Investigadores identificaron 381 nuevas especies de plantas y animales en la Amazonía, según un informe del Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF) y el Instituto Mamirauá presentado ayer en San Pablo.
La lista incluye 216 plantas, 93 peces, 32 anfibios, 19 reptiles, un ave y 20 mamíferos, dos de ellos fósiles, precisa el reporte Nuevas Especies de Vertebrados y Plantas 2014-2015.
En promedio, el estudio sugiere el hallazgo de una nueva especie cada dos días en la selva amazónica, compartida por nueve países.
Financiación y caída
El número de hallazgos se incrementó en los últimos años gracias a mayores inversiones, pero la tendencia se frenó bruscamente, comprometiendo las investigaciones.
“Estamos llegando al nivel de recursos que teníamos hace 20 años y eso se va a reflejar en nuestros próximos informes”, lamentó Ricardo Mello, coordinador del programa de Amazonía de la WWF.
Además, “todas las especies están en áreas donde el ser humano viene degradando la Amazonía” y eso “está acabando con las especies antes siquiera de conocerlas”, advirtió.
Esta es la tercera edición del informe, que registró más de 2.000 nuevas especies en los últimos 17 años.
Reserva a salvo
Por otra parte, ayer se conoció que el gobierno brasileño anunció la modificación de un polémico decreto que ponía en peligro una reserva forestal del tamaño de Suiza, en el norte de la selva amazónica.
Allí se pretendía fomentar la actividad minera, lo que cosechó un fuerte rechazo de organizaciones ambientalistas locales e internacionales, con la incorporación de reglas más rígidas para fiscalizar esa explotación en un área rica en yacimientos de oro.
El gobierno que encabeza el presidente Michel Temer publicó un nuevo decreto de protección de las áreas indígenas y de preservación ambiental de la actividad minera en la extinta Reserva Nacional de Cobre y Asociados (Renca), aunque mantuvo la apertura de la reserva para la actividad minera.
La semana pasada el gobierno puso fin a la Renca, un área rica en minerales que había sido cerrada a la minería privada nacional y extranjera en 1984 por el dictador Joao Batista Figueiredo ante presiones de compañías europeas y norteamericanas. La región en cuestión es un área de 47.000 km2 ubicada entre el estado de Amapá y de Pará.