Tras 12 días de desesperada búsqueda en Málaga, España, los equipos de rescate encontraron muerto a Julen, el nene de dos años que había caído en un pozo.
La información fue confirmada por diario El País de España, que precisó que el cuerpo del bebé fue hallado a la 1.25 (hora local) donde se lo buscaba, después de cavar manualmente y con gran dificultad los cuatro metros que separaban el pozo donde se encontraba el menor y el túnel paralelo perforado -de casi 60 metros y aproximadamente un metro y medio de ancho- para que pudieran entrar los mineros.
Francisco Delgado Bonilla, delegado del consorcio de bomberos de Málaga, que participa del operativo de rescate, insistió hoy en la complejidad del operativo, a cargo de la Brigada de Salvamento Minero.
Los mineros intervinieron ayer en la fase final, luego de once días de intensos y dificultosos trabajos de ingeniería para perforar un túnel vertical al pozo en el que cayó el menor el pasado 13 de enero.
Por medio de una cápsula bajaron a la zona más profunda del túnel y desde allí se abrieron camino de forma manual con martillos hidráulicos y sosteniendo el techo y los laterales con madera, una técnica típica de la minería tradicional del carbón.
Julen, quien se precipitó en el pozo hace doce días mientras jugaba, estaba debajo de un "tapón de tierra" situado a 71 metros de profundidad, con lo que la única esperanza de que siga con vida es que se haya formado una "bolsa de aire" que le permita respirar. Sin embargo, fue hallado sin vida.
Durante la angustiosa espera, los padres de Julen tuvieron que hacer frente, incluso amenazando con acciones legales a las personas que están difundiendo rumores infundados en las redes sociales, que fueron desmentidos por la Guardia Civil, acerca de su presunta responsabilidad en la caída del niño, lo que los convertirá en culpables de un homicidio involuntario.
Las redes sociales se llenaron de muestras de pésame y de dolor tras conocerse la triste noticia.