Boca Juniors se clasificó a los octavos de final de la Copa Sudamericana 2014 al ganarle a Rosario Central por 3-0 (1-0) en un partido de vuelta de la segunda fase por la llave de equipos argentinos, disputado anoche en el estadio La Bombonera.
El espectáculo comenzó con una pasividad impensada. Los rosarinos le dejaban el protagonismo al dueño de casa, y los del “Vasco” se adueñaban de la pelota, pero no se acercaban al arco defendido por Mauricio Caranta. Además, el accidente que sufrió Tomás Berra preocupó a Miguel Ángel Russo, ya que al defensor se le descolocó el hombro izquierdo, cuando cayó tras un pelotazo.
Un disparo lejano de César Meli, que se fue a centímetros del travesaño visitante, y una pésima salida en defensa, que concluyó en un tiro libre desperdiciado por Nicolás Colazo, le permitieron al elenco de la ribera amenazar a su adversario. Aviso que se concretó a partir de una magnifica combinación entre Jonathan Calleri y Andrés Chávez. El pecho del ex All Boys para la llegada de su compañero, provocó que el delantero con pasado en Banfield convierta un golazo y celebre el 1 a 0. La fiesta se teñía de “azul y oro”.
El 2 a 0 que selló definitivamente la serie, fue producto de la gran triangulación ofensiva del equipo de Rodolfo Arruabarrena. La acción que aparentaba tener toques intrascendentes, culminó con un exquisito centro de Fernando Gago para que la gran figura de la noche celebre su segunda conquista. La mística copera volvía a sentirse en las instalaciones de la entidad porteña.
El delirio explotó con el tercer gol de la noche. Con el excelente aporte del ex Real Madrid, y la veloz proyección de Juan Fuenzalida, el chileno festejó la abultada victoria que se cosechó. Si bien no es la Libertadores, la Sudamericana puede ser un gran aliciente para el entrenador que llegó para calmar las aguas turbulentas por las que atravesaba el “Xeneize”. Los octavos de final ya son un hecho, y en esa instancia, los del “Vasco” se enfrentarán con el Caracas, de Venezuela, o Deportivo Capiatá, de Paraguay. Vale recordar que el equipo rosarino terminó el partido con diez jugadores por la expulsión del defensor Lucas Acevedo en el primer tiempo.
Gigliotti recibió un reto de parte del DT
El Boca de Rodolfo Arruabarrena tiene una premisa: la disciplina. Poca exposición de sus jugadores, cero ventilación de problemas y un sincero clima de trabajo en el plantel parecen ser los mensajes que trabajar el entrenador. Luego de las declaraciones de Emmanuel Gigliotti, quien se quejó públicamente por haber perdido la titularidad, el Vasco se reunió con el jugador y le dejó claro su malestar.
“La verdad es que no me gusta estar afuera y mentiría si no digo que estoy caliente”, había dicho el goleador. “Yo sé que a lo mejor puede molestar mi sinceridad pero yo soy así. Respeto la decisión del técnico, con quien tengo buena relación”, había agregado. Y su sinceridad molestó. El miércoles, antes del entrenamiento matutino, el Vasco llamó al jugador y lo expuso frente a los tres referentes del plantel: Agustín Orion, Fernando Gago y el Cata Díaz. Le hizo saber que no estaba de acuerdo con la exposición de los problemas y le dijo que las cosas “se resuelven puertas adentro”.
“Con mi cuerpo técnico, no tenemos problemas en hablar las cosas y de explicar las decisiones”, le dijo el DT, quien se inclinó por Jonathan Calleri desde su llegada al club, pese a que el Puma marcó dos goles en el torneo que valieron seis puntos: ante Belgrano y Olimpo. Pero no es la primera “lección” de Arruabarrena. En sus primeros días en el club, luego del triunfo ante Vélez, le exigió a Andrés Chávez que pidiera disculpas a sus compañeros por el episodio personal que trascendió públicamente.