Ayer, reunión de una hora y media en la Casa Rosada con Hugo Moyano. Hoy, almuerzo con Héctor Daer, uno de los dos secretarios generales de la CGT, también en la Rosada. El Presidente Alberto Fernández ya había anunciado el lunes que reordenaría su agenda semanal para tener encuentros con distintos sindicalistas. "Les voy a contar lo que nos pasa", comentó Fernández que les diría.
El reordenamiento de la agenda presidencial fue un hecho. Ayer, desde la Rosada se informó que se cancelaba el viaje de Fernández a San Miguel de Tucumán, para participar de la primera reunión del año del Consejo Nacional de Seguridad. Se evaluó que la agenda económica, dominada por la negociación de la deuda, exigía concentrar la actividad en la Casa Rosada. La relación con el sindicalismo se inscribe entre las prioridades económicas.
"Sí, habrá almuerzo", confirmó ayer a este diario Héctor Daer, ante la versión que corría sobre el encuentro con Fernández. Daer y su grupo sindical fueron uno de los pilares políticos sobre los que se afirmó el presidente durante la campaña electoral. Esa alianza sigue tan firme como necesaria.
La relación de Fernández con Hugo Moyano es más distante, aunque no conflictiva. El titular de la Federación Nacional de Camioneros (240 mil afiliados) llegó a la Rosada antes del mediodía. Primero fue recibido por el ministro del Interior, Wado de Pedro. Apenas trascendió que conversaron sobre la actividad del sector transportista y la renovación de las autoridades del PJ.
De allí, Moyano fue a ver al presidente. Fernández repitió lo que dijo en la entrevista del lunes: que el gobierno se propone "evitar todo mecanismo de indexación de la economía". Aludió a la cláusula gatillo, mecanismo presente en distintas paritarias del año pasado: "La cláusula gatillo es un mecanismo implícito de indexación; también puede entenderse y así lo plantea el sindicalismo, como un sistema de protección del salario; pero en los hechos opera como un mecanismo de indexación de la economía", definió el Presidente. Esto le transmitió ayer a Moyano y hoy se lo repetirá a Daer.
El gobierno aspira a que en las negociaciones paritarias se eliminen mecanismos de subas salariales atados a la inflación. Se pretende que los sindicatos y cámaras empresariales firmen acuerdos transitorios hasta abril, una vez que la negociación de la deuda externa esté ya resuelta.
Camioneros cerró días atrás un aumento del 26,6% para el primer semestre del año.
Los sindicatos entienden que los salarios siguen perdiendo capacidad de fuego, pero a la vez, ninguno de los grupos que integran la CGT duda en continuar alineado políticamente con el gobierno del Frente de Todos.
Según informó ayer el Instituto Estadístico de los Trabajadores, centro respaldado por la CGT y la CTA, el salario mostró una caída real en enero del 4,5% en términos interanuales, mientras que el costo de vida promedio subió un 2,6% en enero, el incremento más bajo desde julio del año pasado.