El primer Papa latinoamericano de la historia regresó ayer por primera vez a la Sudamérica hispanohablante con un mensaje de solidaridad con los pobres de la región, que acudieron en masa para recibirlo.
El “Papa de los pobres” decidió visitar específicamente Ecuador, Bolivia y Paraguay porque están entre los países más pobres y marginales de una región donde vive el 40% de los católicos del mundo. Evitará su patria, Argentina, debido en parte para impedir verse inmerso en las elecciones presidenciales de este año.
El viaje comenzó en Ecuador, donde la caída del precio del petróleo y los minerales amenazan con desbaratar la red de bienestar tejida por el presidente Rafael Correa, enfrentado desde hace un mes por las protestas callejeras contra el gobierno más serias en sus más de ocho años en el poder.
Es probable que Francisco hable de sus preocupaciones sobre el medio ambiente con Correa y el presidente de Bolivia, que ha fomentado explotaciones mineras y petrolíferas en zonas salvajes, dada su reciente encíclica sobre la necesidad de proteger a la naturaleza y a los pobres que más sufren cuando se explota el entorno.
En un mensaje en video difundido la víspera de su salida, Francisco dijo que quería llevar un mensaje de esperanza y gozo a todos, “especialmente a los más necesitados, los ancianos, los enfermos, los encarcelados y los pobres, a los que son víctimas de esta cultura del descarte”.
Entre las paradas previstas del Pontífice están una violenta prisión boliviana, una barriada paraguaya propensa a las inundaciones y un encuentro con chatarreros bolivianos, la clase de personas a las que se acercaba en las villas de Buenos Aires cuando era arzobispo allí.
Se espera que la asistencia a sus actos públicos sea masiva. Aunque estos países son diminutos comparados con potencias locales como Brasil y Argentina, son fervientes católicos: el 79% de los ecuatorianos son católicos, el 77% en Bolivia y un abrumador 89% en Paraguay, según el Pew Research Center.
“Pueden imaginarse cómo será este abrazo de amor, esta devoción por nuestro pueblo hacia el Papa, el pastor universal que viene de Latinoamérica”, dijo Guzmán Carriquiri, número dos de la Comisión Pontificia para América Latina y destacado asesor del papa.
El Vaticano dijo esperar que más de 1 millón de personas acudieran a las grandes misas públicas de Francisco en cada país.