Luego de que los precios de la carne vacuna se dispararan y durante unos días fuera difícil encontrar un corte por debajo de los $ 300, los productores avícolas notaron un repunte en el consumo. Pero cuando los valores de la vaca comenzaron a ceder, los consumidores, que se habían volcado al pollo, volvieron a repartir sus compras. Antonio Olmo, uno de los dueños de Avícola Luján, cuenta que los meses de invierno siempre se observa una caída en el consumo y que están terminando de construir instalaciones que les permitan exportar a China.
Aunque la caída del consumo se extiende a todos los rubros, incluso a los alimentos, Olmo sostiene que el sector avícola se encuentra un poco mejor porque las familias siguen comprando carne de pollo, ya que es la más económica. Sin embargo, en las últimas semanas los alcanzó la merma. Es que la buena producción se encontró con una demanda alicaída, lo que bajó los precios un 12 a 15% los primeros días de mayo.
"Cuando el asado se fue a $ 300 la gente se volcó mucho a consumir pollo y ahí subió un poco el precio porque se redujo la oferta. Pero cuando las granjas obtuvieron más animales con el kilaje normal, se ofrecieron y el precio cayó 12 a 15%", relató el productor. "Parece que ya nos hemos acostumbrado a comprar carne vacuna a estos valores", agregó.
La época invernal, relata Olmos, quien empezó a trabajar en la granja avícola de su padre cuando era adolescente, es habitualmente de baja en el consumo. Las personas se inclinan más por platos calientes y las legumbres, por lo que consumen menos carne. "Los que llevamos un tiempo en esto sabemos que en invierno cambia el hábito de consumo y se acumula un poco más de stock", plantea.
Sin embargo, ahora deben enfrentar esta pausa estacional con costos que se siguen incrementando: la energía eléctrica, los combustibles, los cereales tienen variaciones periódicas. "Estamos teniendo una buena cosecha de cereales, pero los precios no bajan. Se siguen manteniendo a un nivel considerable", manifestó Olmos y agregó que el maíz se vende en dólares y el valor no se ha modificado.
En cuanto a la inclusión de tres cortes de carne vacuna -asado, vacío y matambre- en el programa Precios Esenciales, a un valor de $ 149 el kilo, consideró que no tuvo impacto en la venta de pollos, porque en esa época había poco disponible a nivel nacional y la demanda se había reducido.
En cambio, sí considero que la fiebre porcina en China, que ha generado que el gigante asiático demande al mundo grandes cantidades de carne de cerdo, pero también de vaca y de pollo, representa una buena oportunidad para la producción cárnica argentina. Y mencionó que es la manera de exportar los cereales con valor agregado.
Pese a esto, Olmo explicó que Mendoza no participa de ese escenario exportador pero que en Avícola Luján están construyendo instalaciones, con cámaras frigoríficas de enfriamiento rápido, para poder cumplir con los requisitos que demandan los mercados internacionales. Si bien estima que este nuevo sector podría estar listo a fin de año, también señaló que no avanzaron con la obra a la velocidad prevista porque es difícil concretar una inversión importante en un contexto como el actual, con las dificultades para acceder a financiamiento.
Antonio Olmos explicó que apuesta a terminar lo antes posible este proyecto para poder exportar a los países orientales partes del pollo que son muy requeridas, como las alitas y las patas-garras. Pero que una vez que se ingresa con estos cortes, se puede intentar vender el pollo entero y otros derivados. Asociado a esto, ya ha anticipado la posibilidad de incrementar la producción para poder exportar sin descuidar el mercado interno. "Queremos seguir creciendo y generando más trabajo", aseveró.
Subas y bajas
La suba del precio del pollo alcanzó hasta un 35% en marzo porque las contingencias climáticas en otras partes del país redujeron la cantidad de aves disponibles. Sin embargo, cuando las granjas comenzaron a entregar pollos terminados, los valores se acomodaron.
Como contraparte, un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra) mostró que durante los tres primeros meses del año, el promedio de consumo de carne vacuna se ubicó en los 49,6 kilos per cápita por año. Se trata del número más bajo desde 1990 y puede explicarse en parte porque la suba de precios de los cortes vacunos se ubicó varios puntos por encima de la inflación, lo que llevó a que los consumidores eligieran cortes más económicos, que no de destinan a exportación.