Como ya he discurrido en el artículo “Por que el casco no debe ser obligatorio en ciclismo urbano” publicado en el sitio web del Pro Bici, la obligatoriedad de uso de este mitificado elemento de seguridad contrasta con la opinión de la ciencia y una recomendación casi unánime de los organismos especializados del mundo que desaconsejan abiertamente la medida.
Así lo sostienen los consejos Europeo de Seguridad de Transporte y de Seguridad Vial Alemán (DVR), o la Federación de Ciclistas Europeos (ECF).
Por algo en ninguna ciudad ciclísticamente amigable del mundo se exige el uso de casco a usuarios de la bicicleta. Por el contrario, donde sí se ha impuesto la obligatoriedad, el caso de Australia, estadísticas del propio gobierno datan una merma de 30/40% de usuarios, con lo cual los accidentes de ciclistas terminaron aumentando en lugar de disminuir.
Una normativa contraproducente para el estímulo de la bicicleta como medio de transporte -la nueva Ley de Seguridad Vial-, se produce por la falta de organismos especializados y profesionales idóneos en movilidad y ciclismo urbano, aspecto sobre el que venimos señalando desde hace años.
Precisamente, las dos ciudades argentinas con mayor porcentaje de gente andando en bici, Rosario y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), tienen algo en común: ambas cuentan con organismos de gobierno especializados. En un caso, el pionero Ente de la Movilidad de Rosario y, en el otro, la Secretaría de Movilidad Sustentable.
En Bogotá pasa lo mismo con su Secretaría Distrital de Movilidad, modelo ampliamente replicado en varias ciudades de una Colombia que apuesta fuerte con la bici.
Lamentablemente el robo de bicicletas ha recrudecido en Mendoza; estamos recibiendo prácticamente todas las semanas denuncias de sustracciones. Esta es la primera de las fragilidades con la bici a la que hay que brindar respuestas. La política con sus normas, debe responder a las necesidades de la gente.
Los accidentes en bicicleta son poco frecuentes, hay mucha más probabilidad de tener un accidente de tránsito manejando un automóvil o una moto, que pedaleando. Los robos de bicicleta son todo lo contrario; es raro encontrar a un ciclista urbano con experiencia que no haya sufrido la pérdida de su rodado. Hacemos un llamado urgente a nuestras autoridades de gobierno a trabajar juntos en alternativas eficaces para responder a este panorama de inseguridad. Desde el Pro Bici hemos habilitado un formulario en nuestro sitio web para hacer denuncias de robo de bicicletas. Les pedimos a los mendocinos que hayan perdido su bici que por favor lo completen, a fin de poder estudiar a fondo esta problemática para la búsqueda de soluciones.
La gratuidad de la bicicleta es algo maravilloso que debemos mantener. Moverse en Mendoza es cada vez más caro, no es para nada sensato cargar al que pedalea (especialmente al sector de menos recursos económicos que encuentra en la bici una opción de transporte) con exigencias desmedidas.