En Venezuela ganó la democracia

El resultado de las elecciones del domingo en Venezuela puede marcar un antes y un después, tanto en ese país como en la región. Es de esperar también que la democracia se fortalezca en esa nación y que se terminen muchas de las actitudes autoritarias que

En Venezuela ganó la democracia

La “revolución bolivariana” sufrió un duro revés en Venezuela, luego de casi 17 años en el poder. El pueblo se volcó por la oposición y los resultados pueden llegar a convertirse, de continuar la situación tal cual está ahora, en un golpe mortal, en razón de que el gobierno de Nicolás Maduro no cuenta con elementos suficientes ni políticos ni mucho menos económicos como para revertirla.

El derrumbe no es nuevo ni es fruto de la casualidad. La “revolución” comenzó a diluirse inmediatamente después de la muerte de su mentor, Hugo Chávez.

El “comandante” había fortalecido su poder en base a un fuerte carisma personal; a una lealtad férrea de las fuerzas armadas sustentadas en sus salarios desproporcionados respecto del resto de la población; a programas sociales destinados a paliar la situación de los más pobres y una defensa del nacionalismo a ultranza, tomando como base al “enemigo” de Venezuela, Estados Unidos, sobre quien despotricó en forma permanente, pero mantuvo el envío de petróleo sin inconvenientes.

El liderazgo de Chávez se fortaleció en base al petróleo -Venezuela es el país con mayores reservas del mundo- pero en su avance por profundizar el socialismo avanzó sobre los empresarios.

Muchos de ellos decidieron abandonar el país y algunos observadores llegan a afirmar que gran parte del crecimiento exponencial que ha mostrado Panamá en los últimos años se debe a las fuertes inversiones de venezolanos que emigraron durante la gestión chavista. Actualmente, en Venezuela la única industria que funciona es la petrolera.

El resto de la producción es mínima y ello ha generado un desabastecimiento alarmante, especialmente en los productos de primera necesidad, como la carne y la leche, entre otros. También debe importar remedios, razón por la cual es común observar, a lo largo del día, extensas colas de gente en supermercados y farmacias.

En el resto de las cosas la situación es similar y sólo por dar un ejemplo podría señalarse que los autos usados se venden, pero sin las ruedas porque los neumáticos, por el hecho de ser importados, suelen valer más que el resto del vehículo.

Maduro quiso ser Chávez, pero no pudo. Intentó suplir su falta de carisma con un misticismo que nadie le creyó, como sucedió con el famoso pajarito.

Siguió su avance sobre los medios de comunicación mientras paralelamente hizo lo propio con las libertades individuales, deteniendo a los principales dirigentes de la oposición bajo cargos de “delitos comunes” y hasta llegó a recurrir al nacionalismo de los venezolanos ingresando en una disputa limítrofe con Colombia que llegó a poner en peligro la paz y la tranquilidad de la región. Improvisó decenas de discursos, en todos ellos con la Constitución en la mano, pero sus palabras se contradecían con los hechos y culpó a la oposición del desabastecimiento.

De hecho, ha perdido la base de sustentación que había logrado el chavismo entre los sectores de menores recursos, producto de una inflación galopante y de salarios que no alcanzan para cubrir las mínimas necesidades.

El resultado de las elecciones del domingo pasado puede llegar a marcar un antes y un después, tanto en Venezuela como en la región, en razón de que la revolución bolivariana había calado hondo en dirigentes importantes del continente. La oposición cuenta ahora con mayoría como para tratar de revertir la dura crisis por la que atraviesa el país.

Va a reclamar la libertad de los presos políticos y sería importante que logre el objetivo, mientras paralelamente ha anunciado una serie de medidas en la búsqueda de revertir la crisis. Maduro, por su parte, dio también un paso importante al reconocer la derrota y es de esperar que ese discurso más democrático y moderado se mantenga en el tiempo, tanto en las palabras como en las actitudes.

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