En Mendoza hay muy pocos especialistas en conducta canina. Todos ellos son veterinarios, y su especialidad de posgrado es la etología. Algunos de ellos atienden casos a domicilio y otros, por supuesto, en sus locales.
"En la provincia no debemos de ser más de tres", cuenta Noelia Guevara, quien realiza, sobre todo, un trabajo preventivo. En tanto, dos colegas suyos, Nicolás Piva y Gabriela Quesada, suelen ir a domicilio, donde realizan consultas que no demoran menos de una hora y media.
"Se presta atención a los antecedentes del animal y a cómo ha sido su vida hasta el momento. Se ve el compromiso que tienen los dueños con el perro y se comienza a trabajar. No es un trabajo bien pago y además es arduo, porque generalmente a los animales te los derivan cuando ya es tarde", explicó la especialista.
Vale decir, como explicó, que la raza sólo influye en un 20% en la forma de ser de los perros, pero no en lo que refiere a comportamiento específicamente sino en lo que tiene que ver con la potencialidad, es decir, la fuerza de mordida.
Desde cachorros
La especialidad que estudia el comportamiento animal se llama formalmente etología. Noelia empezó a estudiarla para su posgrado cuando estaba embarazada, porque fue el momento en el que se preguntó cómo reaccionaría un perro ante la llegada de un bebé.
Desde sus conocimientos indica que lo mejor es la prevención, que se puede enseñar en la escuela, y en la información que se da a la gente respecto de cómo educar a un cachorro.
"Como en la psicología humana hay escuelas americanas y francesas. La primera apunta más a lo cognitivo-conductual, mientras que la otra va hacia los orígenes. Nosotros trabajamos acá con un poco de las dos, porque tenés que ver qué aplica mejor a cada perro", contó.
Según contó la veterinaria, muchos de los problemas reproductivos o de piel vienen de la mano de los problemas conductuales. De hecho, señaló que los perros que viven en ambientes más sanos son menos propensos a enfermarse.
Influencia ambiental
La etóloga aseguró que cada especie tiene un repertorio de comportamientos, como un abanico de instintos básicos. "Lo que se estudia tiene que ver con la domesticación de los perros. Es decir, el perro nace de una manera, pero el ambiente lo va modificando", explicó.
Esta modificación, devenida en una alteración, genera diversos trastornos. Estos son ansiedad, agresividad, automutilación e hiperactividad. "La ansiedad es la más común y se da en una edad determinada y por un estímulo fuerte. Y se manifiesta por fobia a los ruidos, a estar solos, o incluso a asistir a la veterinaria", detalló.
En cuanto a la agresividad, dijo que puede ser normal o patológica. Se entiende por normal que un animal se expresa a través de la agresión y patológica cuando no avisa que va a atacar y tampoco se apacigua. Pero, según informó Guevara, los perros nunca son agresivos por sí mismos y tampoco irrecuperables.
"La agresividad normal se puede corregir, porque también se les enseña a las personas las señales que muestran que el perro va a atacar. Se puede prevenir una mordedura. En cambio, la patológica requiere medicación del tipo psicotrópica u hormonal", explicó.
Para Guevara, es muy importante el compromiso de los propietarios y de la familia para cambiar el comportamiento del perro. Según dijo, hay casos -extremos- en que se ha tenido que sacrificar al animal porque no hubo compromiso de los propietarios y se podía dar el caso de que el can atacara hasta matar.
En cuanto a la automutilación, aseguró que la muestra clásica de este trastorno es morderse las patas y la cola hasta lastimarse. "Está muy relacionado, también, con el trastorno de la ansiedad. Acá se da una secuencia que no tiene fin", indicó.
Por último contó que la hiperactividad puede darse cuando el cachorro se ha criado con niños que también tienen esta problemática. "Lo que debe quedar en claro es que los trastornos no aparecen en un entorno natural. Siempre aparecen por la modificación del medio", cerró.
Por qué le temen a los petardos
La veterinaria indicó que el miedo que los perros suelen padecer en las fiestas de fin de año, producido por los fuegos artificiales, es una fobia, pero no se presenta en todos los animales. De hecho, indicó que para los cachorros menores de 90 días lo mejor es ver cómo reaccionan con los ruidos antes de medicarlos.
"Para los que se ven afectados lo ideal es un tratamiento anticipado. Lo mejor es iniciar con la medicación, con drogas ansiolíticas, 10 o 20 días antes porque el miedo también empieza antes, con los primeros petardos", dijo.
De todas formas, señaló que en los últimos años ha disminuido la compra de "gotitas sedantes" (el nombre de la droga es Acepromazina) debido a que la gente ha tomado conciencia del daño que producen los petardos en los animales.
También es importante crear para los animales fóbicos espacios de aislamiento y protección. "Necesitan un lugar donde esconderse. Porque hay perros que no pueden ser medicados porque, por ejemplo, pueden tener problemas cardíacos", advirtió.
César Millán, el más famoso
El "encantador" de perros más popular es César Millán, quien dio a conocer esta práctica en el canal National Geographic. Si bien no tiene estudios universitarios, el mexicano mostró cómo puede reeducarse un perro citando casos reales.