En primera persona: un enólogo mendocino en medio de los incendios de California

Carlos Gonzalez trabaja en Napa Cellars. Advierte que la catástrofe puede afectar al 20% de la vendimia.

En primera persona: un enólogo mendocino en medio de los incendios de California
En primera persona: un enólogo mendocino en medio de los incendios de California

"Por el viento, el humo por acá llegó a ser insoportable y hubo un par de días en que no pude ir a trabajar frente al riesgo de que el fuego siguiera expandiéndose". La expresión corresponde al enólogo mendocino Carlos González (31), a quien la catástrofe que arrasó con miles de hectáreas en California sorprendió en medio de la vendimia de esa región vitivinícola estadounidense, golpeada al punto que, aunque estiman no afectará al grueso de la producción 2017 sí siembra incertidumbre sobre el futuro del negocio del vino en aquél país con 8 bodegas destruídas total o parcialmente hasta el momento.

Luego de trabajar en Mendoza para el grupo Pernod Ricard, que también tiene su bodega norteamericana, González viajó a Estados Unidos para desempeñarse en Napa Cellars, de Trincheros Family Wines. Afortunadamente, más allá de las cenizas que el viento les dejó sobre parte de los viñedos, no tuvo que lamentar daños.

"Realmente es una situación crítica, pero aproximadamente un 80% de la cosecha del valle está dentro de las bodegas, con lo cual no son tan malas noticias", reseña González respecto a lo  que se vive por estos días en la zona, las prácticas técnicas para salvar la situación y lo que puede sobrevenir.

Sin embargo, el profesional mendocino, egresado de la carrera de Enología de la UJAM y enólogo de la bodega salteña Etchart entre 2014 y 2015, advierte la necesidad de algunas prácticas forzadas para preservar la calidad de los nuevos caldos. "Al fermentar, el gas carbónico impide que se depositen sustancias que provoquen defectos en los vinos, aunque siempre manteniendo ciertas medidas como no tener las vasijas mermas y evitar el efecto de las "smoke stains" o manchas de humo. De lo contrario, recomiendan clarificar el vino entre otras medidas como la ósmosis inversa".

Un símbolo del vino en riesgo

Por la presencia latente del fuego y de un avance rápido, los dueños de Trincheros optaron por derivar la materia prima recolectada a otro establecimiento, el más grande del grupo, un poco más alejado del epicentro de la catástrofe.

González, que utiliza la ruta 29 de Santa Helena para ir a trabajar diariamente y apreció escuelas y gimnasios de Napa atestados de habitantes evacuados de sus casas en Calistoga, destaca la responsabilidad de los automovilistas aún ante el miedo. "Ayer tuvimos una reunión informativa con las autoridades para que estuviéramos preparados con pertenencias en caso de alguna eventualidad. Yo, sinceramente, no tenía nada listo, pero algunos focos ya están controlados".

Sin embargo, para otros emprendimientos vinícolas cercanos al área montañosa como Oakville, donde se ubica Robert Mondavi, un símbolo de la industria norteamericana, aún no se disipa el riesgo. Con algunos helicópteros sobrevolando viñedos presas de las llamas, Healdsburg es otra de las localidades más perjudicadas.

Además de los establecimientos convertidos en cenizas, cerca de 53 mil acres (unas 21.400 hectáreas) de tierra productiva ya habían sido consumidas entre Sonoma y Napa el fin de semana, según cifras oficiales publicadas por Wine Spectator. Hasta la semana pasada, la estimación de las autoridades ascendía a 162 mil acres (más de 64 mil hectáreas).

En medio de la experiencia, Carlos ya tiene claro su futuro próximo, que es "volver, cuando termine la vendimia en diciembre, a Cafayate para encarar la temporada 2018".

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