El arte no es una condición efímera, trabaja con ideas al servicio de la estética, para quedarse en la memoria en todos como el calor y el tiempo en la piel. La historia occidental de la cultura y el arte están repleta de nombres, de hombres, que fueron poblando con sus palabras, interpretaciones y notas musicales, la mente de quienes solo tienen la tarea de disfrutar: el público.
La tradición va pasando y el escenario es el mismo. Un hombre con su instrumento, cantando las canciones del pueblo, de la gente, de la tierra. Desde el origen de los juglares hasta Bob Dylan, de Homero a Yupanqui, Zitarrosa, Charly García o Gustavo Cerati, cantando que la poesía es la única verdad.
Entre tanta hormona masculina, y machismo, asoma alguna mujer: Edith Piaff, Violeta Parra, Joan Baez, Mercedes Sosa, Cecilia Todd.
Siempre separados unos de otras u otros de unas. El hombre y la mujer solo están juntos como personajes o en la vida real. Las canciones y los poemas son para ellas y ellos, pero nunca son concebidas por dos. Si hacemos una analogía entre la creación artística y la creación humana, en la segunda hacen falta dos. En la primera siempre un solo sujeto es el responsable de todo.
Los Mendocinos
Manuel Tejón (recientemente fallecido) y Magda De Merollis son una expresión artística auténtica y original de Mendoza, no solo cultural, sino también social, por ser ambos responsables de un proyecto artístico. Como Johnny Cash y su esposa June Carter. No son dos, son uno. Nolo Y Magda. En sus primeras épocas se hicieron llamar el dúo "Los mendocinos".
Manuel Tejón, hijo de andaluces, nació en Guaymallén en 1925, como su contemporáneo Tejada Gómez. Sus padres, exiliados republicanos en la Mendoza del primer cuarto del siglo XX, le iniciaron en la lectura. Con su madre, conoció el amor por la tierra. Caminó por el campo. Escuchó jazz, blues, folclore, tango.
Tocó la armónica en un grupo liderado por él, denominado “Pipo y sus armónicas”. Él no era Pipo, repite cuando le preguntan. Estudió Cerámica en la Universidad Nacional de Cuyo.
Militó en las filas del Partido Comunista en las épocas de Farrell y el primer Perón. Tocaba en la Antigua Radio Aconcagua, le pagaban un sueldo y todo. Un día llegó un policía y le dijo al director de la radio que no podía actuar más por comunista. Dejó la armónica, escuchó a Yupanqui, conoció la guitarra y entendió, según sus propias palabras, que el artista debe hablar de lo que conoce: su tierra.
Magda De Merollis nació en 1937 en Abruzzo, Teramo, Italia. Era de baja estatura, tez blanca. Con una voz privilegiada, tanto que podía imitar con su canto el sonido de las acequias. Vino en su niñez y en su adolescencia a nuestro país. La segunda vez se quedó para siempre.
Se conocieron y, desde que estuvieron juntos, no se separaron más. Comenzaron su recorrido artístico por la década del 60. Fueron contemporáneos del resurgimiento del folclore cuyano a través del Nuevo Cancionero. Manuel Tejón tiene escritas canciones con Tejada Gómez.
Una vez que formaron el dúo comenzó a surgir el prestigio, pero no la fama. Los Chalchaleros y Los Fronterizos grabaron sus temas. Tuvieron un “hit”, entre sus canciones, cuecas y tonadas, con “Remolinos”.
Con letra y música de Manuel Tejón. Remolinos fue grabada por Cuchi Leguizamón y Suma Paz. Editaron en 1972 una joya discográfica “Los rumores del agua” desplegando un conocimiento acabado de “lo mendocino”, nada quedó afuera: viñas, otoños, alamedas, trabajo, el sol, la montaña, el vino, el mate, la poesía.
Siempre fueron honestos en su propuesta sin otro interés que la búsqueda de la canción bien escrita. Cuando llegó la noche en los años 70, ya habitaban una casa construida por sus propias manos en la localidad de Capdevile, Las Heras, donde termina la avenida San Martín.
Tuvieron dos hijas, ambas docentes. La democracia encontró a Nolo y Magda actuando, escribiendo y trabajando. Grabaron un casete. Y como la cantidad de hijuelas que tiene nuestra tierra, fueron entrando en el inconsciente del pueblo musical de Cuyo y el país.
Los noventa arrasaron con todo en nuestro país, menos con la canción. El folclore renació a nivel nacional de la mano de Soledad y los Nocheros.
En la provincia el panorama no era distinto, la máxima expresión cultural era, al igual que en la actualidad, la Fiesta de la Vendimia y la denominada muestra artística “Argentina en Mendoza”. Nolo y Magda no aparecían en las nóminas de los artistas que actuaban, estaban todavía buscando una melodía que se pareciera más a su amada Mendoza.
De García Lorca a la tonada
Cuenta Manuel Tejón en el documental "Parcela de belleza", del mendocino "Patán" Púrpura, que su mayor influencia literaria son las coplas populares de España.
Hijo de andaluces, leyó de niño a Machado y García Lorca y en su casa siempre había una copla para responder ante cualquier problema, ya sea político, doméstico o filosófico. En una oportunidad, en una charla con Juan Draghi Lucero, éste le dijo “todo está en García Lorca.”
El autor español nunca supo que un descendiente de coterráneos suyo iba a contar su tierra como él lo hizo.
La musicalidad de la poesía de Tejón se puede encontrar en los recursos que utiliza. Siempre la forma delante del tema. Sin tanto simbolismo como el andaluz, pero sí con poesía.
En la letra de su más conocida canción, la cueca, “Remolinos” utiliza como recurso literario la aliteración (consiste en repetir un sonido o varios dentro de una misma palabra o verso para darle mayor ritmo) y de esa manera también entrar en clima con el nombre de la obra “Remolinos”. El “re” que se repite nos da esa misma sensación de que las hojas dan vuelta en el mismo lugar.
Remolinos, remolinos
el otoño y el viento
como las palomas ansiosas de volar,
en bandadas por el aire
las hojas se van.
También encontramos una descripción a través de la referencia de los colores del paisaje cuyano con sus características geográficas y climáticas.
"…Pollerita pelo rubio
por la alameda.
Hojita en el viento,
entre las hojas te vas.
Pollerita, pelo rubio,
para recordar.
Amarillo, rojo, cobre,
el otoño ha pasado.
Por las alamedas"
La historia en "Remolinos" nos remite a una historia de amor, la de quien mira a una mujer y la describe de mejor manera sin olvidar ningún detalle.
Por las alamedas
Lo va diciendo el sol,
volverás en primavera
vestida de flor.
No se puede el viento atar
A comienzos del siglo XXI Magda De Merollis dejó de acompañarnos con su voz. El dúo había llegado a su fin. Ambos creyeron siempre que no hubiesen encontrado un destino en la música de nuestra tierra si no hubiese sido porque estaban juntos.
Mendoza como sociedad es el ejemplo del trabajo en conjunto. Nadie en este desierto da un paso adelante si está solo. La tierra y el hombre han construido nuestra sociedad como Nolo y Magda sus canciones.
Manuel Tejón tenía un andar quijotesco. Si leemos las primeras páginas de la historia del hidalgo cervantino, puede ser que imaginemos al Nolo vestido del Quijote, o al Quijote poniéndose la ropa del Nolo para tomar la guitarra en vez de la espada.
Y siguiendo con la asociación libre en el imaginario literario, Sancho es de menor estatura al igual que Magda. Y uno sin el otro no es lo mismo que los dos juntos.
Cueca del agua
El agua es el oro de Mendoza, sin ella no seríamos nada. Y Manuel Tejón y Magda De Merollis nunca le negaron un vaso a nadie. Infinidad de artistas, poetas, pintores, cuadros políticos, ex guerrilleros, jóvenes, docentes fueron recibidos por ellos con una hospitalidad habitual.
La influencia musical de Nolo y Magda ha sido en toda clase de artistas, desde Polo Marti y Betty Plana, hasta Marcelino Azaguate o el joven dúo formado por Sebastián Narváez y Melisa Budini. El Coro de Niños Cantores de Mendoza interpreta por América y el país sus obras.
Entran en un imaginario canon mendocino, tienen reconocimiento académico, forman parte del repertorio popular y siempre tuvieron una búsqueda estética.
La tonada y la cueca mendocina hasta la década del 60 se interpretaban, a dúo, de una manera tradicional. Una primera voz y una segunda voz. Nolo y Magda forman un mini coro. Cada uno de los dos es primera o segunda voz en una misma interpretación siempre con la consigna de querer privilegiar la totalidad de la obra que subordinarse a una voz.
Nolo vivió en la misma casa que construyó junto a su mujer, en el departamento de Las Heras. Donde termina la avenida San Martin y termina Mendoza. Su última aparición pública fue en las marchas por el agua, en contra la megaminería contaminante. Con más de ochenta años haciendo lo mismo de siempre, cuando no es con la canción, es con la protesta: luchar por su tierra.
En el año 2010 un músico y docente, Camilo Giménez, de la escuela n° 4-216 junto a la comunidad del Barrio Mathieu iniciaron trámites para que su casa de estudios lleve el nombre de Nolo Tejón. Cuando él se enteró agradeció la idea pero les dijo que solo iba a aceptar si llevaba el nombre de los dos. Nolo y Magda. Juntos en el barro y en el bronce.
Manuel Tejón pertenece a la generación dorada del arte mendocino, Di Benedetto, Quino, Alberto Rodríguez (h), Luis Quesada, Tejada Gómez, Fernando Lorenzo, Tito Francia. Todos de una u otra manera lograron vencer el mito de que no hay profetas en su tierra.
Desde diciembre de 2014 la escuela n° 4-216, del departamento de Las Heras, de las denominadas urbano-marginales, lleva el nombre de Nolo y Magda.
Discografia
En los rumores del agua. (Music hall. 1972)
1) La María Barrera –Cueca. Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
2) La totora –Chacarera: Letra y música: Carlos Montbrun Ocampo
3) La trilla –tonada. Pedro Garay recopilación y arreglos de Carlos Montbrun Ocampo.
4) Vestidita de corrihuela –Gato. Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
5) Entre tonada y tonada –Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
6) Remolinos –Cueca. Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
7) Cueca del agua –Cueca. Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
8) El Antonio Perulán –Malambo. Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
9) El zarcillito –Cueca. Letra: Magda De Merollis, música: Manuel "Nolo" Tejón.
10) Una pena nuevamente –Tonada. Anónima
11) El burro –Gato. Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
12) Cueca de la viña nueva –Cueca. Letra y música: Felix Dardo Palorma.
Remolinos
Letra y música: Manuel "Nolo" Tejón.
Remolinos, remolinos
el otoño y el viento
como las palomas ansiosas de volar,
en bandadas por el aire
las hojas se van.
Remolinos, remolinos,
Bajo el sol tu pollera.
Viento de pañuelos junto
a mí te vi bailar.
Como brisa tu sonrisa
me rozó al pasar.
Niña como el viento
Lejos te vas.
Yo sé que con mis manos
No se puede el viento atar.
Te vas como el viento.
Viento.
Pollerita pelo rubio
por la alameda.
Hojita en el viento,
entre las hojas te vas.
Pollerita, pelo rubio,
para recordar.
Amarillo, rojo, cobre,
el otoño ha pasado.
Por las alamedas
Lo va diciendo el sol,
volverás en primavera
vestida de flor.