En la reciente doble jornada de homenaje por los 30 años del fallecimiento de Antonio Di Benedetto -una organizada por la Universidad Nacional de Cuyo y la DGE y la restante por Municipalidad de Capital- se analizó la obra del narrador y se presentó una antología que llegó a los lectores de la mano del sello Adriana Hidalgo editora.
El editor y cofundador de la editorial, Fabián Lebenglik (56), se refirió, en una entrevista con nuestro suplemento, a la relación con la obra del escritor, a pormenores del papel como soporte del libro, su futuro, las características de la función del editor, y otros aspectos vinculados al placer de leer.
Periodista desde los 17 años, Lebenglik, redactor en el área cultural de Página 12, admitió que no siempre es habitual para él "estar del otro lado del mostrador".
-¿Cuándo nació esta intención de publicar a Di Benedetto?
-A fines de los '90 yo trabajaba en la editorial El Ateneo, propiedad de los Hidalgo Solá. Cuando se vendió la firma, con Adriana Hidalgo iniciamos este proyecto más artesanal, que lleva su nombre (Nota de la R: es hija del ex embajador argentino en Venezuela, Héctor Hidalgo Solá, secuestrado y desaparecido en julio de 1977). Compramos derechos, hicimos contratos con escritores, pensamos en las colecciones… todo lo que implica hacer una editorial.
Era una etapa difícil, la Argentina estaba en una crisis que parecía terminal. Las editoriales independientes cerraban o eran adquiridas por grandes grupos…Nuestra idea, a pesar de todo eso, fue retomar la tradición del editor independiente argentino, que data de la segunda mitad del siglo XX y de antes también… Una de las primeras figuras que surgió en ese cometido fue la de Di Benedetto, con derechos que nos concedió su hija, Luz (56), radicada en California (Estados Unidos).
Lo primero que publicamos fue "El silenciero"…Salvo algunas ediciones 'piratas' (sin contrato), Di Benedetto no circulaba en ese momento, desde hacía casi una década. Logramos publicarlo de manera sistemática, rigurosa, con un compromiso a largo plazo.
El colega recordó que se convocó a Juan José Saer para prologar "El Silenciero", quien aportó una recordada definición del escritor mendocino. "En razón de la unidad estilística y temática que las rige (agregaba a "Zama" y "Los Suicidas"), (las tres obras) forman una especie de trilogía y, digámoslo desde ya para que quede claro de una vez por todas, constituyen uno de los momentos culminantes de la narrativa en lengua castellana de nuestro siglo".
Multitraducido
El editor añadió que el concepto de trilogía mencionado por Saer, "nos habilitó para reunir las tres entregas en un solo tomo. Después fue convocado Julio Premat (obtuvo el doctorado en Literatura con una tesis sobre Haroldo Conti y Di Benedetto en 1992) para hacer una edición muy cuidada de los cuentos completos y el ensayo introductorio. Nuestro compromiso con Di Benedetto fue sacarlo del encasillamiento de escritor de culto, escritor de escritores. No hay narrador de habla hispánica que no lo considerara un grande, pero no saltaba esa valla hacia el gran público, aspecto que creo conseguimos. En la actualidad, ya con muchas ediciones, nuestras publicaciones son para toda la lengua española, se distribuyen en España y en América Latina. Asimismo logramos que el mendocino se tradujera a distintos idiomas: rumano, italiano, portugués, inglés, francés, árabe, griego, hebreo, alemán, checo, búlgaro, holandés, coreano, sueco, danés… En una palabra: conseguimos que el autor tuviera la circulación que merece".
En cuanto a otra obra de la misma casa, "Escritos periodísticos", se plasmó luego de absorber la investigación que realizó la mendocina-brasileña Liliana Reales, fruto de sus largos años de estudio sobre el literato en la Universidad Federal de Santa Catarina.
El trabajo incluyó un apéndice (sugerencia de Lebenglik) con los reportajes que en distintas épocas se le hicieron al ex subdirector de Los Andes. Quizás, en alguna oportunidad, se pueda reproducir íntegro el reportaje que para el programa "A fondo" de la Televisión Española le efectuó en 1978 el periodista Joaquín Soler Serrano.
La conversación con Lebenglik giró luego a otros tópicos, que sintetizamos. Le pedimos definición sobre la figura del editor literario. "De algún modo -señaló- es el intermediario entre los escritores y el público. Mi modelo de editor es el que genera una guía de lectura para el lector, un orientador, lograr que quienes leen confíen en el sello editorial. Aparte, me parece una de las profesiones más interesantes del momento. Con internet y las aplicaciones para los teléfonos, tablets (ordenador portátil), computadoras, la lectura y la música inclusive, las imágenes, se han vuelto un fluido, del que uno no sabe cuál es el origen ni si la fuente es real o no, es todo muy confuso…Las personas se sienten desorientadas. El editor es el que recorre ese camino, un poco excesivo, y a través de las lecturas y el manejo de idiomas. Es, sea editor periodístico, en imágenes, o en literatura, una figura interesante en la cultura contemporánea, orientador, en mi caso, de las lecturas, el que separa la paja del trigo en medio de una profusión magmática de fuentes infinitas".
-Umberto Eco, fallecido este año, decía que los reportes sobre la muerte del papel estaban sumamente exagerados.
-Cuando surgió el e-book parecía que amenazaba al libro. Sin embargo, la contemporaneidad genera situaciones simultáneas, no sucesivas, en el sentido de que este nuevo medio no viene a reemplazar al anterior, viene a sumarse.
Como lector voraz tengo un e-book con 700 títulos, también trabajo de esa forma con los originales que me envían, antes viajaba con valijas llenas de ejemplares. Pero, la lectura ideal es la del objeto libro.
En mi caso recuerdo mejor las lecturas que hice en un libro físico. El contacto sensual con el papel, hacer anotaciones, ese ir y venir es lo mejor. No creo que el soporte digital vaya a reemplazar el papel, pero sí el libro se irá especificando.
-Hay negocios o actividades que en la Argentina están estancados o barranca abajo, pero ¿cómo está el rubro editorial?
-Cuando hay crisis el libro sufre, en este momento en el país hay una crisis… Nosotros surgimos en los albores de uno de los peores momentos, en 2001.
Era imposible que desde ese pozo surgieran situaciones más malas. Nos impusimos hacer una editorial sin concesiones, solo publicamos alta literatura, distribuyendo libros en todos los mercados de habla hispana…Cuando un país de la región está mal, hay otro que está bien. Esta idea de que el español es una lengua global, nos ayuda mucho (y nos ayudó) a la edición independiente, a generar nuevos mercados, nuevos lectores.
El leer de los chicos
Otra consulta que se le formuló al editor de la casa Adriana Hidalgo fue si los chicos y adolescentes leen menos en la actualidad.
Opinó: "Los medios digitales generan otros modos de lectura; incluso se aprecia en la ciudad con sus grafitis en las paredes, hay una lectura que no es específicamente del libro, pero que sí es lectura y sí es escritura. Cuando se juzga a los niños que no leen, a veces no es tan así porque leen de otras maneras, en otros soportes…Esos textos van en contra de algunos aspectos de la lengua, pero la comunicabilidad sigue garantizada".