La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recuperó ayer a su nieto apropiado durante la última dictadura militar. El joven, que hoy tiene 36 años, es hijo de Laura Carlotto, secuestrada en 1977 y luego asesinada. Fue bautizado como Guido y sus familiares lo buscaron todos estos años. En Mendoza, también hay gente que busca a sus familiares desaparecidos.
Si bien la entidad que dirige Carlotto no tiene una sede local, sí hay organizaciones que se encargan aquí de esa tarea. Son unos cuatro los casos que quedan en nuestra provincia sin resolver, bebés que nacieron en cautiverio y aún no los han podido encontrar.
La cifra, según explicó la directora de Promoción de Derechos Humanos de la Provincia Natalia Brite, en realidad es variable porque es difícil definir de qué manera se contabilizan los casos.
“Nunca se pueden saber con certeza los números. Por ejemplo, María del Carmen Moyano era mendocina pero fue secuestrada en Córdoba. Hay organizaciones que la ‘cuentan’ en esa provincia. Ella estaba embarazada de ocho meses cuando la secuestraron y se la llevaron a la ESMA”, comentó Brite.
Protocolo local
Además, la funcionara explicó cómo se trabaja en nuestro territorio. “Acá la Red Nacional por la Identidad articula con el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MED) porque no existe Abuelas en Mendoza.
También tiene acción la comisión Hermanos de la agrupación HIJOS. Se hace difusión de cómo se pueden contactar con ellos quienes tienen dudas de su identidad. Se da mucho gente que se acerca voluntariamente. Por ahí llegan a mi dirección y acompañamos el proceso pero lo derivamos al MED” detalla Brite.
La encargada de Promoción de Derechos Humanos recordó que de esos cuatro casos identificados, uno es el del nieto o nieta (no se sabe el género) de María Domínguez. La mujer, que está por cumplir los 83, es una de las principales referentes del Abuelas provincial. Su hijo, Walter Domínguez, y su nuera, Gladys Castro, fueron secuestrados en el ‘77. Ella estaba embarazada.
Un triunfo de todos
“Es un día de triunfo para las Abuelas, aunque faltan muchos todavía. Es una maravilla haberlo encontrado, ese niño tan buscado. Nosotras seguimos yendo a la plaza (San Martín) todos los jueves y vamos seguir mientras nos ayuden las piernas y después con bastón.
No vamos a encontrar lo que perdimos, que es un hijo, lo más preciado para un ser humano en la vida. Ni que estos caraduras se arrepientan de lo que han hecho. Tengo la esperanza de poder recuperar algún día a mi nieto o nieta, ojalá me pase como a Estela que él o ella busque su identidad”, reflexionó Domínguez, entre lágrimas de ese dolor que nunca cesará y alegría por esta recuperación que esperanza.
Otro de esos cuatro casos, es el de la pareja conformada por de Adriana Bonoldi y Marcelo Carreras. Cuando fueron secuestrados ella tenía dos meses de embarazo. Sobre la aparición de Guido habló Mariú Carreras, hermana de Marcelo.
“La alegría de Estela es una alegría de todos. Es una esperanza para seguir encontrando jóvenes y animar a quienes tengan dudas de su identidad. Moviliza mucho la aparición de cada nieto y en este caso, al ser de una persona reconocida por su tarea, genera un impulso mayor. También para quienes dicen que los desaparecidos son inventados es una alternativa para comprender que nadie lucha 37 años por nada”, dijo Mariú.