Un futbolista muerto y un superclásico de Copa Libertadores suspendido no aplacan el ansia de poder de los dirigentes del fútbol argentino. Ajenos a la realidad que vive el deporte más popular del país, las alianzas y el tablero político de cara a las elecciones de octubre en la AFA, se siguen moviendo.
De un lado, el grondonismo residual, que pretende mantener la socialización de los ingresos y esa “AFA solidaria” que impulsan desde la muerte de su líder, Julio Humberto Grondona. Esta corriente continuista tiene dos referentes marcados: Luis Segura, el hombre que cosechó 50 votos en la Asamblea del año pasado, y José Luis Meiszner, actual secretario general de Conmebol y ex secretario general del comité ejecutivo.
Existe la posibilidad de que ambos se unan y conformen un frente común de cara a las elecciones. Segura es sinónimo de búsqueda de consensos. Meiszner fue el armador político (puertas adentro) de Grondona en los últimos años del caudillo de Sarandí al frente de la AFA.
Claro que esa unión tendría una férrea oposición de un hombre con peso específico: Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete (precandidato a gobernador bonaerense) está de licencia en Quilmes para volver a la función pública. Pero teje alianzas. Las conversaciones seguirán.
El ascenso, por su parte, proclama a Claudio Tapia, yerno de Hugo Moyano, presidente de Barracas Central e histórico grondonista que subió escalones en la jerarquía de la AFA. Integra el departamento de selecciones (acompañó al equipo nacional en Estados Unidos) y fue uno de los selectos invitados a la mesa chica, que hasta la semana pasada se reunía horas antes del comité ejecutivo para desmenuzar los temas que requerían pronta resolución.
“Nadie se va a presentar para perder. Nadie quiere pasar papelones. No basta con ser candidato; hay que tener respaldo Habrá dos o tres candidatos. Segura, Tinelli y alguno más”, dijo Tapia en La Red.
Y agregó: “Tenemos el legado de Julio. Yo me siento grondonista”. Los martes, día de comité, Tapia suele quedarse en los alrededores de la sede de la AFA y sentarse en una mesa de los bares aledaños. Casi siempre lo acompañan sus colegas del ascenso.
Semana a semana, Marcelo Tinelli avanza en la imposición de su candidatura. La negativa del asesor legal de la AFA, Mario Schmoismann, de computarle el año que el animador había pedido para alcanzar los cuatro que requiere el artículo 50 del reglamento para postularse a la presidencia no lo amilanó. Lejos de darse por vencido, la estrategia del empresario televisivo se hará más explicita en las próximas semanas.
En su entorno están convencidos de que podrá presentarse a las elecciones de octubre. Y también creen que le será “muy fácil” conseguir los siete avales que se necesitan para poder postularse.
El quinto hombre en discordia en las PASO de la AFA es Armando Pérez. El empresario cordobés muestra gestión (su club registró un superávit de $22 millones en 2014) y un gran presente deportivo.
Es, además, el único dirigente del fútbol del interior -aunque viva desde hace años en Buenos Aires- que aspira al máximo cargo de la AFA. Pérez reclama “ideas” antes que nombres para las elecciones de octubre. Está convencido de que otra AFA es posible. Crítico de los manejos económicos de la AFA, Pérez prefiere esperar antes de hacer pública su plataforma. Pero el sillón de Segura lo tienta.
Lejos de los problemas de todos los fines de semana (violencia, infraestructura precaria, desorganización), la AFA parece centrarse en octubre. Es que, desde siempre, patear la pelota para adelante fue uno de sus deportes predilectos.
Fuente: La Nación