Quizá la procesión vaya por dentro, pero a pocas horas de cumplir un verdadero sueño, a Julián Navas se lo percibe sereno, tranquilo, entero, imperturbable. Es cierto que pese a sus 22 años (el 30 de noviembre cumplirá los 23) curiosamente todavía no debutó con la camiseta de Independiente Rivadavia, algo que -de no mediar inconvenientes- sucederá mañana a la noche en el Bautista Gargantini.
Sin embargo, nada de eso parece sacarlo de su sosegada, pero convincente forma de encarar los asuntos importantes. “De chiquito que soy muy hincha de Independiente”, responde ni bien Más Deportes se lo consulta.
Con 11 años recién cumplidos llegó a las divisiones menores del Azul. Rápidamente, su juego atildado y veloz por captó la atención de propios y extraños. Y no era para menos. Con José Méndez, otra joyita de esa famosa categoría ‘93, hacían un tándem explosivo por la banda derecha.
En 2009, con apenas 16 años, debutó en la Leprita de la mano de Claudio Del Bosco. “Con Claudio jugué mucho tiempo de titular. Lo hacía de ‘4’ y también de ‘8’. Otro técnico del que aprendí mucho fue Juan Carlos ‘Gringo’ Minotto. Cuando Claudio (Del Bosco) asumió en el plantel de la B Nacional, me subió e hice algunas prácticas con el plantel profesional”.
El momento del debut se acercaba, pero “justo cuando me iba a llevar a la pretemporada, a Del Bosco lo echaron y llegó Roberto Trotta”, cuenta.
En 2013, con 19 años, de la mano de un representante alemán que llevaba jugadores de Mendoza a Buenos Aires, Julián sacó el pasaporte español y partió rumbo al Viejo Continente con la intención de probar suerte. Desembarcó en el Wiener Sportklub de la tercera división de Austria. Fue un año en el que aprendió a crecer como futbolista y como hombre.
“A pesar de que me costó adaptarme, fue una experiencia muy linda. Pasé de vivir con mi familia, a vivir solo en un país donde no entendía nada del idioma. Recuerdo que entrenábamos por la tarde y en la mañana iba a cursar a un instituto para aprender el alemán.
Después de un par de meses, lo empecé a hablar y me ayudó a comunicarme. Estuve jugando hasta que a fin de año tuve una lesión que hizo que el nuevo técnico no me tuviera en cuenta.
A principio de 2014 hice la pretemporada allá, era pleno invierno, se terminó mi contrato y regresé a Mendoza. Estuve en la Lepra unos meses y Claudio Del Bosco me llevó a Jorge Newbery de Villa Mercedes”, agrega.
Con la camiseta del Pitojuán, Navas jugó un gran torneo Federal B. A principios de este año, Pablo Quinteros lo repatrió para que muestre su progreso en la B Nacional.
Sin embargo, ni el Negro, primero, ni el Pitu Canedo, después, le dieron la posibilidad de concretar su tan anhelado sueño. Julián sabe que el futuro tiene muchos nombres, pero que para un valiente como él es la gran oportunidad de su vida.
El Albiverde, con una duda en el medio
Estudiantes de San Luis, próximo rival de Independiente Rivadavia, todavía no confirmó la alineación que presentará mañana en el Gargantini. Es que el DT Héctor Arzubialde ensayó una variante en la práctica de fútbol.
Nicolás Ortíz y Agustín Curima ocuparon en diferentes tramos del ensayo la posición de volante derecho que habitualmente ocupa Federico Vega.
El Verde puntano ocupa el duodécimo lugar en las posiciones (tiene 17 unidades) y viene de caer como local frente a Boca Unidos (0-1). Antes, había hilvanado dos victorias consecutivas.