El grato encuentro fue días atrás en San Luis donde recordadas figuras del fútbol mendocino de las décadas del 60 y del 70 se reunieron para acompañar en el festejo de su cumpleaños al inolvidable Negro Rubén Angel Ambroggi que cumplió 78 años de edad y que desde hace tiempo reside en esa provincia.
El anfitrión fue Mario Lorenzo Nogara, el ex Albiceleste de San José campeón con Vélez Sársfield en 1968 que luego jugó España y regresó a Andes Talleres, en su complejo turístico de Las Chacras, en el departamento de Juana Koslay, apenas a dos kilómetros de Potrero de Los Funes.
De Mendoza llegaron su hermano del fútbol y la vida, el Mariscal Osvaldo Marcelo Sosa, para los historiadores el mejor marcador central en la historia del fútbol local, que llegó al Este en 1962 luego de sus inicios como marcador de punta en Leonardo Murialdo; el Lalo Juan Antonio Falchi que se inició en Deportivo Guaymallén y que entre 1964-1968 jugó 114 partidos consecutivos en la primera de Deportivo Italiano, compañero de Rubén en aquel Atlético San Martín de la época de oro del 70 al 72.
Además de ese excelente arquero y mejor entrenador que resultó Raúl Tamagnone que en su momento de esplendor hizo olvidar al Gringo Enrique Juan Reggi en el arco Albirrojo. Campeón en el 73, 75 y 79 y como entrenador Albirrojo en el 92 además de su exitoso paso como DT de Chacras de Coria en el 2000.
El otro visitante ilustre fue el Pocho Juan Felipe Barroso que llegó de Villa Mercedes donde vive, centro delantero al que siempre se evoca por su pique veloz y cortito en el área que lo convirtió en el máximo e histórico goleador Chacarero de los felices Nacionales cuando el equipo del Este era realmente el orgullo provincial. Número 9 que se inició en Colegiales de Villa Mercedes, pasó a ÑOB de Rosario y también jugó en Deportivo Cali dirigido por Carlos Bilardo, Deportivo Cucuta y Atlético Quindio todos de Colombia.
Se recuerda al Negro Ambroggi por su dominio de la pelota, su exquisita zurda y la justeza de su pegada en los remates de media distancia, tiros libres y penales donde era infalible.
Había llegado a Mendoza en 1961 procedente de su Rosario natal junto a Roberto Troyano para ser protagonista en 1963 del primer título Albirrojo en la Liga Mendocina al integrar una delantera que se transformó en leyenda como “la maquinita”: Roberto Troyano, Salvador Cristalino Noguera, Ricardo Pascual Alvarez, Roberto Antonio Molina y Rubén Angel Ambroggi en la que a los tres atacantes centrales también se los conocía como “los gatitos”.
Título que se repitió en 1966 al ganar el campeonato de esa temporada que se desarrolló a tres ruedas con dos puntos de ventaja sobre Atlético Argentino en un final apasionante, ahora con la aparición en la ofensiva de las dos grandes promesas de esos tiempos: el Chiche Osvaldo José Lamelza que después pasó al Racing Club y Salvador Angel Spadano.
Se agregaría más tarde el primer Nacional de 1967, cuando Osvaldo Sosa fue elegido como el mejor futbolista del interior por la revista Sport que era una publicación de la Editorial Atlántida que también editaba El Gráfico, varios Nacionales más con Jorge Julio como entrenador y un nuevo título local en 1973 poco antes de su retiro oficial.
De entonces, además de los nombrados, la mención de los arqueros Jorge Madeira, Juan Peralta, Raúl Ripamonti y Enrique Juan Reggi , Roberto Lorca, el Pato Rolando Gramari, el Negro Guzmán, Pérez Suárez, Hugo Borelli, Luis Vizzo y Ernesto Sarmiento.
Con técnicos como Bruno Rodolfi, Raúl Moral y Mumo Orsi. Luego figuras como el Lobito Pereyra, el Flaco Zuvialde, el Ruso Dubrowszczyck, Chupete Márquez, Pepe Tébez, Pancho Monárdez, el Gauchito Guzmán, Eduardo Maryllack, el Mago Teodoro Fernández y Domingo Félix Salguero. Ahora con el Lungo Bernardino Prado y el Turco Julio en el banco. A los que Rubén evoca con mucho afecto y nostalgia.
Fue en la década del 60 cuando Ambroggi tuvo la gran posibilidad de ser jugador del Santos de Brasil donde ya sobresalía con su juego bonito el Rey Pelé que había sido campeón mundial en Suecia 1958 y en Chile 1962. Rubén alcanzó a integrar un ataque tan vistoso como contundente: Dorval, Mengalvio, Coutinho, Pelé y Ambroggi.
Sin embargo eligió regresar a Mendoza y continuar su carrera en el Atlético San Martín cuando tenía todas las condiciones para triunfar en el legendario Santos de Pelé. Ahora rodeado de esos antiguos compañeros y eternos amigos que lo fueron a visitar se reencontró con seres muy queridos que a los 78 años le arrancaron una sonrisa y el más hermoso de los recuerdos.