El ex senador y obispo evangélico Marcelo Crivella asumió ayer las riendas de Rio de Janeiro, una ciudad postolímpica en bancarrota, igual que hicieron lo propio en todo Brasil más de 5.000 nuevos alcaldes, marcando un giro a la derecha en el gigante latinoamericano.
Tras unos fuegos artificiales de fin de año recortados por la crisis, la ciudad de la samba estrena este 2017 ahogada económicamente y pendiente de los planes de austeridad promovidos por el pastor de la Iglesia Universal del Reino de Dios, de 59 años, que prometió gobernar sin distinción de religiones y para un Rio menos violento.
“La orden es la siguiente: está prohibido gastar”, afirmó el nuevo alcalde al asumir el cargo. “El país está en crisis, el estado de Rio de Janeiro esta en crisis (...) Es hora de cautela, de juicioso examen del gasto público”, añadió Crivella, en un discurso cargado de referencias a Dios.
Crivella afirmó que asume su posición “con fe y sin miedo”, y ya en su primer día publicó decenas de decretos que determinan la creación, en los próximos meses, de planes para mejorar los servicios de salud, seguridad y educación.
“No seré el alcalde de las ilusiones”, advirtió.
En San Pablo, la capital económica de Brasil, ayer comenzó también una nueva etapa bajo el gobierno del empresario y expresentador de TV Joao Doria, que impidió cómodamente en la primera vuelta la reelección de Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
La izquierda y el PT sufrieron una debacle en las elecciones municipales de octubre, que fueron el primer test en las urnas para el gobierno conservador de Michel Temer tras el impeachment de Dilma Rousseff (PT).
El partido que gobernó Brasil durante 13 años se quedó con solo una capital estatal de las cuatro que tenía, Rio Branco (Acre, oeste), y perdió más de dos terceras partes de sus alcaldías.
El nuevo mapa municipal brasileño fue un espaldarazo para el partido de gobierno PMDB y sus aliados, que viven asediados por los escándalos de corrupción y llevan adelante un ajuste fiscal para recuperar la confianza de los inversores y revertir la recesión económica.
La corrupción, de hecho, también tuvo sus efectos en la esfera municipal: tras las elecciones de octubre, 145 candidatos de todo el país habían sido rechazados por la justicia electoral, aunque a mediados de mes esa cifra había disminuido a unos 90.
En el municipio de Osasco, en San Pablo, el alcalde electo Rogerio Lins -que ya era edil- pasó unos días detenido acusado de contratación de empleados fantasmas, pero fue liberado para poder asumir como alcalde a cambio de pagar una fianza.
Un hombre mató a 12 familiares y se suicidó
Un hombre invadió una fiesta familiar de fin de año cerca de San Pablo para matar a 12 personas, entre ellas su ex esposa, su hijo y varios parientes, antes de quitarse la vida, informó la policía ayer.
El crimen ocurrió poco antes de la medianoche en un barrio de la zona norte de la ciudad de Campinas, a 100 km de San Pablo.
Las 12 personas asesinadas eran de la misma familia y festejaban el Año Nuevo en su casa cuando fueron sorprendidas a balazos por el atacante.
“El autor de los disparos, Sidnei Ramis de Araujo, de 46 años, se mató. Su ex mujer, de 41, y su hijo de 8 están entre las víctimas fatales”, confirmó un funcionario de la Secretaría de Seguridad del Estado de San Pablo.
Viuda del embajador griego negó su participación
La viuda del embajador de Grecia en Brasil, Kyriakos Amiridis, asesinado el pasado lunes, negó ayer su participación en los hechos, en el marco de una investigación por un presunto crimen pasional confesado por el amante de la mujer. Françoise de Sousa Oliveira Amiridis, detenida en el complejo penitenciario de Bangú, en Río de Janeiro, testificó ante la policía que el autor del crimen fue el policía Sérgio Gomes Moreira Filho, con quien ella mantenía una relación extramarital, informó el diario “Folha de Sao Paulo”.
Moreira Filho ya había confesado la autoría del crimen. En su relato, la mujer de 40 años afirmó que el móvil fueron los celos del policía y aseguró que ella de ninguna forma podría haber evitado el crimen.