En Mendoza ya existen 106 distritos bajo cuarentena como consecuencia de la propagación de Lobesia botrana (polilla de la vid). La plaga que ingresó al país en 2010 y que desde allí ha proliferado en toda la provincia y que muestra síntomas en San Juan, creció 50% en un año.
Datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria indican que entre una temporada 2013 y la 2014 la superficie cuarentenada por polilla de la vid pasó de 50 mil hectáreas a 75 mil hectáreas.
“Hoy tenemos 75 mil hectáreas cuarentenadas en Mendoza. De esa superficie no toda contiene uva, pero el protocolo nos obliga a poner esa superficie bajo control. En general, estamos hablando de que unas 40 mil hectáreas estarían bajo control”, comentó el director del Centro Regional Cuyo de Senasa, Carlos Lemajer.
Para el funcionario del organismo de control, la plaga se dispersó siguiendo los caminos de la uva. “Este año hemos invertido 20 millones de pesos en productos que alcanzan para combatir unas 25 mil hectáreas. La idea fue ayudar a los pequeños y medianos productores de la zona”, dijo Lemajer, al tiempo que agregó que los productos entregados, destinados al control del primer vuelo de la polilla de la vid (en dos aplicaciones), se distribuyeron entre 3.900 predios, brindando asistencia a más de 2.500 productores.
Productores mendocinos en alerta
Ya con el ciclo de la uva en marcha y de cara a la nueva temporada, la falta de recursos de los productores preocupa a la hora de poner en marcha un programa de contingencia.
En la actualidad en Mendoza hay 106 distritos cuarentenados, los cuales se encuentran distribuidos en los departamentos de Mendoza Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Junín, Lavalle, Las Heras, Luján de Cuyo, Maipú, Rivadavia, San Martín, Tupungato, Tunuyán.
“El problema del control fitosanitario para curar la polilla de la vid se suma a la lista de los padecimientos que han sufrido los productores en los últimos años”, sostiene Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
Para Sosa los altos costos que implica curar la polilla de la vid con productos específicos más la mano de obra son imposibles de afrontar.
"Incluso (de) aquellos quienes logran recibir los productos para el control químico por parte del gobierno, no todos cuentan con las herramientas para su aplicación.
Por lo tanto, lo evaluamos como una medida ineficaz, ya que la polilla continúa expandiéndose, lo que obliga a revisar todo el programa y definitivamente el Estado debe asumir la responsabilidad de implementar y costear un programa de control y mitigación mediante otra técnica, como por ejemplo la aplicación de feromonas, que no requiere del productor ninguna tecnología en especial”, señaló el ejecutivo de la entidad.
Desde varias entidades se cuestiona el accionar del Senasa ya que no detectó el ingreso de la plaga desde Chile en sus barreras sanitarias. Se estima que la larva habría ingresado en cosechadoras mecánicas que realizaban vendimias en ambos países.
Para Lemajer, del Senasa, evitar el ingreso de la polilla a la Argentina no era una tarea posible. “Por ejemplo, en una maquinaria para tener una garantía del 100%, lo cual no es posible, habría que desarmar la máquina completamente y aun así es probable que no sea fácil de detectar. De hecho, todos hablan de la excelencia de los controles fitosanitarios de Chile y allí también entró”.
Sebastián Lafalla, de la Asociación de Viñateros de Mendoza, afirmó que en la zona del Valle de Uco muchos productores están evaluando qué hacer.
“Ahora tenemos que seguir con la segunda aplicación y la realidad es que en la primera algunos pudieron hacerla y ahora que se viene la segunda se está viendo qué se hace. Hay que reconocer que es un producto caro y además de ello, si yo como productor invierto en mi finca y hago las aplicaciones correspondientes pero la propiedad vecina no lo hace, mi esfuerzo fue en vano”, dijo Lafalla.
Desde la Asociación de Viñateros consideran necesario que haya una intervención fuerte del Estado, desde el punto de vista económico, para trabajar el problema en conjunto. “Con lo de Senasa pasó que el stock se acabó muy rápidamente, por lo que no se pudo conseguir productos para todos. La situación es grave, estamos ahogados y para colmo seguimos sumando este tipo de curaciones, que tiene que hacer el productor pero que económicamente no está posibilitado de realizarlas”.
En el Sur de la provincia los problemas son mínimos por lo que se ha establecido una barrera -durante la época de cosecha- para evitar el ingreso de uva en fresco de otras regiones, con el fin de poder contener la propagación. De hecho solo tienen dos foco cuarentenados en San Rafael.
Claudio Manrique, de la Específica de Agricultura de la Cámara de Comercio de San Rafael, sostuvo que “tenemos un comité de crisis contra Lobesia en San Rafael. Nuestra idea fue reunirnos en setiembre, cuando se dio un informe sobre las áreas cuarentenadas de la provincia y las de la zonas con mayor conflicto.
Ahora se está trabajando para ver cómo se avanza con el tema de las aplicaciones fitosanitarias, que dependen del Iscamen - Senasa. El año pasado se planteó una barrera para no permitir el ingreso de uva en fresco desde lugares en cuarentena. Funcionó, pero tenemos que seguir trabajando; si comparamos los focos que tenemos en la región versus lo que sucede en los oasis del Valle de Uco, Centro y Este es evidente que estamos en una etapa muy inicial, por lo que tenemos que trabajar para que no se expanda”.
Costos de aplicación
Según datos provistos por Senasa, en promedio, para poner en marcha la técnica de confusión sexual se debe invertir por hectárea $ 2.400 pesos. En tanto, el tratamiento químico ronda entre $ 350 - $ 400 por aplicación por hectárea y se deben realizar cuatro aplicaciones.
Lemajer cree que si se ataca el problema en su totalidad y se contara con los fondos necesarios, en cuatro campañas se podría erradicar la plaga. "Hay estudios, principalmente en Estados Unidos, que muestran que en cuatro campañas se puede erradicar totalmente la plaga", señaló.
También llegó a San Juan
En octubre pasado el Senasa declaró un foco cuarentenado de polilla de la vid en el departamento Santa Lucía, de la provincia de San Juan, tras la captura de dos ejemplares adultos de la plaga en trampas que son monitoreadas desde el año 2010, en el marco de sus acciones de vigilancia.
La cuarentena comprende un área de 1 kilómetro de radio a partir de la captura múltiple. El organismo implementó planes de contingencia en los departamentos de Caucete, Pocito y Sarmiento, a raíz de la detección de capturas simples (un ejemplar) de la polilla. En estas áreas, comprendidas por 1 kilómetro de radio y por un período de 70 días, se intensificó el monitoreo mediante la colocación de una mayor cantidad de trampas y el aumento de la frecuencia de revisión de las mismas.