En Mendoza, el alquiler de un departamento para vivir se lleva entre el 40% y el 45% del sueldo y puede llegar hasta el 75% de un salario promedio si se suman las expensas, si la propiedad en cuestión es más grande o se trata de una casa.
En nuestra provincia, el sueldo neto promedio para el sector privado es de $7.910, según se desprende de los cálculos realizados por el Indec.
El dato, que se refiere a la remuneración en mano que recibe un trabajador, es de noviembre de 2014 y corresponde al último informe sobre la Evolución de la Distribución Funcional del Ingreso que publica trimestralmente el instituto y que mide cómo se comporta la remuneración del trabajo asalariado registrado.
Por otra parte, el sitio especializado Reporte Inmobiliario calculó que en la capital de Mendoza alquilar un departamento de tres ambientes (dos dormitorios, un baño y una cocina comedor) cuesta en promedio $ 3.120, convirtiendo a la ciudad en una de las más caras del país, al ser superada sólo por Comodoro Rivadavia ($ 3.480) y Mar del Plata ($ 3.170).
Al cruzar ambos números se desprende que 39,44% del sueldo se va en el alquiler. Sin embargo, otros datos y matices de la realidad empujan el porcentaje hacia arriba
Valores de mercado
Los datos, los promedios, las estadísticas sirven de poco si no se contrastan con la realidad. Miguel Astorga, presidente del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Mendoza (CCPIM), confirmó que el alquiler de un departamento de dos dormitorios en el microcentro mendocino se ubica entre $.3500 y $ 4.000 y que puede bajar un poco pero sin llegar a mover demasiado la aguja si la propiedad se encuentra en la periferia como en la Cuarta Sección (este u oeste) o en algunas zonas de Godoy Cruz o Guaymallén.
Pero advirtió que en la cuenta total hay que sumar las expensas. "Desde 2009, cuando empezamos a tener dos dígitos de inflación, subieron un 96%. Ése es el dato que tenemos a noviembre del año pasado, con lo cual creemos que este año puede superar el 100% acumulado”, detalló Miguel Astorga.
En algunos casos, las expensas pueden representar hasta 30% o incluso 40% del valor del canon mensual que paga el locatario y, como por usos y costumbres, se suele pactar en el contrato de alquiler que están a cargo del inquilino, el monto final a desembolsar es más alto para quienes rentan en edificios u otro tipo de propiedades compartidas.
Casi un sueldo
Ahora, si se trata de una casa en vez de un departamento, los valores trepan mucho más. El canon mensual de una vivienda de dos dormitorios puede salir entre $ 4.000 y $ 4.500, y una de tres dormitorios podría llegar a $ 6.000, subiendo entonces el porcentaje del sueldo destinado al alquiler a 50,57% y 75,85%, respectivamente; siempre en comparación con un salario de bolsillo promedio para esta provincia según el Indec.
“A esto hay que sumarle las tasas municipales y los servicios para mantener la casa en funcionamiento. Entonces, con total tranquilidad un solo sueldo de la casa se puede ir en sostener la vivienda y el otro en vivir”, reflexionó Fabián Debé, de Debé Propiedades.
Estrategias
Del análisis del esquema de costos que una familia tipo debe sostener "para que no se sienta pobre o no perciba que está en niveles de pobreza", tal como describe José Vargas a la CBT que calcula su consultora, el economista destaca que las familias mendocinas vienen perdiendo de manera sostenida su poder de compra porque, si bien la inflación crece a un ritmo del 30% anual, en algunos rubros como Alimentos y bebidas sube por encima del 40%.
“Vemos que muchas de ellas que vivían en una casa se mudan a un departamento con menos habitaciones para que sea más económico”, ejemplificó Vargas.
Un estudio realizado por Evaluecon para el Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Mendoza (CCPIM) determinó que en 2014 los alquileres de casas, medidos en operaciones, cayeron 48,65%, mientras que los de departamentos subieron 60,58%.
Aquí no puede dejar de mencionarse la expansión del mercado de la construcción y, por ende del inmobiliario, hacia departamentos de uno o dos dormitorios, agrupados generalmente en complejos, que elevan la oferta de este tipo de espacios, lo cual puede traducirse, entonces, en más operaciones de alquiler en el mencionado target.
Sin embargo, Miguel Astorga, presidente del CCPIM, reveló otra estrategia desplegada por los inquilinos: familias que se agrupan y alquilan una casa más grande para pagar menos de canon mensual. El dirigente estimó que, de este modo, el ahorro es de entre el 60% y el 70%. “Es un comportamiento muy similar al que veíamos a finales de los '90 o en 2000”, sentenció.
Sin embargo, el truco muchas veces encuentra un tope ya que el mercado no se ha renovado y hay pocas construcciones de tres dormitorios y dos baños como para acoger a una familia ampliada. “Por eso encontramos precios sobrevaluados. Los propietarios no tienen apuro en alquilar y piden montos más elevados”, agregó Astorga.
“La familia, hasta no tener garantizado su sustento, no puede alquilar. Mucha gente se condena a convivir con su familia ampliada porque los ingresos ni siquiera les alcanzan para pagar necesidades básicas como alimentos y vestimenta. Ni qué hablar cuando se suman los gastos escolares, como pasa en estas fechas”, opinó Mario Vadillo, apoderado de la ONG de defensa de los derechos del consumidor Protectora.
Según relató, en esa asociación una de las principales quejas recibidas anida en la imposibilidad de renovar contratos. “Las inmobiliarias cobran de nuevo las comisiones; hay que hacer todo de nuevo: sellar de nuevo los contratos y demás. Esto expulsa a los inquilinos, a los cuales no les queda otra -en muchos casos- que acomodarse de nuevo con la familia de origen”, detalló.