Me encuentro frente al teclado con el que compartiste tantísimas horas. En mi caso, con la imperiosa necesidad de honrarte, de reivindicarte, de procurar no permitir tu olvido.
Porque fuiste del tipo de hombres que pasan por ésta vida, para dedicar la suya al prójimo, enfrentando injusticias, defendiendo incansablemente a los excluidos, a los marginados, aún tratándose de causas perdidas.
Pusiste el cuerpo frente a la dictadura más cruenta que tuvo que padecer nuestro país, defendiendo a tus compañeros y sus ideales, teniendo la posibilidad de exiliarte. Afirmabas "si alguien tiene que caer, el primero debo ser yo" . Y así fue. La valentía te caracteriza.
Solidario como pocos, generoso, humilde. Jamás pasó por tu cabeza la posibilidad de lucrar con tu vocación de servir al prójimo. Fuiste un político de raza, de los que ya no hay.
Oportunidades de puestitos no te faltaron, pero jamás accediste (pese a que nada nos sobraba), porque te limitarían, te comprometerían. .Y ese no serías vos. Eras "esclavo de tu libertad", como te gustaba decir.
Tu capacidad de oratoria maravillaba. Dueño de una inteligencia, una lucidez, y una personalidad que encantaban.
Las últimas causas con las que te identificaste estuvieron vinculadas a la defensa de los recursos naturales, en contra de la megaminería contaminante (San Jorge), y por el agua y el pedemonte.
Siempre bregando por la memoria, en contra de los abusos de las fuerzas policiales avaladas por representantes y funcionarios de la democracia actual. Cómplices de los abusos del pasado y del presente.
Aquí estoy, próximos al aniversario del golpe de estado del '76, recordándote como todos los días, con la nostalgia de no tenerte más, pero con la convicción de que sos y serás fuente de inspiración de muchos jóvenes que tuvieron el privilegio de formarse junto a vos, que leyeron tus libros, tus publicaciones, que militaron junto a vos.
Con la esperanza de que tu obra continúe.
Y para que realmente nunca más.
Ivana Vélez
DNI 26.838.264