conductas que nos molestan de los otros, para evitar reacciones de enojo o ira". Pero también es posible, explica Gómez, practicar la reflexión, de manera que el estado emocional no se apodere de nuestro comportamiento.

Otra pauta que comparte Gómez para evitar arruinar un momento que podría haber sido agradable -y que de hecho no vuelve nunca más- es visualizar previamente cuando la persona siente que puede reaccionar de mala manera ante una determinada situación. "Lo recomendable en este caso es retirarse a otro lugar, respirar profundo y evitar la explosión para luego poder expresarse de manera más adecuada", dice el psicólogo.

En cualquier situación, la conducta de empatía como así también ponerse en el lugar del otro y mantener una actitud comprensiva serán los puentes infalibles para llegar a las personas queridas. Practicar la asertividad, expresar de buena manera lo que pensamos y sentimos también serán recursos clave para cuidar la calidad de los encuentros y momentos.

“Las noches veraniegas, más allá del lugar donde se esté, dan la chance de realizar programas que redundarán en beneficios para quién los realice. Así, además de aprovechar para juntarse con amigos/as, una alternativa es que las familias se encuentren y se distiendan con algún juego didáctico o algo tan simple como escuchar música, ver películas o series y hasta realizar un Karaoke”.

Capítulo aparte merecen las parejas, que a esta altura del año vienen sosteniendo el peso del desgaste de la rutina diaria. Para ellos y ellas, las noches más cálidas y la mayor actividad nocturna pueden ser la oportunidad indiscutida para buscar el momento de mirarse a los ojos, charlar y disfrutar uno del otro. Sin embargo, muchas veces las Fiestas de fin de año y la organización de las vacaciones pueden ser disparadores para un mayor nivel de estrés. Gómez destaca en ese sentido que es fundamental que se tome conciencia del cansancio.

"Hay que reflexionar que muchas veces el mismo estrés del año hace que se tolere menos a la otra persona, por eso es necesario mantener siempre el respeto", dice el psicólogo y puntualiza que es prioritario que la pareja se haga tiempo para pasar buenos momentos.

El escenario, el clima y las noches largas son, de este modo, regalos que la temporada hace a modo de preludio y contexto de posibles encuentros y disfrute de nuestros afectos. De cada uno de nosotros dependerá el modo en que lo llevamos adelante.

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