Tras recibir los atributos de su antecesor, Francisco Pérez, y antes de dar su encendido discurso de inicio de gestión, el gobernador Alfredo Cornejo cumplió con el rito de la jura de los integrantes de su exiguo y, por él mismo calificado, gabinete “de la austeridad”.
El acto, que contó con una demora notable (estaba preparado para las 19.30 y comenzó casi una hora después), y con un ingreso fallido de la llegada del mandatario (se lo anunció, se lo aplaudió, pero no apareció hasta varios minutos más tarde), no se salió de lo protocolar y fue prácticamente un trámite sistematizado en el que cada ministro se acercó al estrado para jurar ante la solicitud de Cornejo.
Desde temprano el nuevo equipo ministerial esperaba en un lugar privilegiado del escenario la llegada de Cornejo y su vicegobernadora, Laura Montero.
Estaban todos, los cinco ministros, el titular de la DGE, los tres secretarios, aunque a ellos no les tocara jurar, y la futura titular del Ente Autárquico de Turismo, Gabriela Testa, quien también espera que llegue a la Legislatura la ley que le permitirá asumir como tal.
Cerca de las 20.30, con la llegada de Cornejo, comenzó la sucesión de juras. De todos, sólo dos lo hicieron “por la Patria y el Honor”, el de Seguridad y el titular de la DGE. El resto lo hizo “por Dios, la Patria y el Honor”.
El primero fue el nuevo titular de Gobierno, Trabajo y Justicia, Dalmiro Garay, quien se mostró un tanto nervioso y casi jura antes de que Cornejo le leyera la consigna.
En segundo término asumió el nuevo jefe de la cartera de Seguridad, que también mostró un dejo de nerviosismo, al punto de que ni siquiera tomó el micrófono para expresar su decisión.
Posteriormente llegó el turno de uno de los más aplaudidos, Martín Kerchner, en Hacienda, con quien se notó la confianza que Cornejo le tiene (fue su secretario de Hacienda en Godoy Cruz).
El cuarto turno le correspondió al titular de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Rubén Giacchi.
El quinto fue Enrique Vaquié, el llamado “súper ministro” de Economía, Infraestructura y Energía. Fue quizás el más aplaudido e incluso tenía hinchada propia, que se hizo oír cuando lo anunciaron y cuando juró. También él mostró confianza con Cornejo al hacerle un picaresco comentario después de jurar, lo que les causó, a ambos, una risa inmediata.
La única sorpresa de la noche la marcó el último en jurar, el nuevo titular de la Dirección General de Escuelas, Jaime Correas, a quien se le tomó juramento, a pesar de haber asumido “interinamente” el cargo, hasta tanto se trate -y se apruebe- su pliego en la Legislatura.
La explicación fue “para que no quede acéfala” la DGE, debido a la renuncia lógica, por final de mandato, de la antecesora, María Inés Abrile de Vollmer.
"Paciencia" para empezar
Luego del discurso de Cornejo, varios de los ministros tuvieron palabras de elogio para el gobernador, recalcaron su liderazgo, pero además, la mayoría coincidió en las dificultades que tendrán “de inmediato” para empezar a gestionar.
Uno de ellos fue Giacchi, quien lamentó las condiciones en que recibe Salud, a la que calificó de “tremendamente complicada”, algo que ejemplificó con la situación del área de terapia intensiva del hospital Lagomaggiore. “Ha tenido que ser evacuada parcialmente porque hay aguas servidas”, contó, y se lamentó también por la “amenaza explícita” de los médicos prestadores que no están cobrando, a quienes les pidió “no dejar sola a la gente” en esta coyuntura.
Otro de los buscados fue Kerchner, sobre todo por el tema sueldos. “A partir de ahora nos hacemos cargo, pero no esperen cosas mágicas”, dijo, para confirmar que “la prioridad es el pago de sueldos y aguinaldo”, aunque no pudo responder cómo sigue el cronograma de pagos de noviembre -que no pudo cancelar Pérez-. “Vamos a cancelarlos a medida que tengamos los recursos”, aseguró.
Venier, en tanto, informó que “desde este jueves” armará los “puestos fijos” y volvió a prometer que sacará “la Policía a la calle”, pero también pidió “paciencia” a la ciudadanía para empezar a ver los cambios.