En las calles de Mosul combaten “casa por casa”

En la segunda ciudad más importante de Irak hay más de 1,2 millón de civiles atrapados. Las incursiones de las tropas aliadas son cada vez más largas y profundas.

En las calles de Mosul combaten “casa por casa”

Fuerzas especiales iraquíes combatían ayer "casa por casa" en Mosul, después de una primera incursión en la ciudad iraquí en la que se toparon con una feroz resistencia de los yihadistas que defienden el principal bastión del Estado Islámico (EI) en Irak.

Por su parte, el ejército y la policía federal iraquíes lanzaron un asalto contra una de las últimas localidades en manos del EI en los alrededores de Mosul, en un frente en el que avanzan lentamente.

En la propia Mosul, “nuestras fuerzas libran ahora feroces combates en los barrios del este” de la ciudad, afirmó el portavoz de las unidades antiterroristas (CTS), Sabah al-Noman. “La lucha es casa por casa”, explicó.

El CTS (Comando Antiterrorista Iraquí) había entrado el viernes con vehículos blindados en el barrio de Al Karama, en el este de Mosul, donde tuvieron que hacer frente a un diluvio de bombas y disparos de los combatientes del EI.

Algunos de esos blindados tuvieron que retirarse al cabo de algunas horas, según constataron periodistas.

“No esperábamos semejante resistencia, los yihadistas habían bloqueado todas las rutas” explicó un oficial del CTS que requirió el anonimato.

“Los yihadistas eran muy numerosos. Era preferible replegarse y elaborar un nuevo plan” explicó.

En Bartalla, localidad situada al este y que las fuerzas iraquíes usan como base de retaguardia, las ambulancias iban y volvían del frente con soldados del CTS heridos en Mosul. Segunda ciudad iraquí más importante, Mosul, conquistada por el EI en junio de 2014, se convirtió desde entonces en el bastión de este grupo yihadista en Irak.

Fue ahí donde, ante la sorpresa mundial, el jefe del EI, Abu Bakr al Baghdadi, había proclamado un “califato” que incluía los territorios que el grupo yihadista conquistó en Siria e Irak, y que ha ido perdiendo luego de forma progresiva.

El grupo EI parece haberse vuelto militarmente más pragmático en la defensa de su “califato”, y ha obviado la defensa de algunas de las localidades que conquistó a mediados de 2014, renunciando a ellas incluso sin luchar.

Pero el caso de Mosul -donde están atrapados cerca de 1,2 millón de civiles- parece diferente. Se estima que entre 3.000 y 5.000 yihadistas se hallan en el interior de la ciudad, motivados por un inusual mensaje sonoro enviado esta semana por su líder Abu Bakr al-Baghdad, que rompió un año de silencio para exhortar a sus combatientes a luchar hasta el final para defender Mosul.

Por otro lado, fuerzas federales atacaban ayer la localidad de Hamam al-Alil, una de las ciudades ubicada entre su base de Qayyarah y Mosul.

La operación para reconquistar Mosul, lanzada el 17 de octubre, se ha visto frenada en el frente sur por los artefactos explosivos sembrados por los yihadistas en los pueblos, y por las medidas de seguridad tomadas para evitar que los civiles queden atrapados en los tiroteos.

Por otro lado, el ministerio iraquí para las Migraciones indicó en un comunicado haber “recibido a 9,000 desplazados en los dos últimos días”. Desde el inicio de la ofensiva para reconquista Mosul, contabiliza en total a 29.539 desplazados.

Las organizaciones humanitarias libran una carrera contrarreloj para instalar campamentos de recepción para preparar el masivo éxodo que se espera de los habitantes de Mosul.

En un campamento al este de Mosul, desplazados iraquíes viven en pésimas condiciones. “Nos han dado mantas, pero no es suficiente. Hace mucho frío. Somos 19 en esta tienda”, explica Yunes Hassan, de 53 años. “Cuando traigo comida, mis hijos se pelean” por ella, relata por su lado Ahmed, de 30.

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