"Si has venido a escuchar a un hombre de quien se supone transmite sabiduría, has equivocado el camino. La real sabiduría no se transmite por medio de libros ni de arengas; la real sabiduría está en el fondo de tu conciencia como el amor verdadero está en el fondo de tu corazón" (Silo, 1969).
El mensaje completo de Mario Rodríguez Cobos, que hace 50 años tuvo su primera aparición masiva en Punta de Vacas, fue ayer rememorado y celebrado por una multitud en ese mismo Parque de Estudio y Reflexión, en la alta montaña, que el movimiento siloísta supo mantener y replicar en todas partes del mundo, con Silo y ya sin él, tras su muerte en 2010.
Bajo el título de "Arenga de la curación del sufrimiento", el espíritu de libertad, de igualdad social y sin voz de mando más que aquella que se oyó el 4 de mayo de 1969, fue lo que se revivió el mediodía de este sábado de pleno sol en una nueva reunión que congregó a unas 2.500 personas de diferentes países y de casi todos los continentes del mundo.
Las fuertes ráfagas de viento amenazaban con suspender el esperado discurso de las 12 del mediodía, pero apenas si pudo con la pantalla led que hubo que retirar y provocó un retraso de un par de horas, hasta que el orador chileno Antonio Carvallo dio la bienvenida a los presentes y al resto de los seguidores del mundo que siguieron sus palabras vía streaming.
"Acá están casi todos mis tíos adorados. Se vive una energía increíble, muchas emociones, vinieron de todos lados, han hecho unas películas hermosas sobre el mensaje de mi viejo", expresó a Los Andes Alejandro Rodríguez Cobos, hijo de Silo, quien se mantuvo todo el tiempo con perfil bajo en el encuentro, al igual que su madre. "El movimiento siempre fue una propuesta abierta, desestructurada, no jerárquica; de ahí que no somos mi mamá o yo herederos de su voz", confirmó.
Con banderas o sin ellas, siloístas, maestros y referentes del Movimiento Humanista desde la India hasta Francia, España, Inglaterra, Estados Unidos, Chile y otros países de Sudamérica-, pero también curiosos en busca de un encuentro con su paz interior; todos se abrazaban en este encuentro celebratorio.
La gente caminaba lento entre las rocas de la montaña para recorrer los pasos de Silo que en su momento hizo de este espacio espiritual y humanista, un lugar de meditación por la paz mundial.
Para la ocasión se dispuso de un foodtruck con comidas y bebidas a fin de atender a los asistentes, además de una sala de primeros auxilios y un refugio para guardar los objetos personales. Es que, si bien muchos se alojaron en Alta Montaña días previos a la jornada de ayer, otros llegaron directamente desde el aeropuerto hasta el lugar.
Un contingente de 200 españoles y otro igual de chilenos organizó el viaje con antelación. Pero hubo grupos particulares que vinieron desde diferentes puntos del mundo. La comunidad inca-colla de Potosí (Bolivia) acudió a la invitación por primera vez.
Antonio Carvallo, quien estuvo presente en ese primer mensaje de Silo en 1969 y nunca más se despegó de él, resumió así la permanencia y trascendencia de la palabra del maestro humanista: "Es la más concreta, sabia y bondadosa de las doctrinas de la humanidad, capaz de conectar lo sagrado con nuestra conciencia".
El monolito, la cúpula blanca para meditar, el centro de estudio, la ermita, la fuente y el mirador, son parte del lugar que puede visitarse y donde se desarrollan diferentes trabajos, retiros espirituales, talleres y exposiciones.
"Hay mensajes que son milenarios y están presentes siempre en la humanidad. Muchas veces, en la vida cotidiana, la gente se olvida de ellos y el mensaje de Silo recupera cuestiones que están dentro del ser humano, es un sitio al cual las personas quieren o tienen que volver. De ahí que su mensaje siempre estará vigente y será trascendental para quien se acerque a él", cerró el hijo de Silo, Alejandro.
Testimonios
"En 1984 tenía dos bebés de dos años y estaba muy consciente del peligro por lo que la bomba atómica que podía causar al mundo. Vivía asustada. Así que leí una frase en un cartel que decía: 'La paz es posible, sólo depende de ti'. Y así fue que descubrí este movimiento. Es la quinta o sexta vez que vengo. También escribí una biografía de Silo, autorizada por la familia, 'En alas del intento' (2017)".
Trudi Lee Richards (71)
"Estoy desde 1989. Buscaba una cuestión íntima mía que necesitaba llenar de armonía y paz. Ahora que vivo en Berlín (Alemania), me encargo del Parque de Estudio allí. El mensaje de Silo no pierde vigencia porque se trata de un mensaje universal, que en su momento fue revolucionario, y no tiene pretensiones políticas ni religiosas. Acá somos todos libres. Los que hoy estamos acá, venimos para reflexionar una vez más acerca de su mensaje de 1969 que fue tan visionario."
Jardel Soares (51) Brasil.
"Con el Mensaje de Silo he tenido una experiencia que nunca antes había tenido. Lo conocí en 2007. Me conecta con la existencia humana desde un lugar poderoso. Es asombroso. Una experiencia muy fuerte, muy profunda. Soy cristiana pero nunca había experimentado esto que me da el movimiento siloísta. Ahora son dos cuestiones unidas en mi vida. Pensé que era una utopía. Sin embargo, Silo te demuestra que es real."
Nina Siebenborn (37) Alemania.