Después de seis meses e igual número de marchas populares en pedido de Justicia, la Policía habría dado con el auto que atropelló a Simón Díaz (20) en Tupungato y cuyo conductor se dio a la fuga dejándolo morir.
Este importante avance en la causa se da después de que familiares de la víctima denunciaran serias irregularidades en la investigación policial. Por lo mismo, la familia ha iniciado una causa paralela por incumplimiento del deber de funcionario público.
"Es lo que buscábamos con las movilizaciones, con la insistencia, que algún vecino se solidarizara y aportar algún dato. Ahora empieza a resolverse este enigma. Confío en que el Negro va a descansar en paz", dijo a Los Andes, Oscar Armando Díaz, el padre de Simón.
Cuando la investigación parecía encaminarse a quedar desierta, hace unos días, un hombre realizó una llamada anónima por la noche a la Comisaría 20 del departamento.
Según informó la familia Díaz en base al expediente, el hombre se habría presentado diciendo que sabía "quién había matado al pibe". Después pasó a aportar datos detallados del vehículo y de su dueño.
Investigaciones actuó de inmediato, montando un operativo en el domicilio señalado, donde secuestró el rodado. Tras realizarle las pericias correspondientes, constató que las muestras extraídas de la margen izquierda (lugar del impacto) y de la base del auto son compatibles en un 99,99 por ciento con el ADN de Simón.
El vehículo -que aún está a disposición de la Justicia- es un Chevrolet Corsa Clasic, color bordó, cuya patente de dominio es FIA-103. Las características coinciden con los datos aportados por testigos del hecho, quienes habían señalado un auto bordó con vidrios polarizados.
Su dueño sería un hombre, de 28 años, domiciliado en Tupungato y el único imputado firme en la causa por averiguación de homicidio culposo, que lleva adelante el juez Alberto Giuberti. El sujeto ya fue notificado judicialmente, pero no ha quedado detenido pues -hasta el momento- el delito por el que se lo imputa es excarcelable.
El hecho
Simón Díaz (20) fue atropellado el domingo 1 de febrero, en la calle Filippini del distrito San José, en Tupungato. Hasta antes del llamado anónimo y a casi siete meses de la muerte, no se tenía ningún dato certero de la persona que se escapó, dejándolo muerto sobre el camino.
Desde entonces, la familia y amigos de Simón no cesaron en su lucha por conseguir algún dato que les hiciera recuperar las esperanzas, mientras veían que el tiempo pasaba sin obtener ninguna pista. Movilizaciones, marchas, radios abiertas, petitorios han sido algunas de sus herramientas en busca de información.
El panorama se agravó, cuando hace unas semanas descubrieron una serie de irregularidades que se estaban dando en la investigación, de las que hay registro en la foja 26 del expediente Nº96.963. Allí aparecían mencionados ocho talleres de chapería y pintura de Tupungato, donde personal de la Unidad Investigativa había llevado adelante inspecciones y verificaciones, con resultado negativo.
Sin embargo, la familia de Simón pudo constatar que ninguno de los responsables de dichos negocios había sido entrevistado por el caso. Cuando la irregularidad fue ratificada hacia el interior de la causa, se dio inicio a una causa paralela por compulsa para averiguar si existió incumplimiento de deberes de funcionario público. La misma la lleva hoy adelante el juez Oscar Balmes, del primer Juzgado de Instrucción del Valle de Uco.
La denuncia contra los uniformados involucrados en la falsificación de documentos públicos, también llegó a la Inspección General de Seguridad. El organismo provincial inició un sumario administrativo a los acusados, para evaluar cuál fue su comportamiento durante la investigación.
"No es alegría lo que sentimos por haber encontrado al culpable. No, porque nos falta Simón. Creo que recién ahora podremos empezar a hacer el duelo", dijo Oscar Díaz, quien agregó que seguirán luchando hasta que se haga justicia.
En este sentido, ayer se llevó a cabo una nueva manifestación, con una radio abierta, en la plaza San Martín de Tupungato. También participaron los familiares y amigos de Nélida Díaz, de Tunuyán. 'Chiqui' -como le decían los suyos- fue atropellada una mañana de marzo, cuando se dirigía a la panadería donde trabajaba. Aún no hay novedades sobre el autor del hecho.