Con un escenario internacional de precios en baja, este año Argentina produjo 125 mil toneladas de mosto, un número sensiblemente menor al esperado.
Según los cálculos de los industriales, con ese monto se podrán cubrir las exportaciones y con el stock acumulado en 2014 atender el mercado interno. Si bien no se esperarían aumentos en los precios, desde algunos sectores productivos aseguran que el valor del sulfitado debería repuntar.
Finalmente, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, se elaboraron 125 mil toneladas de mosto. Si bien la cifra esperada era mucho mayor, debido al incumplimiento del acuerdo Mendoza-San Juan, la pauta diversificadora resultó menor. Tal como lo publicó Los Andes, Mendoza sólo llegó al 19% de la pauta, lo que implicará compensaciones mediante, casi $ 85 millones por pagar en multas.
El problema es que aun con un volumen menor, el precio del sulfitado no repunta y muestra su valor más bajo de los últimos 28 meses, ubicándose en $ 1,10, de acuerdo a datos del Observatorio Vitivinícola Argentino. Por lo que, ante una posible falta de producto, desde varios sectores se espera que la baja se traduzca a precio, aunque los industriales descartaron ese escenario de plano.
Juan José Ramos, presidente de AVFI San Juan, sacó la siguiente cuenta: “Según el INV, el total de toneladas de mosto existentes al 1º de mayo sería de 144.000 y de acuerdo con el análisis que hacen los técnicos de nuestra institución, habría 124.000 toneladas de mosto. Teniendo en cuenta que al 1º de junio del 2014 el stock era de 164.664 toneladas y este año no llegaríamos a las 120.000 a esa fecha, sería muy importante que se revisara el stock publicado porque estamos ante la posibilidad de que pueda llegar a faltar mosto para cubrir las exportaciones si se mantuvieran en el nivel de la última temporada”.
Para Ramos, este año va a faltar mosto. “Con estos números es probable que el precio mejore pero debemos estar atentos a qué es lo que pasa. Si se mantienen las exportaciones vamos a andar justos con el mosto. Nosotros, entre lo que el INV publica mensualmente y cómo se ha venido reduciendo el stock, tenemos un promedio de 13 mil toneladas mensuales. Si se mantuviesen las exportaciones del año pasado al hacerse menos mosto debería mejorar un poco el precio”, reveló el dirigente.
Datos de Caucasia Wine Thinking indican que en 2014 se exportaron 117.130 toneladas, que obtuvieron un valor FOB promedio de 158 millones de dólares, a un precio promedio de 1.356 dólares.
“Le pedimos al Instituto que ratifique el número ya que aún con los datos del INV tenemos menos mosto que el año pasado. Nosotros calculamos que tenemos stock para diez meses a partir de junio ya que puede haber mosto en existencia que no esté en condiciones de ser comercializado, por lo que estimamos que en enero estaríamos con un stock técnico”.
Pero en los primeros cuatro meses del año de envíos al exterior el jugo concentrado de uva no tuvo una performance sobresaliente, sino más bien se registraron caídas. En este sentido, se exportaron, según Caucasia, 33 mil toneladas de mosto, 7 mil toneladas menos que en enero - abril del año anterior. En tanto, el precio promedio de la tonelada, cayó pasando de 1.428 dólares en 2014 a 1.029 dólares en el período analizado de 2015.
Daniel Rodríguez, de la Asociación de Viñateros de Mendoza, estimó que “me parece que los números y la realidad indican que no va a faltar mosto, lo que pasa es que hay que tener información cierta, y esa información la tiene el INV. Ahora lo que sí me parece grave es que en un escenario de excedentes como el que está planteado, en el que se acordó hacer el 35% y sólo se hizo el 19% sólo se paguen las multas, ya que el excedente va a seguir estando”.
Agregó: “Por eso nosotros creemos que hay un desequilibrio estructural, y quienes dicen que no lo hay, me parece, que no están en lo correcto. Hay que hacer cambios estructurales para que esto no se siga estirando en el tiempo. No podemos seguir aplicando remedios viejos para enfermedades nuevas. La situación del mundo vitivinícola ha cambiado. Creo que hay que adaptarse a las reglas de juego que existen. Si tenemos un mercado excedentario, tenemos que trabajar para disminuir esa oferta y no va a alcanzar el acuerdo Mendoza-San Juan”.
No obstante, la pelea sobre cuánto mosto hay de excedente continúa. Desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura, Guillermo García aseguró que antes de hacer un cálculo apresurado sobre las existencias de mostos se debe esperar a que estén listas todas las declaraciones juradas.
“No podemos arriesgarnos a hablar de números cuando desde el INV se están evaluando todas las declaraciones juradas. Estamos verificando todos los datos, por lo que por ahora no nos vamos a aventurar a dar cifras”.
El mosto sulfitado, el cual históricamente acompaña la tendencia del precio del vino, también lleva varios meses de caída. Así las cosas, según el Observatorio, el promedio en precios nominales de esta caída es apenas 3,4%, pero si comparamos el precio de marzo de 2014 con el de 2015, la caída llega 34%. Mientras que si se suma el impacto de la inflación, en términos reales, la caída supera el 65%.
Con el mismo precio
Se esperaría que para colocar 120 mil toneladas este año el ritmo mensual de despachos al exterior debe ser de 10 mil toneladas. Sin embargo, hasta el momento el promedio de es 8 mil toneladas mensuales, 2 mil por debajo de lo deseado.
“El precio internacional está alrededor de los 800 dólares la tonelada a granel. Hay mucha presión de los productores de Estados Unidos, que tienen que colocar su producción. Hoy, como estamos, no veo que vayamos a tener diferencia alguna en el precio. En realidad, con la producción de mosto que tenemos, lo único que va a suceder es que se va a reducir el sobrestock que teníamos de carga”, dijo Marcelo Boccardo, presidente de la Cámara de Exportadores de Mosto.
En tanto, Juan José Canay, miembro de la Cámara de Exportadores de Mosto, también se mostró escéptico ante la posibilidad de un aumento.
“Los mercados no están demandantes. Si tenemos en cuenta que hay 125 mil toneladas de mosto, y que tenemos un stock del año pasado de 50 mil toneladas, estaríamos hablando de 175 mil toneladas de mosto. Con un pronóstico muy auspicioso lograríamos colocar 120 mil toneladas en el mercado externo y 20 mil en el mercado interno; estaríamos hablando de que todavía llegamos al año que viene con existencias. Además, hay que tener en cuenta que los mercados internacionales no están comprando mosto, el jugo concentrado de uva no va a faltar, va nuevamente a sobrar”.
Datos del Observatorio señalan que las exportaciones de JCU en 2014 cayeron 7% con respecto a 2013 y que el precio promedio que obtuvieron fue un 25% menor.
“De 2008 a 2014 se hizo el 47,32% menos del mosto del que se había convenido en el acuerdo Mendoza - San Juan. Si analizamos de 2011 a 2014, en esos años se hizo 26,82% menos del mosto que se había acordado. Esto hace que los excedentes y la sobreproducción se empiecen a acumular”, dijo Rodríguez sobre el problema que enfrenta el sector.
El escenario internacional
Los principales compradores internacionales del Jugo Concentrado de Uva (JCU ) argentino son grandes empresas de bebidas no alcohólicas, que usan el JCU para sus líneas de jugos de frutas, señala un reporte publicado por el Observatorio Vitivinícola Argentino.
El principal consumidor del mundo de jugos de frutas es América de Norte (en particular Estados Unidos), seguido por Asia-Pacífico y Europa Occidental.
“Estados Unidos es también el principal importador de jugos concentrados, siendo los más importantes, por una enorme diferencia, los de naranja (JCN) y de manzana (JCM). Este país en la última década ha ido acentuando su dependencia de los jugos importados, a medida que sus producciones locales de frutas se han estancado o caído”, destaca el reporte.
El jugo de naranja es, históricamente, el más consumido en todo el mundo, por ser parte característica del desayuno en distintas culturas. Sin embargo, factores tanto de oferta como de demanda han ido minando el consumo de esta bebida de manera sostenida, y arrastrando consigo hacia abajo los volúmenes totales consumidos de jugos.
Entre los principales factores podemos mencionar:
Reducción de la oferta y aumento de precios de la materia prima (naranjas) debido a serios problemas fitosanitarios en Florida y a aumentos de costos internos en Brasil (productor del 50% del jugo de naranja del mundo).
“La mayor conciencia sobre el consumo de azúcar, siendo este un aspecto central en el menor consumo de jugos, debido a su alto contenido de azúcares. Es interesante ver cómo ha ido mutando en el tiempo esta noción, ya que hasta hace pocos años se ofrecía al jugo de frutas como una alternativa saludable a otras bebidas azucaradas artificialmente. Sin embargo, recientemente se ha empezado a cuestionar fuertemente a los jugos de frutas también, desestimando el hecho de que sus azúcares sean naturales (no refinados)”, aseguran.
Los cambios en la demanda que afectan al jugo de naranja, se aplican también al resto de las variedades de jugos.
Si bien el enorme consumo de jugos de naranja y su descenso definían una caída en el consumo total de jugos, hasta hace pocos años, la retracción se limitaba a los jugos cítricos (naranja, pomelo, limón), mientras que los jugos no cítricos (principalmente manzana, pero también uva, ananá, arándano rojo, etc.) gozaban de un repunte de su demanda. La bonanza duró hasta 2008 y desde entonces han caído también al igual que el resto de la categoría.
Si bien los datos de la USDA se encuentran disponibles hasta 2012, reportes internos del organismo señalan que la caída en 2014 de la categoría total fue de 3% con respecto a 2013.
Desde el Observatorio destacan que “revisando la situación de toda la cadena productiva desde el mosto sulfitado hasta el consumo final de jugos de frutas, las perspectivas no son muy alentadoras”.
La crisis imperante en el sector vitivinícola se refleja en bajos precios para todos los productos, pero es el mosto sulfitado el más afectado. Esto es resultado de una cadena de efectos producidos por el descenso en el consumo de jugos de frutas en Estados Unidos, que se traslada en menores ventas de las compañías que compran el JCU argentino (así como el JCN brasileño, el JCM chino, entre otros), menores exportaciones a menores precios, dado que la competencia se intensifica por una torta cada vez menor y finalmente el ajuste de precios internos por sobrestock de mosto y la necesidad de las plantas concentradoras de generar ventas para cubrir sus costos.