Científicos argentinos hallaron huellas fósiles de un diente de sable en Miramar. Se trata de un ejemplar que habitó las llanuras de la provincia de Buenos Aires hace 30.000 años.
El inusual hallazgo fue realizado por un equipo de investigadores de la Fundación Azara, la Universidad Maimónides, el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, el Museo Argentino de Ciencias Naturales y el CONICET.
"El hallazgo de huellas fósiles es muy raro y un hecho inusual en cualquier investigación paleontológica. De hecho esta es la primera vez en la que se encuentran fósiles de pisadas del tigre dientes de sable", contó Federico Agnolín, uno de los paleontólogos del equipo.
Si bien, la noticia trascendió esta semana el descubrimiento de las huellas ocurrió hace ya varios meses. Posteriormente, los investigadores publicaron sus estudios en la revista especializada Ichnos.
"Las empezamos a estudiar, a analizar y ahí pudimos publicar el trabajo. Cada hallazgo pasa por una serie de evaluaciones. En nuestro país hay muchos restos del diente de sable, hasta en Tierra del Fuego. Pero, en general se encuentran restos de los esqueletos. El hueso da datos, pero no te dice cómo era el animal en vida. Las huellas te dan mucha más información como la forma de caminar, la forma de las patas. Es muy dìficil que se fosilicen las huellas, son casos muy raros y eso es lo que tiene de interesante de este hallazgo", explicó Agnolín.
Dichas huellas fueron dejadas por un Smilodon, un felino cuyos caninos como sables sobresalían hasta 25 centímetros de la boca, mientras caminaba por la orilla de una pequeña laguna.
Se estima que sus enormes dientes funcionaban como armas mortales para sus presas. Sin embargo, se conoce muy poco de ellos, ya que los paleontólogos sólo conocen su esqueleto.
"Estas huellas muestran que el Smilodon fue un animal adaptado a caminar largas distancias en aquellas planicies pampeanas. Además, nos muestran que las extremidades anteriores del Smilodon eran muy anchas y robustas, mucho mayores que las traseras. Esto ocurre en animales que no son buenos corredores y que, en cambio, atacan a sus presas mediante la emboscada", detalló Agnolín.