En Rivadavia llevan un año sin un puente que arrastró el río

Cruzaba el Tunuyán Inferior en Santa María de Oro. Los vecinos deben dar un rodeo de 20 km para alcanzar la otra orilla. Tras tres intentos por reponerlo, Vialidad promete ahora hacer la obra.

En Rivadavia llevan un año sin un puente que arrastró el río

Hace casi un año, a mediados de diciembre de 2015 y como consecuencia de una inusual temporada de lluvias, una fuerte crecida del río Tunuyán Inferior se llevó un puente en Rivadavia.

Pasó el tiempo y aunque hubo reclamos de vecinos y también de la comuna, el lugar no fue reparado y permanece cerrado al paso. Vialidad hizo tres intentos fallidos por reponer el puente, y en los últimos días aseguró que retomará la obra por cuarta vez.

El cruce queda al sur de Santa María de Oro, un pueblo rural cercano a la ciudad de Rivadavia; del otro lado del río el camino lleva a las calles Manen y Nueva Gil, una zona netamente productiva donde hay también una escuela primaria, la 1-432 Presbítero Olguín.

El problema es que los vecinos de esa región han quedado sin posibilidad de usar el camino habitual y para alcanzar la otra orilla, la de Santa María de Oro que lleva a la ciudad, deben dar un rodeo de más de 20 kilómetros.

Ahora Vialidad asegura que repondrá el puente: luego de tres intentos por repararlo en lo que va del año, la dependencia finalmente llevó hasta el lugar los gruesos caños de cemento que serán los encargados de encausar el paso del agua del Tunuyán.

“Ese puente lleva cuatro caños de 2 metros de diámetro; el agua se llevó una parte y esta semana comenzaremos a restaurarlo”, señaló Jorga García Salazar, consejero de Vialidad, quien estimó que el trabajo quedará listo “en unos pocos días”.

Los vecinos prefieren esperar a que el trabajo esté terminado para celebrar la obra, ya que un anuncio similar se hizo en abril sin ningún resultado.

“Al puente nunca lo arreglaron. Vialidad hizo pequeñas pasadas provisorias, que servían más que nada para cruzar a pie o en bicicleta, pero apenas vino un poco más de agua se las llevó”, explicó Víctor, un productor de la calle Nueva Gil.

La gente cuenta que lo que antes era un viaje de 7 kilómetros para llegar a la ciudad de Rivadavia, se transformó desde hace casi un año en un rodeo de 20 kilómetros que implica cruzar el Tunuyán por el puente del dique.

Casi 12 meses después de la crecida del río Tunuyán Inferior, dos de los caños del puente permanecen en la base del tramo que se salvó y el resto fueron arrastrados por la corriente a lo largo de varios metros.

“Además de reponer el cruce es necesario quitar todo el sedimento que se acumuló, como también los restos del viejo puente”, explicó García Salazar y aseguró que una combinación de las lluvias de fines del año pasado con la obra de ampliación de la capacidad de El Carrizal, confluyeron para que el Tunuyán Inferior haya traído en varias oportunidades mucho más caudal que el que usualmente corre por su cauce.

Además de los productores y de los vecinos que viven al sur del puente, también están los maestros y alumnos de la escuela Olguín, una comunidad escolar que ha presentado distintas notas a la comuna pidiendo que el puente se reponga de una vez por todas.

Y si bien la mayoría de los alumnos viven en esa zona, los docentes tienen que hacer el rodeo a través del puente  del dique para llegar y volver de clases.

“Ese puente estaba construido sobre cuatro caños y cada uno de ellos soporta un caudal de hasta 10 m3 por segundo", explicó Daniel Gargantini, de Vialidad: “Desde diciembre, primero por las lluvias y luego por pruebas de capacidad en El Carrizal, hubo varias veces en las que pasó mucho más caudal que el esperado, y por eso la obra se retrasó tanto”.

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