El encargado de narrar las historias de la gente

Osvaldo Barroso recopila desde hace años relatos de los vecinos sobre personajes y hechos de San Rafael, que ahora formarán parte de un libro.

El encargado de narrar las historias de la gente
El encargado de narrar las historias de la gente

Quiénes eran el Negro Soto, el Tarzán, la viejita de los frascos o doña Pepa la pulpera de Las Aguaditas, esos personajes de pueblo cuyas historias eran narradas de boca en boca por la gente, toman forma y transgreden el tiempo en la pluma de Osvaldo Barroso (69), un sanrafaelino con más de 45 años en el periodismo, pero reconocido por sus historias de gente común que formaron parte de San Rafael.

Si bien Osvaldo en su trayectoria como periodista pasó por diferentes diarios como La Capital, donde dio sus primeros pasos en el periodismo apoyado por Mario Morales (quien era el director), estuvo en el diario El Comercio, La voz del sur, Mendoza, El Sureño, El Atuel y el Diario San Rafael, su pasión por transmitir las vivencias de los vecinos le fue haciendo un lugarcito en la senda de los historiadores.

"Empecé sin querer, fue fortuito, porque cuando comencé a trabajar la gente me llamaba y me contaba ?sabés que acá hay un viejito de más de 100 años" y me iba a verlo y a charlar con él. Y de ahí surgía otra y otra historia", relató Osvaldo. "Me respaldé siempre en el trabajo de muchos historiadores de San Rafael, como María Elena Izuel, Marcó del Pont, Sosa Morales, entre otros", afirmó, "porque a la vez me gusta contar el contexto de donde sucedieron esos hechos".

Así comenzó publicando las pequeñas historias que se plasmaron en un programa en la radio local donde se leían sus relatos, hasta que editó todas esas narraciones en fascículos que se denominaron "Historias para contar".

Tras años de escuchar y escuchar relatos, con unas mil historias escritas, algunas publicadas en diario y revistas, otras inéditas, Osvaldo se lanzó al desafío de hacer un libro que recopile el trabajo de décadas.

"Es costoso y lleva mucho tiempo porque es un recuento de todo las historias que he escrito. Hay que revisar bien todo porque a veces me encuentro historias que difieren en algunas cosas pero que son las mismas, entonces busco que no se repitan", explicó al tiempo que contó que para mediados de agosto quiere tener completo su libro.

"A la gente le llega mucho las historias de los personajes. Si hablaba del Negro Soto por ejemplo los chicos más jóvenes me decían que su abuelo o su papá le había contado", como corroborando ese relato que plasmado en las palabras de Osvaldo.

Los personajes, de la época de la Colonia Francesa, las historias del cementerio, de deportistas sanrafaelinos en distintas actividades, alimentan ese libro en preparación. El rescate de esas historias mínimas que vivió gente común y que fueron trascendiendo en el tiempo por el contarlas de boca en boca es el alma de este trabajo que realiza Osvaldo.

"También aprendés mucho en esto, como que no se puede esperar. Me pasó que fui a ver a un abuelo de 112 años al hospital donde estaba internado. Los hijos me decían que estaba lúcido y que tenía una memoria envidiable, pero cuando llegué dormía, entonces decidí ir al día siguiente. Pero fue tarde, esa noche falleció", contó. Y agregó que muchos de sus relatos los conoció por los abuelos del asilo, donde hay gente que recuerdan valiosas historias.

Para Osvaldo el ir detrás de una historia, el sentarse a escuchar un relato una o dos horas y que de allí surja otro, y otro, es parte de su tarea cotidiana. "Uno aprende a escuchar mucho, a valorar lo que tiene cada persona para contar", señaló.

Su familia está compuesta por su esposa Andrea y cuatro hijos: Luis, Silvio (ambos periodistas), Marcelo y Paola. "Ni sabía que se iban a dedicar a esto", destacó entre risas.

Un tiroteo en un mitin político en la calle Mitre donde murieron tres personas; el traslado del viejo cementerio al nuevo (donde se encuentra actualmente) de los restos de Juanita, la hija del pionero Rodolfo Iselín que murió a los 21 años; la vida de quien fuera el médico de San Rafael, el doctor Teodoro Schestakow son algunas de las historias que enriquecen sus relatos. Como también personajes de la antigua Terminal de Ómnibus o doña Pepa la pulpera que tenía un almacén de ramos generales en Las Aguaditas, en Goudge.

De modos amables, respetuoso y mucha humildad, Osvaldo se fue ganando el afecto de los sanrafaelinos. Hoy, es un periodista y un historiador reconocido, que sigue buscando relatos de la gente que formó parte del San Rafael de antaño.

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