Un reciente informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura mostró que, en los últimos 5 años, de las 14.859 hectáreas que no presentaron producción, 9.127 están en condiciones de producir y existen 5.732 hectáreas que ya no producen.
Según explican desde el INV, de las más de 5 mil héctáreas en problemas, unas 3.191 hectáreas fueron dadas de baja, es decir que no producen, las plantas están secas o fueron arrancadas y su sistema de conducción, palos y alambres también. Además, no están más inscriptas. En tanto, 2.541 hectáreas están abandonadas. Esto implica que las plantas están vivas y tienen el sistema de conducción en regular a mal estado; podrían llegar a ser recuperadas aunque lo más probable es que no lo hagan.
El número no es para preocuparse si se tiene en cuenta que existen unas 218.233 hectáreas plantadas con vid en todo el país. Pero se hace más relevante si se tiene en consideración que una unidad productiva se considera una finca de 20 hectáreas. En tal caso, unos 250 productores cambiaron o abandoraron su viñedo, en el mejor de los casos, aunque es probable que la suma sea aún superior.
Para Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, si se analiza la superficie cultivada en los últimos 30 años, se puede observar que Argentina, en la década del '80, contaba con unas 300 mil hectáreas productivas. "Un volumen que a principios de los años 90 perdió en casi un 20%. En la actualidad, hablando siempre de la superficie total del país, contamos con unas 215 mil hectáreas productivas", estimó.
“La superficie actual en el país es un número bastante equilibrado porque no hemos tenido una gran explosión de cultivos o una debacle. Después de la década del 80 se llegó a una superficie equilibrada”, explicó.
Pero el ejecutivo de Bodegas de Argentina sostiene sobre la pérdida de las 5 mil hectáreas en los últimos años, que "podríamos atribuir las causas a la economía y también a la falta de competitividad. La caída del mercado interno influyó en los precios que se pagaban al productor de la materia prima. Este volumen de contracción afectó a la parte interna del sector. Habría que realizar un estudio más profundo de la superficie, la producción primaria y los rendimientos del mercado".
Por su parte, el subgerente de Acovi, Nicolás Vicchi, al referirse a las causas que motivaron la retracción de la superficie cultivada de vid explicó: "Esto puede atribuirse al aumento de los costos de la producción en el sector primario, erogaciones que no fueron acompañadas por el precio del vino".
Para el referente del sector vitivinícola, "la caída del consumo en el mercado interno, la recesión y los stock vinicos de las últimas temporadas también jugaron su rol ponderable". Agregó, a las causas principales, las erogaciones que realiza toda la cadena industrial: "Los costos elevados de la industria, los costos logísticos para llegar a los diferentes mercados y la pérdida competitiva -por el tipo de cambio- frente a otros productores".
"En la actualidad estamos en un consumo per cápita que ronda los 18 litros anuales según mediciones que realizamos interanual mente. Si bien se han mejorado los niveles de consumo interno en los últimos años, luego de una prolongada etapa en baja, difícilmente lleguemos a los niveles históricos", concluye Nicolás Vicchi.