José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Al hablar durante el encuentro de Cambiemos realizado el viernes, en Buenos Aires, el gobernador Cornejo no sólo se esforzó por mostrar, del lado del radicalismo, un espacio oficialista sólido y consolidado, sino que mencionó como gran desafío del proceso electoral en marcha “enamorar a esos argentinos que aún no están convencidos de este proyecto pero que empiezan a vislumbrar que éste es el camino”.
Crítico hacia el kirchnerismo, como lo es habitualmente, dijo que “el camino anterior, el de imprimir billetes sin fomentar el consumo, no nos iba a llevar a ningún lugar. El que hemos emprendido es sano, genuino, brinda seguridad para mucha más gente y muestra solvencia para el mediano y largo plazo. Sin dudas muchos más nos van a acompañar este 22 de octubre”.
Un gran desafío lanzado por el gobernador mendocino que sirve como aporte para la tremenda pulseada que Cambiemos, en especial el macrismo, afronta en el difícil territorio bonaerense, donde en las no lejanas legislativas se juega gran parte del poder político del Gobierno para los próximos dos años.
Hay que recordar que Cornejo sustentó su decisión de unificar elecciones este año sosteniendo que los meses demostrarían que su gobierno y el nacional venían transitando por el mismo camino en cuanto a transformación del Estado. Lo dijo cuando mucho se especulaba con un posible desdoblamiento para ponerse a resguardo en la provincia de un eventual traspié macrista en las urnas. El tiempo parece haberle dado la razón.
El viernes Cornejo también habló sobre la relación entre las provincias y la Nación señalando que se encuentran en la “búsqueda de una armonía justa entre un Gobierno nacional que se esfuerza por cambiar la economía y uno provincial que realiza el esfuerzo de contar con una administración que preste cada vez mejores servicios en Mendoza”.
Estrategia electoral. Volviendo a lo analizado en Buenos Aires durante el cónclave de Cambiemos, el encuentro fue una especie de excusa para mostrar cohesión a nivel nacional ante el comienzo de la campaña electoral hacia las legislativas. "Lo que se dejó es una imagen consolidada en cuanto al frente gobernante y su proyecto nacional que se pretende fortalecer con las elecciones del 22 de octubre", señalaron fuentes del macrismo.
Destacaron quienes estuvieron que fue acertado el mensaje de consolidación del espacio, entre otros aspectos en cuanto a su marca y los colores, ya que el radicalismo, por tomar como ejemplo al mayor de los socios políticos de la coalición gobernante, en algunos casos mantiene la tentación de apoyarse en la fuerza y tradición de sus símbolos partidarios, siempre vigentes en lugares que dominan políticamente. No es el caso de nuestra provincia, donde Cambia Mendoza supo marcar el rumbo en el país sin hacer notar la mayoría radical que conformó siempre ese frente.
Desde la UCR algunos retrucaron aclarado que las preponderancias son propias de las realidades territoriales y así como en la gran urbe porteña y en la gigantesca Buenos Aires parece haberse consolidado el Pro como punta de lanza de Cambiemos, nadie puede desconocer que el triunfo nacional del espacio en las primarias de agosto se sustentó en la fortaleza de la territorialidad del radicalismo.
La lectura que se hace en el interior es muy diferente a la que se realiza a nivel del país. Y cuando se habla de campaña nacional se hace referencia expresa a la provincia de Buenos Aires, el gran escenario no sólo por dimensiones territoriales y cantidad de votantes, sino, también, por la incidencia hacia las presidenciales de 2019.
Se debe tener en cuenta que en el terreno bonaerense Cambiemos da una fuerte pelea por ganar en octubre y que una ventaja mínima sobre el cristinismo puede significar un triunfo rotundo capaz de proyectar con más fuerza la propuesta nacional para los próximos dos años. En cambio en provincias como Mendoza la gran discusión en el oficialismo pasa por saber o estimar “por cuánto se gana” en la cita electoral de octubre.
Desafiando al peronismo. En los últimos días el cornejismo salió a recorrer territorios políticamente en poder del justicialismo mientras busca consolidar la fortaleza electoral que significa en estos tiempos el Gran Mendoza.
Precisamente, destacan en el oficialismo provincial haber logrado “un buen trabajo en equipo” entre los jefes departamentales del área metropolitana, todos pertenecientes al oficialismo. Voceros del sector señalan que en Capital, Godoy Cruz, Guaymallén y Las Heras “estamos haciendo política. La gestión está encaminada y en todos los casos con resultados satisfactorios para el tiempo de gobierno transcurrido, pero también hace falta la política, que es la que se encarga de hacer trascender entre la gente los logros de la gestión”.
El dato es interesante porque se incluye a intendentes de distintos signo político, más allá que integren la misma coalición oficialista (tres de la UCR y uno del Pro). Justamente, el mayor rodaje que tienen los jefes municipales de Luján y Guaymallén se complementa con el empuje y fuerte respaldo partidario con que cuentan sus pares de Godoy Cruz y Las Heras, con menos años de experiencia en la función pública.
En los cuatro departamentos el oficialismo salió airoso holgadamente en las PASO de agosto y ahora pretende hacerse más fuerte a partir de dichos bastiones.
Esa consolidación es la que animó a Cornejo y equipo a salir a pelear votos en el campo de juego peronista. Precisamente, el justicialismo, nucleado en el frente electoral Somos Mendoza, comenzará a dar respuesta a partir del acto que anuncia para mañana, en un salón de Guaymallén.
La unidad que pueda llegar a mostrar el PJ local entre sectores internos que a nivel nacional aparecen en algunos casos irreconciliables puede transformarse en la fortaleza que le permita hacer una elección importante, en línea con los porcentajes obtenidos por las tres corrientes que compitieron en las PASO.
En el entorno de los principales candidatos destacan que hay buen clima interno luego de la conformación de listas que determinó el resultado de las PASO. Dicen que hay entendimiento entre los sectores más tradicionales del PJ y el camporismo; como Cornejo, también saldrán a “enamorar” votantes indecisos con el convencimiento de que peronistas y cristinistas no cambiarán su voto.
