Las solicitudes de préstamos personales cayeron en el segundo trimestre del año en Mendoza en torno al 34% en el sector privado, en comparación con el mismo periodo de tiempo del año 2017, y en el trimestre en curso la situación continúa a la baja. La decisión de endeudarse responde más a una necesidad de pagar deudas que a un proyecto de inversión, ya sea cambiar el auto o comprar un terreno.
Según información suministrada por la Dirección de Estadísticas y Censos de la Provincia, las operaciones realizadas en Mendoza al sector no financiero totalizaron en poco más de $8.080 millones, cuando el trimestre anterior había alcanzado los $9.400 millones, es decir una caída del 14% nominal, y del 34% real (si se tiene en cuenta la inflación).
En la comparación intermensual, según datos de la Fundación Ieral, en base a la información suministrada por el Banco Central, en Mendoza las solicitudes de préstamos personales venían creciendo mensualmente en torno al 3,4%, cuando la inflación no era muy superior al 2% mensual, pero a la fecha, el crecimiento mensual ha sido del 2% con una inflación que supera el 5% mensual.
Según señaló Jorge Day, economista de Fundación Mediterránea (Ieral), en este caso, la caída se mide en términos de poder adquisitivo, es decir que el capital solicitado por cada individuo perdió significativamente su poder de compra.
Esto se explica por cambios en el comportamiento de las dos partes involucradas en los préstamos personales, tanto la oferta como la demanda. “Por un lado los bancos tienen la obligación de mantener las reservas que el Banco Central les exige, para evitar problemas inflacionarios y por el otro, el aumento de las tasas de interés (por encima del 60%) hizo que la demanda tuviera un comportamiento más cauto”. “Hoy se pide más por necesidad que para inversión”, agregó.
En niveles porcentuales, en tres meses, el volumen de préstamos personales aumentó menos del 7% cuando la inflación acumulada durante el mismo periodo de tiempo fue del 7,58%, revelando una caída en términos de lo que se podía adquirir con el mismo dinero obtenido, conforme a lo explicado por Day.
Por su parte, Rodrigo González, economista de Fundación Ideal, señaló que desde abril hasta la fecha, los créditos en Unidades de Valor Adquisitivo han caído un 60%. El economista explicó que el combo: intereses altos, más devaluación, inflación y expectativas adversas, genera “una tormenta perfecta para deprimir al sector”.
Por ejemplo, desde el banco Supervielle explicaron que durante el mes de julio tuvieron “una baja de aproximadamente un 17% en la colocación de préstamos personales, en lo que respecta a la región de Mendoza y a nivel País, que se corresponde con el incremento de la tasa de referencia del Banco Central”.
En agosto recuperaron “niveles similares pre junio”, con tasas que están dentro de la media, tanto para préstamos como para descuentos de cheques.
Los préstamos dejaron atrás la tendencia creciente
A nivel país, y de acuerdo con el informe del Banco Central de la República Argentina, en el segmento en moneda local, los préstamos retrocedieron 0,8% en agosto, con caídas en las financiaciones instrumentadas mediante documentos, los créditos prendarios y personales.
Por su parte, los personales mostraron una disminución de 0,9% en agosto en términos reales (teniendo en cuenta la inflación) y ajustados por estacionalidad. En tanto, su crecimiento nominal fue de 1,4% el pasado mes, con un aumento interanual de 42,2%.
El financiamiento en UVA siguió representando alrededor del 90% de los préstamos a personas físicas, otorgándose en agosto un monto promedio diario de $230 millones, similar al de julio, pero marcadamente por debajo de los $700 millones de abril.
Respecto a los préstamos destinados mayormente a las familias, las financiaciones con tarjetas de crédito crecieron en el mes 0,8% en términos reales y sin estacionalidad. El aumento nominal fue de 1,6% en agosto, presentando una variación interanual de 38,4%.
Expectativas de las entidades bancarias
Según el informe de la Encuesta de Condiciones Crediticias de la entidad, durante el segundo trimestres del año prevaleció una moderada restricción de los estándares crediticios en todas las líneas de crédito a las familias. En el segundo trimestre de 2018 la demanda crediticia percibida de las familias disminuyó de forma generalizada, principalmente por tasas de interés poco atractivas, y los créditos al consumo mostraron caídas muy significativas (de -27,3%) al igual que los préstamos hipotecarios (-37,8%).
En tanto que para el tercer trimestre en curso, el Banco Central espera que la caída continúe, “siendo más significativa (la disminución en la demanda) en los hipotecarios, de -34% y en los prendarios de -26,6%”.
Los bancos encuestados por el Central indicaron el deterioro de la situación económica (actual y perspectivas) y el aumento del riesgo de la cartera crediticia, fueron los factores que principalmente explicaron esa evolución negativa.
Leve aumento de morosidad en los créditos a familias
De acuerdo con el informe de coyuntura del sistema financiero que publica el Banco Central, cuyo último dato es el de junio de 2018, el coeficiente de mora de los préstamos a las familias, es decir a los individuos que no tienen destinos comerciales para el dinero, se mantuvo en torno al 3,4%.
Al cierre del segundo trimestre, el coeficiente de irregularidad de los créditos a las familias permaneció en torno a 3,4% y en los últimos doce meses ese ratio acumuló un aumento del 0,2 puntos porcentuales, explicado, según el Central, por las líneas al consumo, es decir por tarjetas de crédito y préstamos personales.
Un dólar más alto a fin de año
Finalmente la entidad publicó su relevamiento mensual de Expectativas de Mercado en el que se observa que el mercado confía a que la tasa de la política monetaria se mantenga en el 60% hasta diciembre, mientras que hacia fin de año proyectan un tipo de cambio nominal de U$S 41,9 promedio mensual (136,7% al año y +5,5% respecto del pronóstico para septiembre de 2018). En tanto, la proyección para diciembre de 2019 se elevó a $/US$ 50,0 (19,3% anual).