Con el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, se perdieron 8.716 puestos de trabajo privados en Mendoza, de acuerdo a los datos publicados por el Ministerio de Trabajo de la Nación. El resultado de marzo representa la mayor caída del empleo en blanco desde junio de 2016, cuando el mercado laboral registrado se contrajo 3,5%. Además, en el cierre del primer trimestre la provincia acumula 16 meses consecutivos de retracción.
De acuerdo a los datos oficiales, en el tercer mes de 2019 había 256.409 mendocinos trabajando de manera formal. Un año más tarde, el número de empleados cayó a 247.693 personas, lo que equivale a una baja porcentual interanual del 3,4%. Cabe destacar, que tras la caída registrada en diciembre de 2018 el mercado laboral provincial ya no volvió a crecer y todo indica que, producto de la paralización y de la lenta puesta en marcha de las actividades por el dictado de la cuarentena, la tendencia negativa se sostendrá en el corto plazo.
Si bien el Gobierno Nacional prohibió los despidos por el plazo de 60 días (abril y mayo), la mayoría de los sectores tuvo actividad muy baja y miles de empresas suspendieron en forma total o parcial a su personal. Incluso ahora, que el aislamiento comenzó a flexibilizarse, muchos de los rubros comenzaron a funcionar en el orden del 25% y las expectativas de contratación por una mayor demanda de servicio son bajas. El programa nacional de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), alcanzará a más de 1,8 millones de trabajadores del sector privado.
Una curva descendente
El empleo privado de Mendoza tuvo su primer capitulo en rojo en diciembre de 2018, cuando sufrió una retracción del 0,4%. En aquel momento, 1.055 trabajadores dejaron de prestar sus servicios. A partir de entonces, el mercado laboral no ha logrado contrarrestar esta tendencia a la baja. La paralización paulatina de la inversión privada y la menor licitación de obra pública generaron un contexto que encendió alertas en los sectores de la industria y la construcción; rubros que por su dinámica demandan mayores servicios.
"El fenómeno de la caída del empleo no puede explicarse sin hablar del contexto nacional. El año pasado, que fue un año electoral, la economía argentina estaba en recesión y Mendoza, que siempre estuvo mejor que la nación gracias a sus políticas económicas, se vio muy afectada por el situación del país. Durante el segundo semestre del año pasado la situación empeoró y esto afectó a la generación de nuevos empleos por falta de inversión privada", contó el economista y asesor de gobierno, Sebastián Laza.
También para el contador y asesor técnico del justicialismo provincial, Nicolás Aroma, la contracción del empleo registrado se debe a la fuerte caída de la actividad económica nacional en los últimos meses. Al referirse a la situación local agregó: "Mendoza se caracterizó por estar lejos de los niveles de desempleo de la media nacional. Esto ya no pasa y hay factores locales que hacen que el desempleo tenga una dinámica propia".
El freno del la demanda
La economista Carina Farah explicó las causas de esta problemática e hizo hincapié en el marco del comercio internacional. "La pandemia ha agudizado más la crisis que ya teníamos. En el exterior lo único que se está comercializando son insumos médicos. Eso ha desplazado la demanda de otros bienes y servicios (alimentos y turismo, por ejemplo), lo que afectó al comercio entre países; es decir a los volúmenes de intercambio".
"Mendoza tiene una crisis de deuda muy importante, que se hace cada vez más pesada por su fuerte composición en dólares; mientras el aumento el dólar la hace a la deuda pública menos sustentable, en el sector privado se va a traducir lamentablemente en la pérdida de empleos", destaco la profesional.
En cuanto a la reactivación económica y generación de empleo, Sebastián Laza explicó: "Se está intentando habilitar la mayor cantidad de actividades posibles para que exista un movimiento económico más normal, ahora que la pandemia está mejor controlada. Se apunta a que en el segundo semestre la economía de Mendoza empiece a normalizarse y estén funcionando la mayoría de las actividades, incluido el turismo interno".