En las góndolas de la provincia, la dispersión de precios llega al 70%

La brecha que se observa entre los diferentes puntos de venta se agrandó tras la última devaluación.

En las góndolas de la provincia, la dispersión de precios llega al 70%
En las góndolas de la provincia, la dispersión de precios llega al 70%

La dispersión de precios llega al 70% en Mendoza, lo que significa que un mismo producto puede costar $ 100 en un lugar y $ 170 en otro. En líneas generales, la provincia no se aleja de lo que ocurre a nivel nacional, donde las brechas promedian el 40%, según un estudio realizado por la consultora Focus Market.

Para el informe privado se relevaron 515 puntos de venta de todo el país. Los resultados dejan a la vista que la incertidumbre que plantea un contexto inflacionario amplifica la sensación de que "nadie sabe cuánto cuesta lo que consume". 

La dispersión de los precios se explica por las estrategias propias de los puntos de ventas (descuentos que deciden aplicar a determinados productos), motivados por la alta inflación y la recesión que deterioró el poder de compra de los argentinos.

Las brechas, de acuerdo a lo expuesto por la misma consultora, aumentan en el caso de los productos de limpieza y de cuidado personal, donde las diferencias llegan hasta el 60%. De todas formas, en Mendoza es posible encontrar algunos productos con un dispersión más amplia.

Elegir con inflación

El contexto inflacionario afecta las decisiones de los clientes, quienes encuentran dificultades para encontrar los valores más económicos del mercado. Además, la posibilidad de realizar sus compras en diversos puntos de venta implica pérdidas de tiempo y dinero difíciles de afrontar. Esto, de acuerdo con el director de Focus Market, también afecta la calidad de vida de los argentinos.

Después de la devaluación de agosto, la dispersión tendió a incrementarse, porque los minoristas ajustaron las listas de precios de acuerdo a sus costos, y las promociones y descuentos generaron que el consumidor pierda la referencia de cuánto resulta razonable pagar por un mismo producto.

"El proceso inflacionario, que ya dura 14 años, favorece la dispersión de precios. Los acuerdos con solo algunas cadenas de distribución, han privilegiado a los supermercados y han favorecido a que existan brechas formidables en el mismo producto de igual marca y calidad, entre lo que cuesta en un local que participa de estos programas y en los que no", sostuvo Esteban Mercante, asesor económico de Nicolás del Caño y autor del libro "Salir del fondo".

Diferencias tangibles

Las alteraciones en los precios pueden observarse en una lista de productos elaborada por Los Andes y que toma en cuenta alimentos, bebidas no alcohólicas y productos de higiene y limpieza personal con los valores informados por el programa Precios Claros. 

Así, en los principales supermercados con presencia en Mendoza pueden apreciarse pequeñas dispersiones de precios, como es el caso de la manteca La Serenísima por 200 gramos, que se vende aun valor de entre $ 115 y $ 119 (7%), o diferencias mayores, como es el caso del Mate Cocido en Saquitos de la marca La Tranquera 50 unidades, en donde la brecha llega al 69%, con precios que van de $ 55 a $ 92,90. En promedio, "la lista de compra de 26 productos" elaborada a partir de Precios Claros, muestra una diferencia de precios del 35% en la provincia.

José Vargas, economista y director de Evaluecon, explicó que la dispersión de precios es lógica y hasta normal, aun fuera de un contexto inflacionario, porque depende de la demanda y poder adquisitivo del público al que este dirigido un producto. No obstante, aclaró que la inflación provocó que la dispersión sea más grande de lo usual.

"Esto hizo que los consumidores perdieran la referencia de lo que está en oferta y lo que no. Ahora, también se suma algo de especulación, de querer cubrirse, porque nadie sabe de cuánto debe disponer para reponer stock", agregó el economista.

Por su parte, Esteban Mercante, comentó que "otra cosa que juega a favor de las brechas de precios es la capacidad que tienen algunos negocios, sobre todo los supermercados que adquieren mayor volumen, de imponer condiciones a sus proveedores, que reducen sus márgenes de ganancia de manera 'forzosa' (mayormente por los plazos de pago extendidos que deben soportar)". 

En tanto, el economista Pablo Salvador, reflexionó: "esta situación de dispersión es producto de la inflación acumulada durante décadas, en las que el consumidor perdió la referencia de los precios; de si un artículo es barato o caro.  Una de las claves para afrontar este período es caminar, porque es la única manera de encontrar los valores más adecuados a nuestro bolsillo".

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