Una mujer que se quedó desempleada por la cuarentena para evitar la propagación de coronavirus en Argentina encontró un maletín con dinero y se devolvió a su dueño.
Todo empezó la mañana del jueves de la semana pasada en una parada de colectivos en Roldán, Santa Fe. Mientras esperaba que llegara el micro la mujer vio el maletín tirado en el suelo.
Lo levantó y lo llevó hasta su casa, donde su marido lo abrió con una amoladora. En el interior encontraron unos 40 sobres con el membrete de una empresa de Maciel. Al abrirlos se dieron cuenta que tenían mucho dinero repartido entre los diferentes sobres.
También encontraron la copia de una partida de nacimiento de una persona residente en Monje, unos 70 kilómetros al Norte de Roldán. Este dato se convirtió en clave para encontrar al dueño del millón de pesos.
La familia se quedó muda, hasta que Agustín, el hijo de 22 años que es árbitro de fútbol, sugirió que buscaran al dueño. Buscaron el nombre en internet y en la tarde el dueño del maletín se acercó a la casa ubicada en el barrio Cotos de la Alameda.
"Les dije que había tomado 500 pesos de un sobre para comprar comida y Alicia, la mujer del empresario, me respondió que no me preocupara. También me preguntó qué estaba necesitando y le respondí que alimentos para mis hijos", contó María al diario La Capital.
El matrimonio, agradecido por el gesto de la humilde familia, preguntó si les hacía falta algo más y María se acordó del merendero.
"Mi marido es albañil y hace changas. Yo soy doméstica. La vamos piloteando. Por eso, se me cruzó la imagen de Jonatan, que me ayuda muchísimo", contó en Radio 2.
Jonatan Mansilla es un joven que creó el grupo Amor Solidario en la localidad del departamento San Lorenzo y montó un merendero y comedor para darle de comer a los más necesitados de la zona.
La recompensa
Horas después del encuentro, un supermercado de Funes le entregó a María un pedido con gran cantidad de mercadería y al día siguiente el merendero recibió 5.000 pesos que usaron para comprar una paellera y un mechero para producir 200 viandas diarias.
"Lo conocí a Jonatan por medio de mi pobreza. Me mudé a Roldán a fines de 2018 después de haber tenido un accidente de trabajo. Estábamos muy mal, no tenía nada para cocinar. Uno de mis hijos me dio el teléfono de Jonatan para que lo llamara. A las diez de la noche y sin conocernos, Jonatan llegó a casa con un bolsón con mercadería. Luego en Pascuas supe que había repartido huevitos de chocolate y le volví a escribir preguntándole si no le habían sobrado dos para mis nenas. Otra vez vino de noche. Así surgió una linda relación, y por eso me acordé de él cuando el empresario me preguntó qué más necesitaba", remarcó María.