Hay una sensación dando vueltas en el termómetro agropecuario que señala que Mendoza estaría a las puertas de un cambio productivo. La ganadería bovina viene ganando espacio -entre 2002 y 2019 sumó más de 100 mil cabezas- en tanto que la fruticultura, con la vitivinicultura al frente, perdió un poco más de 9.000 hectáreas en los últimos 16 años.
Si se analiza la ganadería en su totalidad, se observa un retroceso en Mendoza, al menos si se hace una comparación entre lo que pasaba en 2002 y lo que dejó 2018. Según el Censo Nacional Agropecuario publicado por el Indec, en ese período se perdieron en total unas 355 mil cabezas y el sector más golpeado fue el del caprino.
La cría de chivitos, reconocidos en nuestra zona, viene en franca caída: se perdieron 275 mil cabezas. Es que las sequías, la falta de infraestructura y los depredadores naturales, han dejado a este sector en lugar de “subsistencia”, muy lejos de lo que esta industria podría significar para la provincia.
"La sequía es un problema muy grave, pero el cambio se da también por una cuestión cultural. Cada vez hay menos productores que se quedan trabajando en el campo. Los jóvenes se van y esto se ha dado especialmente en Lavalle y en la zona que corresponde al pedemonte mendocino", dijo a Los Andes el director de Ganadería de la Provincia, Ramiro Zaragoza.
Sorpresa estadística
Los números que llaman la atención en esta presentación preliminar son los del caso de la hacienda bovina, que ha tenido mucho auge en los números nacionales. El censo muestra que hay bajas tanto en terneros y terneras de menos de un año como en vaquillonas. Sin embargo, crece la cantidad de cabezas en novillitos de entre 1 a 2 años y prácticamente se duplica la cantidad de vacas. La foto 2018 del Censo arroja 331 mil cabezas, 75 mil menos que en 2002.
Los números nacionales contrastan con los datos de Senasa, es decir, con los del Plan de Vacunación de Fiebre Aftosa. Las estadísticas de ese organismo, elaboradas a marzo de este año, contabilizan un total de 560 mil bovinos en Mendoza.
"El crecimiento de la ganadería bovina ha sido extraordinario: los productores se han tecnificado, tanto para reproducción como en recría. Hay mejoras en rolado y el Estado ha invertido en mucha infraestructura para mejorar. Nuestros números muestran que entre 2002 y 2018, por lo menos se han sumado 100 mil cabezas", explica Zaragoza.
Llamativamente, los datos agrícolas del censo del Indec respaldan el escenario que describe el director de Ganadería de Mendoza y no los que publica el propio organismo nacional. Los números indican que en 2002 habían 15.792 hectáreas implantadas con forrajeras perennes y 3.188 hectáreas con forrajeras anuales, mientras que este año los números ascienden a 29.733 y 4.939 hectáreas respectivamente. En total, la superficie de cultivos forrajeros se incrementó un 83% en el período analizado.
De acuerdo al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), las pasturas perennes se constituyen principalmente de alfalfa y su principal destino es la alimentación de animales. En menor medida, se usa para la recuperación de la fertilidad del suelo cultivable.
Por lo tanto, el aumento en la cantidad de hectáreas con explotaciones forrajeras condice con un escenario de crecimiento en la ganadería provincial.
La caída frutihortícola
Dejando de lado las forrajeras, la evolución de las hectáreas implantadas muestra mayoría de números negativos. El caso más significativo es el de los frutales, donde está incluida la vitivinicultura, que perdieron 9.847 hectáreas entre 2002 y 2018, pasando de 203.198 a 193.350 hectáreas en el transcurso de los 16 años.
Apenas menor fue la caída de los bosques (7.242 hectáreas implantadas menos), pese a que su superficie es mucho menos significativa. Habían 11.324 hectáreas en Mendoza en 2002 y el Indec censó 4.082 hectáreas el año pasado.
La caída general no alcanzó a las hortalizas, que prácticamente mantuvieron su superficie (perdieron sólo 29 hectáreas). Si se analizan todos los cultivos en su conjunto, pasa lo mismo, ya que Mendoza sólo perdió 1.085 hectáreas.
Aun hay baja participación de Mendoza en el país
Si bien la situación para Mendoza el crecimiento nos da la idea de "victoria", lo cierto es que comparado con las principales provincias ganaderas, la nuestra es una actividad meramente marginal. A saber: en Argentina hay un poco más de 40 millones de cabezas de ganado bovino. Buenos Aires lidera el ranking ganadero con 14 millones, seguido de Santa Fe con 4 millones y Córdoba con 3,5 millones.
Entre 2002 y 2018, el país perdió 8.127.506 cabezas de ganado bovino. También disminuyó la cria de ovinos, caprinos y equinos. Sólo aumentó la cantidad de porcinos, de 2,1 a 3,4 millones de cabezas.
En Argentina cayó 25% la cantidad de explotaciones
Entre 2002 y 2018 bajaron 25% la cantidad de explotaciones agropecuarias en el país, según el relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El censo indica que hace 17 años habían 333.533 explotaciones agropecuarias (EAP), pero en 2018 se registraron un poco más de 250.000 explotaciones. Eso significa que en Argentina unos 83.000 productores se quedaron fuera del sistema.
El organismo muestra que, del total relevado para 2018, 84% de las EAP correspondieron al tipo jurídico de personas humanas, mientras que 11% pertenecieron a personas jurídicas y el 2% a sociedades de hecho no registradas.
En cuanto al régimen de tenencia de la tierra y uso de la misma, 69% de las EAP son trabajadas por sus propietarios, mientras que 19% corresponden a arrendamientos.
Asimismo, el Censo Agropecuario arrojó que de las más de 157 millones de hectáreas ocupadas por explotaciones, 33.182.639 hectáreas fueron implantadas, mientras que las restantes 124.241.291 hectáreas se destinaron a otros usos.
De ésas 33,2 millones de hectáreas, 38,5% fueron sembradas con oleaginosas; 30,4% con cereales; 11% con forrajeras anuales; 10,2% con forrajeras perennes; 3,3% con bosques y montes implantados; 2,4% con cultivos industriales; 1,4% con frutales; mientras que el restante 2,8% se ocupó con demás cultivos.
Por último, las EAP destinadas a ganadería fueron 130.803, donde fueron relevados 40.411.905 vacunos; 8.625.383 ovinos; 2.573.681 caprinos; 3.601.236 porcinos; y 908.288 equinos.
Respecto de la población que reside en las explotaciones, un total de 732.986 viven en las EAP, de las cuales 38,4% son mujeres, 61,5% varones y sin determinar sexo, 0,1%.
En cuanto a la mano de obra, durante el barrido en campo se identificaron 420.704 ocupados permanentes de los cuales 195.561 son productores o socios y 225.143 son trabajadores permanentes.