Carolina Espósito no lo pensó demasiado. Obró de la manera que le indicó su "conciencia" y -como es de las que todavía funcionan- su gesto se convirtió en una refrescante y buena noticia.
Esta tunuyanina devolvió una bolsa que contenía 30 mil pesos a una señora que la había perdido en pleno centro de Tunuyán. Resultó ser el dinero que la mujer tenía juntado para realizarse un complejo estudio de salud en Buenos Aires.
La calle es el lugar de trabajo para Carolina, quien desde hace un año se desempeña como tarjetera para el sistema de Estacionamiento Medido de Tunuyán. En este tiempo se ha acostumbrado a lidiar con los malos tratos y las quejas de los conductores que no quieren pagar, incluso con los desafortunados comentarios de quienes menosprecian su tarea. Sin pensarlo, con su noble gesto, el viernes pasado ella les dio una respuesta.
Como lo hace habitualmente, esta joven de 32 años recorría la cuadra de la avenida San Martín que tiene asignada para el cobro de tarjetas, cuando -cerca de las 10,30- observó que a una mujer que pasaba en bicicleta se le caía una bolsa de plástico transparente. La tomó y salió corriendo para avisarle, pero la ciclista no la escuchó y siguió su camino.
Entonces, Carolina la guardó en su mochila para cuando la mujer se diera cuenta y regresara a buscarla. En primer término, no puso demasiada atención en el contenido del paquete. Sin embargo, minutos después, cuando sacó su billetera para dar un vuelto, descubrió la importante suma de dinero que escondía el inesperado hallazgo. También, vio que había muchas recetas y "papeles con firmas de doctores, que parecían importantes".
"No sabía qué hacer", relató la tarjetera. Decidió esperar unos minutos y, si la dueña no regresaba, daría aviso a la Policía. Habrán pasado unos quince minutos, cuando vio aparecer a la ciclista con el rostro transformado de angustia. "Me acerqué y le pregunté qué buscaba y que me dijera cómo era la bolsa... para asegurarme vio?", contó con la joven y agregó que el rostro le "había resultado conocido".
Después constató que la beneficiada es dueña de un local comercial en el centro de Tunuyán y, por lo mismo, suele pasar asiduamente por el lugar. Emocionada por la actitud de la tarjetera, la mujer le contó que padece una enfermedad en la sangre y que estaba en medio de un complejo tratamiento de salud, que era clave para su mejoría y por el que tenía que viajar a Buenos Aires. Ese era el destino de la plata recuperada.
"Hice lo que cualquiera hubiera hecho", dice con simpleza y frescura esta trabajadora. Aunque su aspiración es estudiar y llegar a tener un título, realiza con entusiasmo su tarea de vender tarjetas de estacionamiento en la vía pública.
"Me gusta estar con la gente y tengo un buen equipo de compañeros. Respetamos lo que hacemos, porque es lo que nos ayuda a darle de comer a nuestros hijos", acota y su voz pierde brillo cuando recono que habitualmente son blanco de numerosas críticas y malos tratos por parte de los usuarios.
Carolina vive en el kilómetro 77 de la ruta 40, cerca de la Virgencita que se encuentra en el ingreso norte de Tunuyán. Tiene tres hijos que son su razón de vivir: Luis (16), Micaela (14) y Kevin (10).
"Ahora hago turno completo, pero cuando empiezan las clases trabajo medio día", cuenta esta mamá orgullosa. Por las noches, asiste al CENS que funciona en la escuela Amieva, del centro de Tunuyán, para terminar el nivel secundario. "Quiero recibirme, para seguir estudiando Enfermería y tener una profesión más estable", comenta con entusiasmo.
Ayer, Carolina recibió una reconocimiento por parte de las autoridades municipales, quienes distinguieron el gesto solidario que tuvo en su lugar de trabajo. La mujer que recuperó el dinero, le agradeció con ropa para sus hijos de su local comercial. La mayor satisfacción para Carolina es que sus hijos lo tomen de ejemplo.
